El Ministerio de Educación eliminará finalmente este mismo año los exámenes de recuperación de verano en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). La cartera que dirige Pilar Alegría, que se enmienda así a sí mismo, ha explicado que lo hace porque tiene que cumplir con el dictamen emitido por el Consejo Escolar del Estado sobre esta cuestión, según han explicado a EFE fuentes del departamento.
Esto quiere decir que no se aplicará finalmente la moratoria de un año a la que se había avenido la ministra de Educación tras recibir peticiones de distintas comunidades autónomas de mantener durante este curso académico dichas recuperaciones. Estos exámenes se vienen realizando desde hace varios años en los meses de junio y julio en lugar de en septiembre.
Argumenta el Consejo de Estado para retirar la moratoria y forzar que no se hagan exámenes de recuperación ya este verano que esta prórroga podría acabar generando diferentes situaciones según los territorios autonómicos. “La recomendación especial” del Consejo Escolar del Estado es de obligado cumplimiento, explican las fuentes, y exige eliminar la disposición transitoria quinta del decreto de Evaluación, Promoción y Titulación, que será aprobado por el Consejo de Ministros este próximo martes y en el que se recoge la eliminación de estas pruebas.
Educación decidió retirar estos exámenes bajo el argumento de que la convocatoria extraordinaria de junio (o julio) no tiene mucho sentido en el contexto actual: eran muy pocos los alumnos que aprobaban estos exámenes apenas tres semanas después de haber suspendido el de final de curso y además, según fuentes del ministerio, la Lomloe apuesta por la evaluación continua y el criterio del profesorado a la hora de establecer si un alumno aprueba una asignatura o incluso pasa de curso, por lo que sería incoherente vincular esta decisión a un examen.
El real decreto de Evaluación establece que las decisiones sobre promoción y evaluación de la ESO serán adoptadas colegiadamente por el equipo docente, sin que sea obligatorio realizar una prueba extraordinaria o examen de recuperación de las materias no superadas, que sí tendrán que realizar los alumnos de bachillerato. La evaluación en la ESO será “continua, formativa e integradora” y cuando el progreso de un alumno no sea el adecuado, se establecerán medidas de refuerzo, según el texto.
Uno de los principales objetivos de la Lomloe es reducir la alta tasa de repetición de España, que triplica la de la OCDE y ronda el 30%. Para ello, se apuesta por la intervención temprana, los refuerzos y no asociar la repetición a un número determinado de suspensos, además de dar un papel central en la evaluación al profesorado, entre otras medidas, como limitar el número de veces que se puede repetir curso, que será de una en Primaria y dos en toda la etapa obligatoria.
Los alumnos de bachillerato si tendrán que realizar “una prueba extraordinaria de las materias no superadas en el curso en las fechas que determinen las administraciones educativas”.