Si los frentes abiertos por el ministro José Ignacio Wert en materia de educación eran pocos, ahora se suma uno nuevo. Con el curso empezado y a través de una disposición en el BOE sin más comunicación, Educación ha cambiado la forma de otorgar sus becas a los estudiantes universitarios que participan en el programa Erasmus.
Hasta ahora los alumnos recibían del Gobierno una beca complementaria dotada con unos 100 euros que se aumentaba en 85 euros si el año anterior había disfrutado de otra beca del ministerio. Pero este año la cosa cambia. Y lo hace además con miles de estudiantes ya en otros países y el curso en marcha. Según recoge el BOE del 29 de octubre el requisito imprescindible para obtener una beca Erasmus del Ministerio de Educación será haber sido becario el curso 2012-2013. Sin esa condición, la beca se esfuma. “Son beneficiarios de la subvencioÌn los estudiantes seleccionados para su participacioÌn en el programa Erasmus en el curso 2013-2014, de acuerdo con los requisitos establecidos en la normativa reguladora del programa de Aprendizaje Permanente, publicada en el Diario Oficial de la UnioÌn Europea de 3-08-12 (Convocatoria de propuestas 2013 EAC/ S07/12), y que a su vez hayan sido beneficiarios de una beca de las denominadas de caraÌcter general concedida por el Ministerio de EducacioÌn, Cultura y Deporte durante el curso 2012/2013 a traveÌs de las convocatorias realizadas por las Resoluciones de 2 de agosto de 2012 de la Secretaria de Estado de EducacioÌn FormacioÌn Profesional y Universidades, publicadas en el BoletiÌn Oficial del Estado de 14 de agosto, y sus oportunas resoluciones de concesioÌn”, recoge el artículo 2 de la disposición ministerial.
Solo en ese caso podrán recibir esta beca y con una cuantía máxima de 300 euros al mes “en funcioÌn del nuÌmero de alumnos que finalmente resulten beneficiarios de la ayuda y de acuerdo con las disponibilidades presupuestarias”, añade el artículo 5 del BOE.
Desde el Ministerio de Educación y a través de un comunicado han explicado que el objetivo de este cambio es “garantizar que la aportación llegue a los estudiantes participantes en el programa comunitario de movilidad con más bajos ingresos” complementando las ayudas que otorga la Unión Europa y evitando “el elevado número de renuncias de cursos anteriores”. Con esta decisión, añaden, “el Gobierno mantiene el componente adicional de convocatorias anteriores (ligado a la renta de los beneficiarios) y prescinde de ayudas lineales que no responden a las necesidades económicas de los estudiantes. Se destinan de este modo ayudas económicas complementarias para quienes más lo necesitan”. Y concluyen que “el Gobierno pretende hacer de la aportación complementaria a los estudiantes Erasmus una ayuda verdaderamente social, que garantice la igualdad de oportunidades”.
100 euros fundamentales
La noticia ha caído como una bomba entre los miles de estudiantes que llevan ya unos dos meses en el extranjero estudiando. Una ayuda de unos 100 euros al mes durante ocho meses, que suma a las que reciben de la Unión Europea (alrededor de 115 euros) y en los mejores casos de las comunidades autónomas, puede parecer a priori poco pero es fundamental para pagar pisos y residencias, comida, gastos o volver a casa en vacaciones. Y además, se viene a unir a la reducción de la partida del Ministerio para ayudas complementarias, fijada para este año en 15,29 millones de euros frente a los 36,84 millones del año pasado.
Los estudiantes de Erasmus se movilizaron en la noche de ayer en las redes sociales organizando una protesta en Twitter bajo el hashtag #ErasmusRIP, abriendo grupos en Facebook y, entre otras iniciativas, con una recogida de firmas en la plataforma change.org, que ya lleva más de 13.000 firmas, para pedir la retirada de esta nueva fórmula de concesión de las becas del Ministerio de Educación y que se mantengan independientemente de que fueran becarios o no del ministerio el curso pasado. Además están preparando una manifestación para mediados de noviembre en Roma, aprovechando un viaje que tenían organizado los Erasmus españoles de este curso, y que tendrá su réplica simultánea frente a las embajadas españolas de varias ciudades europeas.
Desde Italia un grupo de estudiantes españoles de la Università degli Studi di Foggia cuenta a eldiario.es que esta nueva medida les pilla de sorpresa y con el curso empezado. “Nos han engañado con el curso empezado. Dos meses después. Si yo sé esto no vengo, y muchos directamente van a tener que volver a España. Ya hay gente que se ha planteado no volver a casa en Navidad y otros que están trabajando como camareros a tres euros la hora para poder pagarse el Erasmus”, cuenta Alejandro Peñuela, que estudia 3º de Derecho. “Vamos a tener que sobrevivir. Llevamos meses aquí y ahora nos enteramos de esto porque se han inventado un decreto”, añade Iñaki Talens, que estudia 3º de INEF.
