Manila, 6 abr (EFE).- Filipinas celebró este Jueves Santo con flagelantes y recreaciones dramáticas la pasión de Cristo en diversas localidades de esta nación que cuenta con la mayor población de católicos de Asia.
En la provincia de Bulacan, al norte de Manila, los flagelantes se azotaban con látigos con puntas de bambú hasta dejarse las espaldas sangrientas y las representaciones de la pasión incluyeron la crucifixión en la cruz del penitente.
Las flagelaciones también tuvieron lugar en la provincia de Cavite, donde esta tradición se remonta a los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando tras la derrota de los japoneses, los pescadores pudieron volver a faenar y agradecieron su suerte simulando la pasión de Cristo durante la Semana Santa.
En estos días también se realizan los desfiles de imágenes de Cristo, la Virgen y otras figuras del Nuevo Testamento en procesiones, llamadas “karosas” o “andas” en tagalo por herencia del español.
Otra tradición el Jueves y Viernes Santo en la antigua colonia española son la “Visita a la Iglesia”, que consiste en el recorrido por siete templos, que este año se realiza sin prácticamente ninguna restricción por la covid-19.
CRUCIFIXIONES
Mañana tendrán lugar las famosas crucifixiones de San Pedro Cutud, en la provincia de Pampanga, después de tres años de cancelaciones debido a la pandemia de la covid-19.
Así, el penitente filipino Rubén Enaje, de 63 años, será clavado el Viernes Santo por trigésima cuarta vez en una cruz de madera, con la que emula la pasión de Cristo.
“Ofreceré esto a las personas que se han visto afectadas por la covid, y pido a nuestro Señor que esta enfermedad desaparezca de repente porque muchas personas han sufrido a causa de la pandemia”, dijo Enaje en una entrevista en marzo con el medio Filipino News.
Enaje arrastrará una pesada cruz de 37 kilos durante 2 kilómetros por las calles de San Pedro de Cutud, antes de que las palmas de sus manos sean atravesadas para ser crucificado.
Las crucifixiones no cuentan con el visto bueno de la jerarquía católica, pero se han convertido en la cara más conocida de la Semana Santa filipina y atraen cada año a miles de turistas.
Con más de 90 millones de fieles, Filipinas es el país con más católicos de Asia -más del 80 % de su población- y el tercero del mundo, solo por detrás de Brasil y México.
La suspensión de los ritos y procesiones por la covid-19, en 2020 y 2021 de manera estricta y parcial en 2022, fue algo insólito en Filipinas desde la II Guerra Mundial, algo que ni siquiera sucedió durante los años que el dictador Ferdinand Marcos gobernó bajo la ley marcial (1972-81).