Claves de la vacunación: un millón de inmunizados y 65.000 dosis al día, que tienen que subir a 300.000
193.800 dosis de la vacuna contra la COVID-19 de AstraZeneca ya llevan una semana en España, pero no se van a poder emplear como creíamos hace un par de meses. El laboratorio no tiene datos suficientes sobre su eficacia en mayores de 55 años, así que en España no se les dará a ellos. El Ministerio de Sanidad sí abre la puerta a hacerlo cuando vengan resultados de Reino Unido –que sí la está administrando– o del ensayo clínico de EEUU, seguramente favorables, pero de momento no lo ve posible.
Eso abre dos procesos simultáneos. Por un lado, se continúa con las dosis de Pfizer (tenemos 2,5 millones) y Moderna (192.000) con usuarios de residencias, sanitarios y sociosanitarios y grandes dependientes, y se comienza con los mayores de 80 que viven en sus casas. Por otro, se empieza con AstraZeneca con sanitarios que quedaban y con otros subgrupos de trabajadores sociosanitarios, y con trabajadores esenciales (policías, bomberos, militares y docentes). Los objetivos son dos: alcanzar al 80% de la población mayor de 80 en abril, lo que comprendería junto a los otros primeros grupos a unas 4,5 millones de personas; y al 70% de la población española a lo largo del verano, 35 millones entre adultos y niños. Este es el punto en el que nos encontramos para conseguirlos.
¿Qué ritmo llevamos y cuál necesitamos?
Del jueves 4 de febrero al jueves 11 de febrero de 2021 se inyectaron 455.165 dosis en España, es decir, una media diaria contando fines de semana de aproximadamente 65.000. Para tener inmunizada (con doble dosis que casi todos los ensayos necesitan) al 70% de la población española el 21 de septiembre, al final del verano, se necesitan más o menos 2,1 millones de pinchazos a la semana, 300.000 al día. Serán menos si se autoriza la vacuna de Janssen, que es monodosis y solo necesita un pinchazo, es decir, la mitad para vacunar a la misma gente.
¿Cuántas vacunas tenemos seguras?
El Ministerio de Sanidad espera recibir, desde el 27 de diciembre y hasta el 31 de marzo, 6.217.965 dosis de Pfizer. A lo largo de febrero 1,7 y a lo largo de marzo 2,7. De Moderna estaban previstas 600.000 en seis semanas, comenzando en enero, y en febrero tocan 412.000. Y de AstraZeneca, 1,8 millones en todo febrero. Suman 8,6 millones de dosis para las 4,5 millones de personas del primer objetivo. Como todas las vacunas son de doble dosis, harían falta cerca de 9, así que con lo confirmado hasta ahora se queda muy justo, aunque es prácticamente seguro que Moderna y AstraZeneca sumarán nuevas cantidades entre febrero y marzo. Eso sí, para los mayores, el 1,8 de AstraZeneca no sirve.
¿Cuántas esperamos?
Sanidad y los especialistas confían en que a partir de marzo y abril el suministro aumente. Tanto de Pfizer como de Moderna y AstraZeneca. De Pfizer la Unión Europea tiene comprometidas 300 millones de dosis, a España le tocan 30, el 10% por población, sin compromiso claro de fecha. De Moderna, 160 millones, 16 para España. De AstraZeneca había 400 millones, 40 para España, pero AstraZeneca las redujo en el último momento a la mitad.
Y hay tres laboratorios con contratos firmados con la UE que tienen aún que concluir sus ensayos, previsiblemente en el primer semestre. Sanofi-GSK, 300 millones de dosis para la UE, 30 para España; Janssen/Johnson & Johnson, 200 millones, 20 para España, con posibilidad de duplicarse; y CureVac, 225 millones para el continente, 22,5 para España, que pueden llegar a 400. Hay conversaciones muy avanzadas con otros dos, Novavax y con Valneva. La autorización de la de Sputnik V no ha sido solicitada por Rusia a la UE.
¿Qué ventajas nos darán otras vacunas?
Sobre la de Janssen hablamos con el doctor José Luis del Pozo, director del Servicio de Enfermedades Infecciosas y Microbiología de la Clínica Universidad de Navarra, donde se realiza el ensayo en fase III de esa vacuna: “La gran ventaja de Janssen es que con una única dosis ha demostrado un 85% de efectividad para proteger de la enfermedad grave. Con una segunda dosis, podría aumentar. La otra ventaja es que no precisa de conservaciones tan críticas ni de jeringas especiales. La previsión es que esté para antes de verano, es lo único claro. Pero los ensayos van tan rápido que no es arriesgado decir que para marzo puede estar. Luego dependerá de la Agencia Europea del Medicamento, pero también acelera sus trámites, como se ha visto”. Esta semana, la ministra Darias lo situaba, quizá, en la primera semana de marzo.
