En España hay algo más de 12 millones personas mayores de 60 años. Son la población diana prioritaria de vacunación frente a la COVID-19 porque son también las que más riesgo tienen de padecer complicaciones si se infectan con el virus. Después de que el Ministerio de Sanidad decidiera suspender la administración de AstraZeneca para menores de 60 años hace dos semanas, todos los esfuerzos del plan de vacunación se centran en el grupo de los más mayores. A 21 de abril, aproximadamente 6,7 millones de ciudadanos de más de 60 años han recibido vacunas de Pfizer, de Moderna o de AstraZeneca. De ellos, cerca de 4,5 millones tienen solo una dosis; es decir, están 'parcialmente' inmunizados. Otros 2,1 millones ya han completado la pauta. Además, quedan algo más de 5,6 millones que todavía no tienen ninguna.
Janssen se ha comprometido a entregar 1,6 millones de sus dosis –146.000 ya se empezarán a distribuir mañana entre las comunidades, tras el visto bueno de la Agencia Europa de Medicamentos– antes de que termine mayo, suficientes para inmunizar a 1,6 millones de personas, porque es monodosis. Es decir, contando el suministro pactado con Janssen, quedarían 4 millones de ciudadanos con más de 60 años por inmunizar con los demás sueros.
Solo de Pfizer esperamos, según anunció la ministra de Sanidad, 1,7 millones de dosis a la semana desde el próximo lunes, hasta sumar 8,5 millones en total cuando termine mayo). Llegarán más de Moderna (3,5 millones a lo largo de todo el trimestre) y más de AstraZeneca (otros 7 millones). Eso sí, está aún por confirmarse la cantidad correspondiente a cada remesa y cuánto será en mayo y cuánto junio.
A todos los cálculos hay que sumar que hay que poner segundas dosis. En estos momentos, unos 4,3 millones de ciudadanos mayores de 60 ya vacunados esperan el segundo pinchazo. El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas debatían estos días si alargar la pauta de Pfizer y Moderna de los 21 y 28 días en los que están indicadas, respectivamente, a 42. La idea tiene como objetivo precisamente poder abarcar a más gente 'parcialmente' en el mismo tiempo, pero este martes lo han descartado.
Los plazos de AstraZeneca
En el caso de AstraZeneca el plazo de la segunda pauta es más amplio, de tres meses. Esta es la vacuna que ha recibido la mayoría de ciudadanos de entre 60 y 69, a los que les tocará repetir pinchazo a partir de junio, porque ha sido en abril cuando se ha acelerado su campaña. Por eso es técnicamente imposible que estén completamente inmunizados al finalizar mayo.
En cambio, los mayores de 70 han sido inmunizados en su mayoría con Pfizer, por lo que hay aproximadamente 2,6 millones a la espera de sus segunda dosis.
Es decir, si se suman los 2,6 millones mayores de 70 a los 5,6 millones que siguen pendientes de una primera dosis, hay que poner 8,2 millones de pinchazos de aquí a finales de mayo para tener parcialmente o del todo protegida a toda la población mayor de 60 años. Hay dosis suficientes para ello –aunque muy justas– incluso si solo se cuenta Pfizer. Con Janssen y con la parte que AstraZeneca y Moderna manden de sus compromisos del segundo trimestre, las cuentas salen. El ritmo de vacunación de los sanitarios también se incrementa día a día, conforme lo hace el suministro. La media actual es de 295.000 dosis al día, y están puestas el 93% de las recibidas.
Dependemos de que las farmacéuticas cumplan
Las cuentas salen siempre y cuando se cumpla la primera condición: que las farmacéuticas respeten sus compromisos y que no haya nuevos parones, como el de Janssen. Pfizer, la que más envía, lleva ya tres meses con entregas regulares y, de hecho, aumentando sus partidas: de 300.000 en enero a 1,7 millones.
“No me atrevo a dar un objetivo cerrado de fechas”, indica Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología y representante canario en la estrategia nacional de vacunación, “porque hay muchas variables que no controlamos; la principal, la llegada de vacunas, que los laboratorios envíen y no tengamos ningún contratiempo”. “Si todo se normaliza –continúa– no sé si podemos tener a todos los mayores de 60 antes de junio. Pero sí a un porcentaje muy alto. Al menos con una dosis, eso es muy probable. Con dos, no lo sé”.
Piensa parecido José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Enfermería y Vacunas: “Es posible, si no se pierde nada en la recepción de dosis. Teniendo en cuenta que Moderna también va para todos los mayores, que AstraZeneca siga para mayores de 60, y que Janssen se pueda utilizar por fin. Si no es a finales de mayo, será a principios de junio. Lo que espero es que no haya ninguna idea rara, como la de los profesionales esenciales menores de 60. Que todas vayan para mayores, a toda velocidad y con todos los esfuerzos, y para los grandes dependientes que quedan y quienes tienen patologías, con los que apenas se ha empezado. Por el momento parece que es así”. Queda pendiente saber si parte de las vacunas de AstraZeneca o de Pfizer se dirigen a los profesionales sanitarios menores de 60 años que esperan su segunda inyección, que serían algo menos de dos millones y con los que habría que empezar en mayo. Desde Sanidad también se ha explicado que esa pauta se puede retrasar sin que la ciudadanía esté en riesgo.
Alargar el plazo entre dosis: una idea no sustentada científicamente
Varios especialistas consultados por este periódico coinciden con que el hito de alcanzar al menos con una dosis a los mayores de 60 es incluso más importante que el 70% de la población para la inmunidad de grupo que se ha marcado el gobierno. “Es importantísimo –recalca García Rojas– porque lo que más nos interesa es eliminar la cara más amarga de la pandemia: las hospitalizaciones, los ingresos en UCI, y los fallecimientos. Y la vulnerabilidad está vinculada sobre todo a la edad. Con proteger a los mayores de 60 destensionamos el sistema sanitario”. Tener a los mayores de 60 años vacunados es “lo que nos va a cambiar la vida, lo que va a cambiar absolutamente nuestra forma de enfrentarnos a la enfermedad”, decía Carmen Cámara, secretaria de la Sociedad Española de Inmunología.
Los expertos consultados tampoco estaban de acuerdo con la opción de alargar el espacio entre dosis de Pfizer y Moderna para de esa manera inocular a más gente con la mitad del tratamiento, sobre todo si se trata de mayores. Sería “apetecible”, comentaba Cámara a este periódico, “porque con las primeras dosis ya se alcanza mucho nivel de protección. En laboratorio vemos que el empujón grande de inmunidad te lo da la primera dosis, y la segunda dosis solo lo refuerza un poco, y directamente no aporta nada a las personas que han pasado la COVID y tienen inmunidad natural. No hay documentados casos severos solo con la primera dosis de Pfizer”. Sin embargo, “hacen falta ensayos clínicos. En inmunología nos apetecería, creemos que sería beneficioso, pero hay que hacerlo con un ensayo científico”. En todo caso “me arriesgaría a hacerlo con menores de 60. Éticamente, con mayores de 60, que necesitan mucha protección, no”. García Rojas y Forcada coinciden con ella. La prioridad son los mayores, y protegerlos es el primer objetivo.