“En nuestro contrato de Erasmus aparece lo que nos va a pagar el Ministerio de Educación, aunque pone una cantidad por determinar. Pero nadie pensaba que esa cantidad iba a ser cero”, apunta Fernando Orozco, que estudia 4º de Márketing. “El gasto mínimo aquí es de 500 o 550 euros al mes. Ahora nos encontramos que ese dinero lo vamos a tener que poner de nuestro bolsillo y del de nuestros padres... los que puedan, claro”, recalca.
“Nosotros pagamos de piso entre 200 y 250 euros además del agua, la luz, internet, comer... Tenemos que pagar muchas cosas, está claro que ese dinero no da para todo pero sí es una ayuda. Y no sabemos qué vamos a hacer”, dice Fernando. “Son 800 euros para el curso. Con eso pago la mitad del mi alquiler durante cuatro meses. No es ninguna tontería”, matiza Germán Fernández, estudiante de 5º de Medicina. “Por ahora el único organismo que está dando dinero es la Junta de Andalucía, que además tiene el mismo presupuesto para sus becas que el Ministerio...”, añade. Efectivamente, el Gobierno andaluz invierte en su programa de Becas Erasmus 15 millones de euros, la misma cantidad que el Ejecutivo central para el conjunto del país, y este año ha cambiado la forma de otorga la cuantía de las becas, ya que varía en función del país de destino.
Alejandro Martínez estudia 3º de Historia en la Universidad de Sussex de Gran Bretaña. Nos cuenta por Skype que esta es una más. Con un 9,47 de media el año pasado, ha solicitado una beca de excelencia para la que piden una nota de 9 pero “hicieron lo mismo que ahora, pedir que el año anterior fuéramos becarios del Ministerio”, por lo que no ha podido acceder a esa beca. “Esa es la apuesta por la excelencia del Gobierno”, remacha. Y ahora suma que va a perder los 100 euros de la beca del Ministerio. “Yo no puedo viajar al pasado para saber que necesitaba una beca el curso pasado para tenerla este año”, explica. Pagando 5.100 libras al año por la residencia, sin incluir las comidas, además de los gastos normales de cualquier universitario, “con esos 100 euros al mes puedo pagar fácilmente comida, fotocopias o viajar, porque también me gustaría volver en Navidad con la familia”, agrega.
“Mis padres me han preguntado ya si me había planteado volver”, explica Alba Requena desde Bari (Italia). Se marchó en septiembre a estudiar su último año en Finanzas y Contabilidad y a día de hoy no sabe si podrá finalizar el curso allí. “Volver es echar un año por tierra. No sé cómo lo haré. De momento quiero aguantar el primer semestre y después volveré o no en función de si puedo seguir pagando mi estancia aquí o de que encuentre un trabajo”, agrega. Alba recibía en teoría unos 450 euros al mes entre las ayudas de la Unión Europea, el Gobierno y la Junta de Andalucía. 100 euros menos supone “no poder vivir. Con 300 euros no se puede vivir aquí. Pagamos 200 euros solo de piso, más los gastos... Nos ha caído un jarro de agua fría porque prácticamente son 100 euros que gastamos en comer o en transporte. Y además yo no soy becaria porque tengo un Master y al tener un tercer ciclo no me correspondería ninguna beca pero sí cumplo los requisitos económicos porque he sido becaria antes”, matiza.
Por Facebook Irene Solís nos cuenta que está de Erasmus en Clermont (Francia). Lo de comer arroz y pasta es la tónica general y soñar con la carne es para ella y muchos compañeros, tal y como se van contando en la red social -“comprarse filetes de carne o pescado en Francia es darse un 'caprichito excesivo' hasta en los supermecados más accesibles para un estudiante”, coincide Alcázar Poza. “Mis padres pidierón un préstamo, ya que estudio Traducción y es imprescindible hacer Erasmus. Contaban con la beca para poder tirar: ¿Ahora qué?”, se queja.
Otros futuros Erasmus como Laura Zorzona ven un futuro muy negro para los próximos meses. “Yo seré Erasmus en el segundo cuatrimestre en Hamburgo, Alemania. La situación también me afecta porque no recibo la beca general”, cuenta. Por suerte, agrega, cuenta con el apoyo de la familia pero “hay muchos estudiantes que van a tener que regresar a España con el curso ya empezado porque necesitaban ese dinero para continuar su estancia en el extranjero y ahora su situación es completamente incierta”. Y lo más sorprendete, señala, es que esta nueva disposición llega “con el curso ya empezado y sobre todo afecta a estudiantes que ya habían firmado el contrato y se habían ido bajo unas condiciones”.
Fran Díaz, desde Brno (República Checa), está acabando Ingeniería de Telecomunicacio