La de CureVac, alemana, es de ARN mensajero, la misma tecnología innovadora de Pfizer y Moderna, pero ni requiere ultracongelación ni reconstituir el líquido. “Es una buena vacuna”, resume José Antonio Forcada, secretario general de la Asociación Española de Vacunología (AEV) y presidente de Enfermería y Vacunas (ANENVAC), ambas implicadas en el plan estatal. El doctor Luis Enjuanes, director del laboratorio de coronavirus del CSIC, comentaba además la posibilidad de que los alemanes pudieran “transferir su tecnología de estabilización a esa temperatura a Pfizer y Moderna, por un importe económico. Sería fantástico”.
¿Quiénes son los siguientes?
Hay 15 grupos poblacionales divididos por Sanidad, muchos que se solapan entre sí (por ejemplo, una persona mayor de 80 años que vive en una residencia) y no todos han sido aún jerarquizados por prioridad. El documento de la estrategia nacional sí explica ya que, una vez vacunados los mayores de 80, “posteriormente, y a medida que se vaya disponiendo de vacunas se incluirán otros grupos etarios comenzando por las personas entre 70 y 79 años”. De momento ha quedado fuera la población general de cualquier edad con patologías de riesgo, a pesar de que varias sociedades científicas pedían que fuera grupo prioritario para reducir la mortalidad. También trabajadores esenciales que no entran en los grupos de Sanidad como las cajeras de supermercado. Y no se aclara qué hacer con los trabajadores esenciales de entre 55 y 65 años.
¿Irán unas para unos grupos y otras para otros?
El ejemplo de Pfizer y Moderna versus AstraZeneca es el más claro: las dos primeras deberán ir por ahora para los mayores de 55, la otra para los menores. “Todas se complementarán entre ellas”, apuntan los expertos. Hay dos colectivos que, por el momento, se quedan fuera: los niños, y las embarazadas y mujeres lactantes. Se debe a que, por protocolo, no se les suele incluir en los primeros ensayos de ningún medicamento. Pfizer, Moderna y AstraZeneca sí están comenzando ya a probarlas con ellos, porque para la inmunidad de grupo harán falta también.
¿Cómo afectará a los objetivos que no se pueda vacunar a los mayores con AstraZeneca?
“Es un palo en la rueda más”, contesta Forcada. “Hubiese sido más sencillo poder usarla”, abunda también Amós García Rojas, presidente de la AEV, porque su logística es mucho más simple: no necesita ultracongelación (como la de Pfizer y Moderna) ni que el sanitario mezcle sueros (como la de Pfizer). Lo cual es una gran ventaja si se vacuna en domicilios a los que hay que desplazarse. Pero el problema se corrige con planificación, “si sabes cuántos domicilios vas a visitar y distribuyes bien la cantidad de viales”, explica Forcada. “España tiene mucha experiencia vacunando a distintos grupos con vacunas diferentes”, recuerda García Rojas, “cada año se usa una distinta de la gripe para mayores de 65, otra para menores.... no debería haber problema”.
¿Están en riesgo los objetivos de inmunización?
Sanidad tiene como primer objetivo de alcanzar al 80% de la población mayor de 80 años, sanitarios, grandes dependientes y usuarios de residencias a principios de abril, y como segundo el que ha marcado la Unión Europea de llegar al 70% de la población general a lo largo del verano. Ya con el primero se conseguirá reducir notablemente las hospitalizaciones y las muertes. Siguen confiando en que el suministro de Pfizer y de Moderna, con la que se vacunará a todos estos grupos, será suficiente, aunque “probablemente” debido a las limitaciones de AstraZeneca y de los envíos “no se pueda adelantar”, reconoció el portavoz Fernando Simón.
Los especialistas también creen que dependemos de las cantidades y nuevas vacunas que puedan llegar. El ejemplo que suelen poner es que de la gripe se vacuna a más de 10 millones de ciudadanos en menos de dos meses cada otoño. “Por falta de interés de los sanitarios no va a ser, tenemos el músculo tensionado”, añade García Rojas. El suministro “va a estar justo, pero yo confío en que a partir de marzo haya un aumento de ritmo notable. No hay que plantearse llegar a un porcentaje concreto en abril, sino vacunar a cuanta más gente en el menor tiempo posible”.
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