Casi 300.000 estudiantes de bachillerato se enfrentarán la próxima semana al examen de acceso a la universidad y deberán tener en mente las directrices: bolígrafos siempre de tinta imborrable, orejas despejadas, diccionarios grapados si tienen Latín y colgantes, pulseras y típex, mejor en casa. Estas son algunas de las normas específicas de este año, que se suman a las consabidas prohibiciones de teléfonos móviles o apuntes. Las infracciones en lo que respecta al transcurso justo del examen darán lugar a la anulación completa de la prueba, no solo del examen en cuestión, advierten las comisiones universitarias encargadas de organizar las evaluaciones.
La atención de las personas vigilantes se centra en ejercer la prohibición de uso de dispositivos que permitan la comunicación, ya sean teléfonos móviles, portátiles, tabletas, relojes inteligentes, gafas o auriculares. Para evitar sospechas de uso de estos últimos, las orejas deben estar despejadas. Asimismo, no se permite la consulta de apuntes o libros dentro del aula.
Objetos permitidos con matices
Hay una gran cantidad de objetos cuya tenencia se permite en el aula si cumplen ciertas características o en determinados supuestos. Los bolígrafos o plumas, únicas herramientas con las que se permite contestar a la prueba, deben ser azules o negros de tinta indeleble. El típex no se utilizará en ningún caso. Los lapiceros se permitirán exclusivamente en las pruebas de dibujo o disciplinas artísticas.
En la mayoría de los documentos de las comisiones se permite el uso de calculadoras en las pruebas de Matemáticas II, Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales II, Química, Física y Economía de la Empresa, pero con determinadas características. Estos dispositivos no deben tener posibilidad de transmitir datos, ser programables, pantalla gráfica, resolución de ecuaciones, operaciones con matrices, cálculo de determinantes, cálculo de derivadas, cálculo de integrales, ni almacenamiento de datos alfanuméricos. Si durante el transcurso de la prueba se constata el uso de una calculadora no permitida, el tribunal adoptará las mismas medidas que cuando se esté copiando.
Los relojes de pulsera analógicos, nunca inteligentes, podrán estar sobre la mesa siempre y cuando el aula no disponga de reloj visible. Esta limitación a los relojes smart se extiende al tribunal de la prueba que ejerza de vocal de centro; la única excepción será el teléfono corporativo de quien ejerza la presidencia.
En cuanto a los objetos no digitales, el examen de Latín II permitirá el uso del diccionario latino-español, así como de los apéndices gramaticales que pudiesen incluir. Sin embargo, quedan excluidos los apéndices o páginas dedicadas a cuestiones literarias o a la evolución del latín al castellano, en cuyo caso esas páginas serán grapadas o separadas antes de la prueba. Esta limitación no se aplica a Griego II: se puede emplear cualquier diccionario de griego-español y su apéndice gramatical no será grapado ni arrancado.
A lo largo del examen
En el momento de entrar al aula, se dejará junto al umbral o bajo el asiento la mochila, bolso o similar. Una vez se siente la persona examinada, deberá dejar el documento de identificación (DNI o NIE) en lugar visible para su posterior identificación y esperar a recibir el enunciado de la prueba.
Algunas universidades especifican que se podrá llevar un botellín de agua sin etiqueta y dejarlo visible encima del pupitre. Al finalizar el examen, incluso aunque esté en blanco, debe entregarse con la cabecera; si tiene más de un cuadernillo, al dar el examen se ha de comprobar que la persona vocal que recoja los documentos se encarga de graparlos para evitar su extravío.
Los estudiantes que copien durante la realización de algún examen, tengan a su alcance cualquier tipo de chuleta o, en definitiva, utilicen o cooperen en procedimientos fraudulentos, serán expulsados de la sala de examen y calificados como no aptos en toda la prueba de acceso a la universidad.