España es el país del mundo en el que un ciudadano tiene más opciones de recibir un trasplante si lo necesita. En 2023, hubo 48,3 donantes y 122 intervenciones por cada millón de habitantes, con las que, según ha indicado este miércoles la ministra de Sanidad, Mónica García, “se alcanza una cifra récord”, con un crecimiento del 9% de trasplantes y del 7% de donación respecto al año anterior, pero que supera también los registros de 2019, el último año antes de la covid-19 y que marcaba, hasta ahora, el mejor ejercicio de actividad. En total, en los últimos 12 meses ha habido 2.346 donantes fallecidos y 5.800 trasplantes efectuados.
“Los datos vuelven a demostrar un volumen de éxito de la Organización Nacional de Trasplantes que no solo destaca como un modelo de excelencia a nivel mundial, sino como un pilar de cohesión social y como una sociedad comprometida con la solidaridad y la importancia de salvar vidas”, ha destacado García. La ministra, ha recordado que, tras esas cifras, hay “pacientes que dejan la diálisis, el carrito con el oxígeno, que no tienen que ingresar, que pueden volver a dormir acostados y que recuperar una vida normal”.
La directora de la ONT, Beatriz Domínguez Gil, ha señalado que los 2.346 donantes fallecidos son el máximo histórico en números absolutos y suponen un crecimiento del 7% respecto al año pasado y sitúan a España a la cabeza en donantes (48,9) por millón de habitantes. La media de la Unión Europea son 20,9; en Alemania hay 10,4; en Australia, 17,4; y en Reino Unido, Canadá o Suecia, en torno a 21.
El país que más se aproxima a las tasas españolas es Estados Unidos, con 44,5 donantes por cada millón de habitantes. “Ha emulado algunos aspectos de nuestro modelo, como la implicación de los intensivistas y otros profesionales que trabajan con pacientes críticos”, ha señalado Domínguez Gil, que ha explicado también que el perfil del donante es allí “mucho más joven y fallece por causas no naturales”. En concreto, el 17% lo hace por una sobredosis de drogas. “Este tipo de donantes, en España, afortunadamente son excepcionales”, ha reconocido.
La mayoría de trasplantes que se realizan en España continúan siendo los renales, con un total de 3.688, con un aumento del 8% respecto al año anterior. En este sentido, la directora de la ONT ha indicado que el “gran motor” de este incremento ha sido la donación en vida, con 433 donantes, el 12% del total.
El siguiente trasplante más común ha sido el hepático, con un incremento del 9% respecto a 2022 y del 3% respecto a 2019 y 1.262 intervenciones. Le siguen el pulmonar, con 479 casos, un 15% más que el año anterior y un 14% por encima que antes de la pandemia; el cardíaco, con 325, un 5% y un 8% más, respectivamente; el pancreático, con 100 casos, que suponen un 32% más que en 2019; y 7 intestinales, un 75% más.
El gran revulsivo para la Organización Nacional de Trasplantes ha sido la donación en asistolia, que se produce cuando un donante fallece por una parada cardiorespiratoria. El proceso es, ha explicado Domínguez Gil, “mucho más complejo, porque los órganos se quedan sin flujo sanguíneo y comienzan a perder su viabilidad”. En esta lucha contra el tiempo, España es el único país del mundo capaz de trasplantar todo tipo de órganos, “incluso intestinos”.
Por comunidades autónomas, Cantabria vuelve a liderar en cuanto a donaciones de personas fallecidas, con 74,1 por cada millón de habitantes, seguida de Navarra, con 71,6 y de Murcia, con 71. “Son tasas imposible de imaginar para el resto de países del mundo”, ha presumido la directora de la ONT, que ha puesto en valor el gran incremento de la Comunitat Valenciana (52,6) y Andalucía (51,5) o de Madrid (38,1) y Castilla-La Mancha (43,5), “las que más han crecido en comparación con el año previo”.
Esa tasa tan baja de la Comunidad de Madrid responde, según Domínguez Gil, a varios factores. Uno es meramente demográfico, con una población más joven. Esto hace que en la cornisa cantábrica, con grupos más envejecidos, las tasas de donantes por millón de habitantes sean mayores, con 40,5 en Galicia, 54 en Asturias o 57 en Euskadi. “Pero es cierto que existen posibilidades de mejora, probablemente importando prácticas que han funcionado muy bien en otras comunidades”, ha explicado la directora de la ONT, que ha destacado un aumento del 24% en Madrid respecto al año previo.
En Extremadura, hubo en 2023 un total de 59 donaciones por cada millón de habitantes. En Castilla y León fueron 45,8; en La Rioja, 53,1; en Aragón 38,3; en Catalunya, 48,6; en Balears, 41,2; y en Canarias, 53,6.
Un dato que, según la ministra, muestra el efecto cohesionador del sistema de trasplantes en España es que el 23% de órganos se donan en una comunidad autónoma diferente de aquella en la que se trasplanta. García ha señalado que “solo entre el 1% y el 2% de las personas que fallecen en un hospital, lo hacen en condiciones de ser donantes”. Sin embargo, “el 82% de las familias dijeron que sí en un momento tan trágico y de inmenso dolor”, indicó la ministra, que les trasladó “el más alto reconocimiento del Gobierno de España”.
Al cierre de 2023, había en lista de espera 4.794 pacientes en lista de espera para un trasplante, de los que 75 eran niños. La cifra no es menor que la del año anterior, pero Domínguez Gil ha explicado que se produce aquí un efecto paradójico: “uno puede creer que cuando trasplantamos mucho, se reduce la lista de espera, pero lo que ocurre es que se reducen los criterios para enterar y entonces, tenemos más”. Por eso, el objetivo de la ONT “nunca es la lista de espera, aunque hemos conseguido que se reduzcan los tiempos”, sino que quien necesite un órgano pueda optar a él.