El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, no ha asistido al Pleno del Congreso de este jueves en el que se ha debatido la derogación del decreto de reválidas y el fin de la LOMCE. Ha preferido evitar tener que escuchar desde su escaño los reproches y las quejas de la mayoría de los grupos parlamentarios del hemiciclo, aunque ha aparecido a última hora, justo en el turno de votaciones de las iniciativas.
La Proposición No de Ley (PNL) presentada por la antigua Convergencia (CDC), parte del Grupo Mixto, para poner fin a la LOMCE y derogar el decreto que regula las evaluaciones finales de Secundaria y Bachillerato ha sido aprobada por 175 votos a favor, 133 en contra y 34 abstenciones. La iniciativa, la segunda respaldada por el Congreso contra la reforma educativa del PP, no tendrá efectos pero escenifica una vez más en sede parlamentaria el consenso entre los grupos en el rechazo a la LOMCE.
Ciudadanos, que se ha abstenido tras presentar una modificación que no ha sido aceptada, ha afeado desde el estrado la ausencia del ministro y ha reprochado al Gobierno que está generando el “caos” y “tiene a todos en vilo”. “Lo peor es que la situación tiene en vilo hasta al ministro, que ha sacado un real decreto que no sabe si va a poder finalizar en tiempo y forma porque tiene tres vacantes que no va a poder nombrar si está en funciones”, ha argumentado Marta Martín Llaguno.
Sobre la incertidumbre generada en este escenario, el PSOE ha denunciado que las reválidas “no son simples evaluaciones finales” porque “se hacen con criterios mercantilistas”. “No pretendo acusarles de incoherentes al PP, más bien el contrario: son perfectamente coherentes respecto a sus propósitos y es lo más preocupante de lo que está ocurriendo con la educación en este país desde que están en el Gobierno”, ha afirmado Manuel Cruz Rodríguez, quien ha recordado a los miembros del Ejecutivo presentes en el debate que “ningún hábil estratega habría conseguido un acuerdo tan amplio contra la LOMCE”. Unidos Podemos se ha sumado a criticar la “profunda ideologización” que hay, a su juicio, detrás de esta ley.
El PP aguanta: “No es posible volver atrás”
El PP ha replicado en su turno que la paralización del real decreto de reválidas “dejaría a todos los alumnos en el limbo jurídico y administrativo”. “No es posible volver atrás. La prueba de Bachillerato se ajusta a la nueva estructura y responde a la competencia estatal exclusiva del estado”, ha dicho Sandra Moneo.
La diputada ha respondido así a los grupos nacionalsitas como el PNV, que ha propuesto al Gobierno que no emita la orden ministerial que regula las reválidas y ha denunciado que no permitirán “que entren en casa ajena” porque en Euskadi son “competentes en materia educativa”.
Moneo también ha acusado a los grupos parlamentarios contrarios a la LOMCE de “utilizar la educación para dar cobertura a un discurso político que no encuentra su eco en el mundo educativo” y ha pedido “hacer un ejercicio de generosidad” para llegar a acuerdos.
Sobre la forma de acabar con la LOMCE, sigue sin haber acuerdo entre los grupos. Mientras algunos –como Unidos Podemos– apuestan por la derogación, otros –es el caso de Ciudadanos– consideran que “derogar por derogar, es tontería” y pretenden alcanzar un “Pacto Nacional por la Educación”. En este sentido, el PSOE ha ofrecido su “propuesta alternativa”, que pasa acordar el pacto en una “subcomisión parlamentaria creada para elaborar un nuevo marco legal consensuado”, una iniciativa que ya han registrado.
El Congreso votó el pasado mes de abril una iniciativa similar del PSOE para paralizar la aplicación de la norma, aprobada en 2013 por el PP en soledad parlamentaria. La propuesta de ley (no PNL) salió adelante con 186 síes, 102 nóes y 41 abstenciones. Igual que este martes, los diputados de Ciudadanos se abstuvieron saltándose el pacto que habían firmado con el PSOE. La situación política no permitió entonces por una cuestión de plazos completar el proceso por falta de Gobierno.