El 27% de los europeos considera que los abusos sexuales podrían justificarse bajo determinadas circunstancias como el consumo de alcohol o de drogas o la vestimenta que lleve la mujer. Así lo revela el eurobarómetro que ha publicado la Comisión Europea y que evalúa las percepciones de la ciudadanía europea sobre la violencia machista.
El sondeo ha sido elaborado a partir de 27.818 entrevistas realizadas en los veintiocho Estados miembros de la Unión Europea (UE) el pasado junio. Entre otros datos, arroja que el 15% de los europeos todavía considera la violencia de género “un asunto privado”, que pertenece al hogar y debe resolverse en al ámbito familiar, y no un problema estructural de dimensiones sociales.
Por países, el dato varía notablemente, situándose España por debajo de la media (14%). En Suecia considera esto un 2% de la población y en Rumanía un 32%. La Comisión Europea ha asegurado que la violencia machista “sigue siendo un fenómeno ampliamente generalizado” en la UE y considera que solo se puede combatir si se aborda el problema “desde todos los ángulos y niveles”.
Muestra, además, que un 74% de la población europea cree que la violencia de género es común y un 23% conoce a víctimas entre sus amigas o familiares. Pero uno de cada cuatro testigos (28%) calla.
En España, donde fueron asesinadas 60 mujeres por sus parejas o exparejas y 39 en lo que va de 2016, los resultados se alinean con la media europea y entre un 8% y un 24% de los ciudadanos ha sabido de casos en su familia, su vecindario o el lugar de trabajo o estudio. De ellos, uno de cada cuatro no dijo nada a nadie (27%), según datos de muestra representativa de 1.008 personas entrevistadas cara a cara.
Acoso callejero disfrazado de piropos
“España es un buen ejemplo de que las políticas y la legislación adecuada puede cambiar la forma de pensar de la gente sobre la violencia de género (...) aunque todavía hay trabajo por hacer”, declaró la comisaria de Justicia, Consumo e Igualdad de Género, Vera Jourova.
Un 67% de la población española considera que es un delito “criticar a la pareja para hacerle sentir inferior”, situándose más de diez puntos por encima de la media europea, en el 52%. España queda en peor posición respecto a sus vecinos en el acoso callejero disfrazado de piropos. El 44% de los ciudadanos españoles opina que los comentarios “sexualmente sugerentes” hacia una desconocida en la calle no son incorrectos y la ley no debería castigarlos. En el total de la UE piensa así el 36%.