París, 14 mar (EFE).- España está en el furgón de cola de los países de la OCDE en lo que respecta a la proporción de empleos verdes, una magnitud que avanza sobre todo en aquellas regiones que más gastan en investigación y desarrollo (I+D).
Esta es una de las enseñanzas de un informe publicado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que pone en evidencia que esos empleos verdes, que ocupan mayoritariamente personas con estudios universitarios que ganan un 20 % más que la media, se concentran en zonas particularmente ricas, como las capitales de los países.
El porcentaje de esos puestos de trabajo verdes, definidos como aquellos en los que al menos un 10 % de las tareas favorecen directamente el desarrollo sostenible, ha crecido de forma muy limitada en la OCDE, al pasar del 16 % en 2011 al 18 % en 2021, debido a una escasez de competencias, según los autores del estudio.
En 2021, no representaban siquiera el 15 % de la masa laboral en Canadá, Estados Unidos y Grecia, y se quedaban entre el 15 % y el 20 % por orden creciente en Australia, Italia, Polonia, España, Eslovaquia, Hungría y Alemania.
En el extremo opuesto, dentro de los treinta Estados para los que hay datos disponibles, solo Luxemburgo superaba el 30 % y otros siete estaban por encima del 25 %, por orden decreciente Lituania, Estonia, Letonia, Suecia, Noruega y Nueva Zelanda.
La OCDE señala igualmente las diferencias entre regiones dentro de muchos países, sobre todo en Estados Unidos (17 puntos porcentuales, en parte por la situación privilegiada del distrito de Columbia), pero también en Hungría (14 puntos), Lituania, Finlandia y Francia (11 puntos en cada uno).
En España esa fractura es menos marcada (8 puntos porcentuales) pero también significativa. Hay tres comunidades autónomas por encima del umbral simbólico del 20 % -Madrid (22,1 %), Cantabria (20,4 %) y Cataluña (20,1 %), mientras que cierran la tabla Murcia (16 %), Castilla León (16,2 %), Castilla La Mancha (16,1 %) Canarias (15,5 %) y La Rioja (14,1 %).
En 19 de los 25 países para los que hay estadísticas regionalizadas, las regiones de las capitales son las que tienen la mayor proporción de empleos en tareas ecológicas.
Los autores del informe avisan, precisamente, de que la transición ecológica puede ampliar la fractura económica entre ellas, ya que las regiones con un mayor peso de empleos contaminantes tienden a tener un producto interior bruto (PIB) más bajo.
Y puesto que esos empleos afrontan un mayor riesgo de desaparición, esas áreas de entrada más deprimidas corren el riesgo de experimentar mayores pérdidas de puestos de trabajo que las más prósperas.
La OCDE también constata que las mujeres están muy poco representadas en el empleo verde (un 28 % del total de la OCDE) por su escasa presencia en disciplinas esenciales: son menos del 25 % entre los ingenieros y menos del 20 % entre los informáticos.
Al mismo tiempo, los hombres son ultramayoritarios (un 83 %) en los puestos de sectores con una gran parte de actividades contaminantes, como las industrias extractivas y manufactureras, que están entre los que más se van a resentir con la transición energética.