Fueron dos días a todo trapo en el Parque Nacional de Doñana (Huelva). Con alojamiento en un palacio de titularidad pública y al servicio del ocio del exministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete y sus invitados, entre los que se encontraba la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Unas jornadas de esparcimiento el pasado mes de marzo que, ahora, el Gobierno admite que se trató de un uso privado. