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Al menos una docena de universidades españolas tiene relaciones con centros israelíes que apoyan la invasión de Gaza

Acampada de estudiantes en la Universidad Complutense de Madrid.

Deva Mar Escobedo

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Al menos ocho universidades públicas españolas y cuatro privadas, más un centro universitario, mantienen vínculos con instituciones académicas israelíes que apoyan las acciones bélicas en Gaza que suman más de 35.000 muertes, la inmensa mayoría civiles. Son 12 rectorados que deberán revisar sus lazos con esos centros, después de que la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) acordara la semana pasada “romper relaciones” con sus homólogas israelíes que no estuvieran comprometidas con la paz.

Ninguno de los principales nueve campus parece estarlo, a raíz de diversos comunicados públicos que han sacado en los últimos meses, en los que utilizan la retórica habitual de Israel cuando habla de Palestina y sin atisbo de petición de alto el fuego.

La (no) reacción de la Universidad española estaba bajo escrutinio desde que comenzó la actual invasión de Gaza, una vigilancia que se ha exacerbado a raíz de las acampadas universitarias por Palestina que estallaron primero en Valencia y luego en numerosos campus en distintas ciudades. Los acampados exigen a sus rectorados que rompan relaciones de todo tipo –académicas, empresariales– con sus homólogas israelíes.

Al calor de estas movilizaciones, la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas (CRUE) informó de que se comprometía a “suspender los acuerdos de colaboración con universidades y centros de investigación israelíes que no hayan expresado un firme compromiso con la paz y el cumplimiento del derecho internacional humanitario”.

Después de los titulares llegaron los matices. La suspensión de acuerdos no es inmediata, ni siquiera automática. Cada universidad puede decidir por sí misma lo que hará. Es una recomendación. La mayoría de los rectorados han evitado hablar de sí mismas y referirse a las colaboraciones que puedan tener o no vigentes. La excepción ha sido la Universidad de Salamanca, que negó rotundamente tener acuerdos de ningún tipo, y que sin embargo aparece como signataria de un convenio de movilidad, según la información de la Universidad de Tel Aviv.

Los propios centros israelíes informan de que tienen acuerdos en vigor con más de una decena de instituciones educativas en España. Entre ellas, la Universidad Complutense de Madrid, la de Granada, la de Alcalá de Henares, la Universitat Pompeu Fabra, la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, la Politécnica de Madrid, la Universidad de Jaén, la de Salamanca, la de Navarra, la Universidad Francisco de Vitoria, la Pontificia de Comillas, ESADE (Universidad Ramón Llul) y el centro universitario ESIC.

La información disponible es limitada: un tercio de las universidades israelíes no hacen públicos sus acuerdos internacionales, y la mayoría de las que lo hacen no explicitan la naturaleza de estas colaboraciones. La Universidad del País Vasco solo colabora en el marco de una red global de intercambio de ingenieros. La Politécnica de Madrid y la Pontificia de Comillas están presentes en esa misma red, además de mantener acuerdos de movilidad con la Universidad de Tel Aviv. Este centro israelí también tiene el compromiso de facilitar la movilidad con otras universidades como la de Jaén, Salamanca y ESADE. Del resto de instituciones españolas que tienen algún tipo de vínculo no hay información completa, de forma que los pactos pueden ir desde la movilidad de estudiantes o personal a la investigación militar.

Preguntada por los detalles del anuncio de la “revisión” (qué plazo se dan, qué consideran las universidades un “compromiso por la paz”, etc.) la CRUE se remite al comunicado, que no aclara ninguna de estas cuestiones. Los estudiantes acampados ya calificaron de “palabras vacías” la nota de los rectores.

Los posicionamientos israelíes

Aunque la nota emitida el pasado jueves ha sido la más mediática, la CRUE ya se había posicionado en comunicados anteriores sobre la guerra de Gaza. De la misma manera se ha comportado su homóloga israelí, la Asociación de Rectores, que se ha pronunciado a lo largo de estos meses de invasión en respuesta a hechos concretos.

En todas sus comunicaciones, la asociación que engloba a los rectores de todas las universidades del Estado de Israel ha replicado la retórica propagandística israelí: equiparan las proclamas por el derecho de Palestina a existir con “llamadas al genocidio”, comparan lo que llaman “movimiento antisionista internacional” con “los capítulos más oscuros de la historia judía” en referencia al Holocausto, y reducen la invasión de Gaza a una lucha “de la luz contra la oscuridad”. Además, abogaban en diciembre por un “liderazgo firme en los campus estadounidenses” contra los discursos que criticaban la guerra, y el mes pasado recomendaban el uso de “medidas más allá de las herramientas convencionales” para disolver las acampadas universitarias en EEUU.

Asimismo, algunas de las universidades hablan explícitamente de facilitar la compaginación de los estudios con las obligaciones militares o becan a estudiantes que sirven en las Fuerzas Armadas, ya sea en activo o en reserva. “Estos esfuerzos por facilitar el ataque en Gaza, en la medida de sus posibilidades, son dos claros ejemplos de cómo una institución académica puede favorecer la continuidad de la guerra”, afirmaba la Junta de Centro de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada (UGR), máximo órgano de gobierno del centro, en un comunicado en el que pedía al Equipo de Gobierno el cese de las relaciones con Israel.

Posicionamientos previos de las universidades españolas

Aunque la Universidad no se había pronunciado en conjunto hasta ahora (ocho meses después) sobre Palestina, algunas universidades sí se habían manifestado a título particular en favor de la paz. La intención de cortar relaciones con las universidades israelíes no es nueva, ni viene exclusivamente de las reivindicaciones estudiantiles.

La UGR firmó en febrero un manifiesto “de apoyo y solidaridad con la población civil del conflicto de Gaza”, y uno similar divulgó la Universidad del País Vasco el mes pasado tras descartar, después de críticas de parte del profesorado, la creación de una cátedra de ciberseguridad que contemplaba la colaboración con la Universidad de Tel Aviv. A nivel de centro, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Complutense también se posicionó con un texto llamado “Con Palestina, no al genocidio en Gaza”.

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