La llegada de una lengua de polvo en suspensión procedente del desierto del Sáhara, impulsada por los vientos de la borrasca Celia, ha dejado imágenes de cielos naranjas y de coches en las calles y mobiliario urbano llenos de polvo.
La calima elevado a la categoría de “extremadamente desfavorable” la calidad del aire en amplias zonas del país, por los altos niveles de concentración de partículas PM10, afectando seriamente a la salud.