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Sanitarios con miedo a tratar el ébola: “Me negué por la seguridad de mi familia”

El miedo ha invadido las bolsas de trabajo de enfermeros y auxiliares de enfermería. El hospital Carlos III ha tenido que contratar a personal extra para atender a las personas en observación por posible contagio, pero se ha encontrado con la negativa de muchos sanitarios, que temen exponerse al contagio de ébola.

“No es que se nieguen a realizar su trabajo, sino que están poniendo en tela de juicio las escasas medidas de seguridad con las que cuentan”, ha explicado la portavoz del Sindicato de Técnicos de Enfermería, Elvira González. La portavoz asegura que cuando las bolsas se acaban, recurren a la lista del paro.

“No dije que no hasta última hora”, relata Raquel, una de las enfermeras que se ha negado a trabajar en el Carlos III. Este jueves recibió una llamada del hospital, le ofrecían un trabajo de diez días: se incorporaría al personal que está tratando a la enferma. “Como yo tengo experiencia en cuidados intensivos, tenía todas las condiciones para trabajar en lo más gordo”, comenta la enfermera, que se vio sorprendida ante la llamada. “Normalmente en La Paz son muy cuidadosos con el personal que seleccionan, luego me di cuenta de que, quizá, no tienen a mucha más gente dispuesta a trabajar allí”.

Raquel volvió a llamar más tarde. Un posible embarazo y la seguridad de su familia son las razones que le llevaron a declinar la oferta de trabajo. “Para mí es muy importante porque está dentro de mis principios atender a quien lo necesite, pero me asusté por la seguridad de mi familia”, narra la enfermera.

La falta de formación de los sanitarios, las dudas sobre el protocolo de actuación y la seguridad de los materiales son, según los sindicatos, las razones que explican por qué los sanitarios de las bolsas de empleo se están negando a tratar a posibles contagiados de ébola.

“Mi miedo está en que los mecanismos de transmisión no están muy claros”, cuenta Raquel. “La información que tenemos no es clara, no hay un protocolo fiable y tampoco nos garantizan que los materiales sean seguros. De hecho, en Móstoles ni siquiera tienen los trajes correspondientes”. La sanitaria tiene miedo de que “les carguen el muerto como han hecho con la enfermera” si hacen algo mal en el proceso de aislamiento.

Esta enfermera es solo un caso de los muchos que no se atreven a trabajar bajo el riesgo de contagio. El miedo supera incluso las consecuencias de rechazar un contrato de trabajo en la bolsa. Raquel calcula que la negativa le supondría hasta un año fuera de la bolsa, un año sin poder trabajar.

No obstante, Sanidad ha levantado la mano en este aspecto. Según fuentes del Sindicato de Enfermería, este jueves se llegó a un acuerdo entre los sindicatos y Sanidad para que no se penalice a quienes rechacen un contrato de este tipo. “No es un acuerdo como tal –ha matizado Julián Ordóñez, secretario del sector de Salud y Servicios Sociosanitarios de UGT–, es un pacto tácito en una situación de extrema gravedad al que se ha llegado después de nuestra insistencia para que los trabajadores no se sientan coaccionados a aceptar”.

Así funcionan las bolsas de trabajo

“Hay dos tipos de bolsas –explica Ordóñez–, la de enfermería y la de auxiliares de enfermería”. La bolsa de los enfermeros engloba a todos los hospitales, “es una bolsa muy grande a la que tienen acceso todos los centros”, explica Ordóñez. El criterio de selección se basa en una suerte de meritocracia: formación, experiencia... No obstante, la portavoz de la Asociación de Enfermería de Madrid, Alda Recas, denuncia que el criterio de selección “nunca ha estado claro”, porque cada hospital actúa de una manera diferente.

Los auxiliares de enfermería se apuntan a otro tipo de bolsas, que dependen de cada centro hospitalario. Son listas de aspirantes mucho más pequeñas, ordenadas por antigüedad, formación y por diferentes parámetros relacionados con la capacidad de cada sanitario. “La gente que está arriba tiene contratos de mayor duración y la gente que está más abajo tiene que ir cogiendo contratos de menor calidad: sustituciones, contratos de corta duración...”, detalla el secretario de UGT.

Aunque el procedimiento se está cumpliendo con normalidad, los sindicatos explican que bastante gente se está negando. “La bolsa va llegando cada vez más abajo y hemos tenido casos de gente a la que han llamado que ha acabado el año pasado, gente muy joven que no tiene experiencia ni formación suficiente”. Cuando la bolsa se acaba, los hospitales han tenido que recurrir a la lista del paro, asegura González.