Los casos confirmados de COVID-19 en Florida superaron los 42.000 este miércoles, en su mayoría en los condados de Miami-Dade y Broward, que analizan hoy alguna reactivación económica a partir del próximo lunes con la apertura de ciertos negocios, pero no de las playas.
Según el Departamento de Salud, a día de hoy los casos suman 42.402, lo que significa 479 más que el martes (41.923), mientras que el número de muertes se ha incrementado en 48 en las últimas 24 horas hasta las 1.827.
Además se han realizado hasta 595.478 pruebas de COVID-19 en el estado, con un resultado positivo del 7,1 %, y ha habido 7.595 hospitalizaciones.
Miami-Dade y Broward siguen siendo los condados en los que el impacto del COVID-19 es más fuerte. El primero ha acumulado 14.298 casos y 518 muertes, y el segundo 5.851 casos y 267 decesos.
Con respecto al martes el número de casos ha aumentado en 80 en Miami-Dade y en 25 en Broward, incrementos inferiores a los de 24 horas antes.
Estos dos condados del sureste de Florida son los únicos que hasta ahora no han sido autorizados a entrar en la fase uno del plan de reactivación económica que ha puesto en marcha el gobernador Ron DeSantis.
Sin embargo, los alcaldes Carlos Giménez, de Miami-Dade, y Dale Holness, de Broward, trabajan en planes de reapertura a partir del próximo lunes 18 de mayo de ciertos negocios, que incluyen peluquerías.
Holness se propone abrir el condado “con estrictos protocolos de seguridad”, para lo que cuenta ya con el respaldo de la mayoría de las autoridades de las ciudades de ese distrito.
La lista de negocios que podrían funcionar desde el lunes en Broward incluye restaurantes, tiendas, peluquerías, barberías, centros de manicura, autocines y también los gimnasios dentro de edificios residenciales.
Estos condados, cuya economía depende esencialmente del turismo, han sido los más golpeados por el desempleo debido al cierre de negocios, como también por las demoras en las ayudas federales.
Hasta hoy el Departamento de Oportunidades Económicas de Florida ha pagado menos de la mitad de las reclamaciones (48,2 %) de un total de cerca de 1,4 millones de solicitudes, en su mayoría de desempleados de ambos condados.
A la espera de la reactivación están también los Cayos de Florida, un rosario de islas unido al territorio continental del estado y entre sí por puentes y que dependen del turismo que llega principalmente por tierra desde Miami-Dade.
Manifestantes se han apostado en la única vía de acceso al archipiélago la US1, pidiendo su apertura para aquellos que no viven allí.
Los Cayos de Florida, en el condado Monroe, comenzaron la reactivación económica escalonada el pasado 4 de abril junto con la gran mayoría del estado, a ellos se sumó Palm Beach esta semana.
Sin embargo, la dependencia de este archipiélago de Miami-Dade mantiene nula sus posibilidades de reactivación de turismo.