España acumula en lo que llevamos de 2024 cuatro veces más récords de calor que en todo un año sin cambio climático

Raúl Rejón

17 de abril de 2024 22:23 h

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Es posible que algunos días más fríos de lo normal intercalados distorsionen la percepción general, pero España encadena meses alteradamente cálidos. La subida global de temperaturas hace que en cuatro meses se hayan acumulado 19 récords diarios de calor cuando en un clima sin alterar por las emisiones humanas de gases lo esperable serían cinco durante 12 meses.

“Es una cifra muy significativa”, explica el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, Rubén del Campo, porque, sin la acumulación de gases de efecto invernadero, lo normal serían cinco en todo el año: “Se multiplica casi por cuatro en mucho menos tiempo”, remata Del Campo.

Solo en el último episodio de “calor extraordinario” se han batido cuatro plusmarcas diarias consecutivas: 12, 13, 14 y 15 de abril.

Este indicador es, a juicio de la Aemet, uno de los “más claros” a la hora de mostrar cómo el planeta se está recalentando de manera acelerada debido a esa cúpula de CO2 creada por las emisiones contaminantes que no permite escapar a la radiación solar.

En la otra cara de la moneda, “en estos meses no se ha registrado ningún récord de día frío”, añade el meteorólogo. Eso a pesar de que hayan aparecido episodios fríos. En enero, en febrero y en marzo se han incrustado días con temperaturas más bajas que el promedio para esas fechas, pero en ninguna ocasión han supuesto ni ola de frío. Ni siquiera un solo récord diario.

De hecho, en el balance global, si el invierno tuvo una temperatura media casi 2ºC más alta que la histórica, marzo también resultó más bien cálido (+0,6ºC sobre el promedio). “La primera quincena de abril ha sido muy cálida, con 3ºC por encima de lo normal. Es la tercera más cálida de los registros”, apuntala Rubén del Campo.

Así que, a pesar de que se hayan registrado jornadas con bajas temperaturas, el escenario y la tendencia general indican que el mundo y España se calientan. “En la última década los récords de calor diario en España han sido 28 veces más abundantes que los de frío”.

Es cierto que hasta ahora ha estado actuando el fenómeno de El Niño –que tira para arriba de las temperaturas globales–, pero a lo largo de esta década y su desequilibrio tan acusado entre récords de calor y de frío, se han sucedido episodios de El Niño pero también de La Niña, que tiene un efecto inverso sobre las temperaturas planetarias: refresca la Tierra.

Tras el episodio de calor extraordinario que ha cruzado España en estos últimos días, la Agencia pronostica para las siguientes jornadas una caída de temperaturas con “heladas en montañas y páramos del interior”. No parece que vayan a enderezar el rumbo que apuntala la crisis climática y genera toda una batería de impactos ya palpables.

Temperaturas altas... e incendios

De hecho, las temperaturas inusualmente altas han coincidido con el gran incendio forestal que ha quemado casi 700 hectáreas de monte en Tárbena (Alicante). Un incendio en abril, en teoría fuera de la época de máximo riesgo. Un episodio que ha reforzado la conexión entre cambio climático –y la altas temperaturas asociadas– y fuegos de grandes dimensiones.

Hace casi un año, otro gran incendio fuera de temporada estival de alto riesgo, el de Villanueva de Viver (4.200 ha), se declaró durante un episodio especialmente caluroso (y seco) en marzo de 2023. El de Montixelvo, ocurrido a mitad de noviembre de 2023, abrasó 2.500 hectáreas en un periodo “anómalo y prolongado extremadamente cálido y seco”, según lo calificó la Aemet.

En este de Tárbena, recientemente controlado, no había vientos fuertes que favorecieran la propagación, pero el nuevo contexto climático está conllevando “terreno inexplorado” en muchas áreas, incluida la de los incendios forestales, abunda la Aemet. “Situaciones climáticas extremas no registradas anteriormente como en las que estamos inmersos este año”.

Los incendios forestales son solo uno de los impactos –de los más visibles en España– exacerbados por el cambio climático. Las consecuencias de un clima alterado cubren un amplio espectro. Este miércoles, por ejemplo, se han conocido los cálculos sobre cuánto puede costar la crisis del clima a los bolsillos del mundo. Hasta un 18% menos de renta media en España para 2050 (el año en que deberían reducirse a casi cero las emisiones de CO2), según una investigación publicada en Nature.

Calificado como “excelente y riguroso”, el trabajo apunta a que este calentamiento generalizado del planeta (y su consecuente desbarajuste climático) empeorará “la productividad, el rendimiento agrícola o de las infraestructuras”. ¿En qué puede traducirse esto en España?

Menos cultivos, menos turismo, menos empleo

La organización ecologista Greenpeace recuerda que “el calor extremo hará que determinadas partes del sur de Europa, incluidas zonas de España, experimenten una pérdida generalizada de horas de trabajo entorno al 15%”. La Organización Mundial del Trabajo (OIT) estima que pueden ser 7.700 puestos de trabajo en 2030 con estos niveles de recalentamiento.

También el daño del calor intenso sobre los cultivos está cada vez más acreditado. Aunque más cantidad de CO2 en la atmósfera puede favorecer la fotosíntesis de las plantas, las temperaturas muy altas contrarrestan esto incrementando la transpiración y aumentando la sed de los cultivos. El panorama en este sentido es malo para toda la franja sureste de la península ibérica. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha dejado por escrito en un memorando que “el efecto negativo que podría ocasionar en la productividad de los cultivos podría poner en peligro la seguridad alimentaria”.

Y para rematar la situación, las proyecciones climáticas –algunas ya están haciéndose realidad– han mostrado que, también en el sur de Europa, las condiciones van a empeorar la demanda de turismo que supone un 12% del PIB español. “España, Italia, Grecia, Portugal, Chipre, Bulgaria y Rumanía perderán flujos turísticos respecto al nivel actual”, concluía el Centro Conjunto de Investigación Europea de la Comisión. Para España han calculado una pérdida de al menos el 5%.

Con esta perspectiva, CaixaBank ha analizado los gastos con tarjeta en municipios españoles y ha detectado que el gasto turístico en las ciudades de la fachada atlántica ha crecido a buen ritmo entre 2019 y 2023 mientras que “es mucho menor en la parte sur de la costa mediterránea”.

En 2024, todavía el sector turístico español está batiendo récords absolutos en Navidad, puentes festivos y Semana Santa. Pero en Catalunya se han establecido ya para esta temporada de verano límites a la dotación de agua para el turismo y la Junta de Andalucía intentó que las piscinas particulares se quedaran secas (aunque finalmente ha cedido). Sendos avisos de un futuro climático que ya es presente.