La tasa de jóvenes emancipados ha alcanzado su mínimo desde 2002 durante el primer semestre de 2019. Según el último informe Observatorio de Emancipación Juvenil del Consejo Juventud de España (CJE), solo el 18,6% de las personas entre 16 y 29 años en España viven en una residencia distinta a sus hogares de origen. La cifra es más baja entre chicos (14,8%) que entre chicas (22,5%). En la franja de 25 a 29 años, son menos de la mitad los emancipados de casa de sus padres, un 39,5%.
El estudio, publicado este 17 de diciembre, se ha realizado sobre personas entre 16 y 34 años que residen en España, a partir de los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE). Señala otros puntos: la opción favorita para emanciparse del hogar es compartir piso. Eso supone para ellos de media un 30,8% del salario.
Sin embargo, para un joven de entre 16 y 29 años en España, alquilar en soledad un apartamento supone de media el 94,4% de su sueldo. Esa cantidad va aumentando desde hace tiempo: en 2018 era del 88,9%, y hasta finales de 2011 había permanecido siempre por debajo del 60%. Hay detalles sobre las características de los pisos: los que son accesibles para las personas en esa franja de edad cuentan únicamente con 25,4 metros cuadrados de superficie.
Comprar o alquilar una vivienda entera está “lejos del alcance de la mayoría de las personas jóvenes”. “Es un pesar ver que los datos nos dicen que la situación lejos de mejorar se sigue enquistando estableciendo cada vez más una estructura económica en la que la emancipación juvenil es prácticamente ficticia”, escriben en el CJE. También dan datos de empleo, relacionados con el acceso a la vivienda propia: solo el 8% de los contratos a personas de entre 16 y 29 años son indefinidos.
El documento alerta igualmente de los datos de independencia entre los no tan jóvenes: “La población entre 30 y 34 años, que solía distinguirse por unas pautas residenciales muy estables, también está experimentado un leve retroceso en la emancipación residencial”. En esa etapa pasan de ser el 71,2% los independizados de 2018 al 70,8% actual.
“Contrasta especialmente el hecho de que, a pesar de que la tasa de emancipación ha bajado, la tasa de empleo haya subido y la población joven en riesgo de pobreza haya disminuido, porque estos avances en la estabilidad económica no se han traducido en un mayor volumen de emancipación”, indican. Porque dan datos sobre pobreza y exclusión en estas edades: el 22,1% de la población de 16 a 29 que trabaja es considerada pobre. Sumando a los que están en paro o inactivos, es decir, en el total, llegan al 33,8% las personas jóvenes pobres.
Alejandro Delgado Rivero, Responsable de Finanzas y Socioeconómica del Consejo, apunta a la incertidumbre política de los últimos meses, que supone “falta de reformas legislativas, regulaciones del gobierno y la aprobación de presupuestos que permitan que el engranaje gubernamental y su acción política”. Y también directamente al mercado de la vivienda y el alquiler: “Sumado a un escenario en el que nos enfrentamos a una posible crisis económica, es de vital importancia que se tomen medidas de regulación en el mercado de vivienda antes de que empeoren los datos macroeconómicos y empiecen a afectar directamente a la estructura de ella, ya que en ese momento podemos esperarnos caer en enquistar aún más la situación”.
El estudio desagrega datos por comunidades. El descenso generalizado de los jóvenes independizados es “especialmente pronunciado” en Cantabria, Canarias y Castilla y León, las tres comunidades, junto a Andalucía, que ya de por sí iban a la cola. Solo en Aragón, Euskadi, Extremadura, Navarra y La Rioja la tasa ha crecido levemente, pero está “estrechamente vinculado al incremento de la población joven nacida en el extranjero y al saldo migratorio positivo”. Cantabria es la región con una emancipación de 16 a 29 años más baja, solo el 14%; Catalunya, la más alta, un 23,1%.
Además de eso, la mayoría de las comunidades pierden población joven, porque se mudan a otras. Solo ganan Euskadi, Aragón, Navarra, Catalunya, Baleares , Canarias y Madrid. El 10,2% de la gente entre 16 y 29 años vive en una comunidad distinta a la que procede, y el porcentaje asciende al 17,3% si hablamos de personas entre 30 y 34 años.