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“El fraude de iDental se ha permitido desde 2015, ¿de verdad que nadie había visto nada raro?”

Ana Tamargo (Madrid, 1977) es una de las mas de 300.000 personas afectadas por la estafa de Idental. En 2016 acudió a una de las clínicas para que le colocaran varios implantes bucales. Siempre había querido arreglarse la boca, pero debido a sus ingresos no había podido permitírselo. Idental se anunciaba como una “clínica de asistencia social” y Ana, como tantos otros clientes, pensó que iban a ayudarla. Su intervención costaba 7.000 euros, pero gracias a esa supuesta ayuda, solo tenía que desembolsar 1.800, un dinero que le sería adelantado por una financiera.

Después de una mala experiencia durante la primera limpieza bucal se echó atrás y decidió no continuar con el proceso. Pero el contrato con la financiera seguía vigente y durante once meses tuvo que pagar un total de 550 euros por una intervención que no le habían hecho. Este modelo es el mismo que la cúpula de la compañía quería repetir en los llamados Institutos Odontológicos y que ha supuesto esta semana la prisión incondicional para el exdirectivo de la compañía Luis Sans y para otras otras tres personas más. Al final, después de varias reclamaciones, a Ana le devolvieron su dinero. Se considera una afortunada. Ahora, aprovechando que está desempleada –trabajaba como limpiadora– trata de asesorar a otros afectados a través de las redes sociales.

¿Llegó a iDental pensando que prestaban un servicio social?

Sí. Todo el mundo iba a las clínicas creyendo que te daban una ayuda del Estado o de alguna institución benéfica. Se anunciaban diciendo que tenían convenios con Cruz Roja y con Cáritas, y nosotros, que en muchos casos somos personas sin demasiada cultura, nos lo creímos. Jugaban con que la mayoría jamás habíamos ido al dentista. Te hacían un presupuesto de muchos euros y luego te decían que te aplicaban un tanto por ciento de descuento por esa ayuda. En mi caso la intervención costaba 7.000 y me lo dejaban en 2.800. Dije que era demasiado y en menos de un mes me volvieron a llamar para decirme que me reducían 1.000 euros y que una financiera me iba a conceder un préstamo en condiciones muy ventajosas.

¿No le pareció extraño?

Me resulto raro, pero me iban a arreglar la boca a un precio supuestamente subvencionado. El contrato me llegó por correo electrónico y creo lo firmé sin apenas leerlo. Te pones tan contenta de que te hayan concedido un crédito para una cosa tan necesaria...

Hay gente que denuncia que en los contratos había datos falsos ¿fue su caso?

Para que la financiera pudiera concederte el préstamo tenían que inventarse datos que probaran que eras solvente. Mi contrato decía que estaba casada, que cobraba mil euros y que no tenía hijos. Todo era mentira. No estoy casada con mi pareja y tengo un hijo. Creemos que las financieras e iDental estaban compinchadas, o que al menos lo estaban los comerciales. Si había relación entre las empresas es algo que no sabemos.

¿Cómo fue su experiencia con los servicios odontológicos de iDental?

Primero me hicieron una limpieza bucal. Tengo las encías muy sensibles y cuando la dentista empezó me hizo muchísimo daño, así que solicité anestesia. El anestesista llegó con muy malas formas. Empezó a hacerme preguntas y yo me sentí fatal. Entonces la dentista me vio la boca y me advirtió de que no iban a poder colocarme el implante. Me negué a seguir con el proceso. Había una cláusula según la cual, si rescindías el contrato después de 14 días, tenías que pagar todo el tratamiento: en mi caso fueron 7.000 euros. Tuve que estar 11 meses pagando las letras, pero hay pacientes que tuvieron que abonar toda la intervención. Así que, a pesar de todo, tuve suerte.

¿Durante ese tiempo tuvo que seguir pagando?

Sí. En total 550 euros. No quería que me metieran en una lista de morosos. Entonces reclamé a la Dirección General de Comercio y Consumo de la Comunidad de Madrid. Me dijeron que no era de su competencia y me derivaron a la Consejería de Sanidad. Ellos me volvieron a derivar a Consumo. Al final decidí poner una reclamación a la financiera en el Banco de España. Seguramente les entró miedo y en dos días me devolvieron mi dinero.

¿Cómo cree que ha sido la respuesta de las administraciones en este caso?

Evidentemente el Ministerio de Sanidad no ha abierto las clínicas de iDental, pero cuando empezaron a llegar tantas denuncias y reclamaciones se podía haber hecho algo más. Esto se ha permitido desde 2015. ¿Nadie había visto nada raro? Ahora el Ministerio ha dicho que va a luchar contra la publicidad engañosa y nos parece muy bien… aunque eso ya estaba aprobado. Algunos partidos políticos nos han escuchado y asesorado. Nos reunimos con el PSOE, Podemos y Ciudadanos en el Congreso este mes de marzo y nos recomendaron fundar la asociación de afectados por iDental Adafi.

Ahora trata de ayudar a gente por su cuenta ¿por qué lo hace?

Es por empatía. Hay muchísima gente mayor que no sabe a quién acudir, que sienten vergüenza y no quieren decirle a sus familias que se han quedado sin dientes y sin dinero. Mucha gente solo quiere hablar contigo. He hecho muchos amigos. Gente a la que acabas queriendo mucho porque hablas con ellos a diario. Señoras mayores que no saben ni encontrar un teléfono en internet. Tengo el móvil lleno de fotografías de bocas que me mandan otros afectados. Es terrible. Pero tenemos que apoyarnos.

¿Cree que la salud bucodental debería estar dentro del sistema nacional de salud?

Por supuesto que sí. Desde Adafi y Actora Consumo –una asociación de consumidores zaragozana– se ha empezado a recoger firmas para que así sea. La salud bucodental tiene que ser un derecho sanitario como cualquier otro. No es sólo una cuestión estética. Con una salud bucal deficiente se producen producir problemas estomacales, digestivos e incluso psicológicos. Nos va a llevar mucho tiempo recoger todas las firmas, pero lo conseguiremos.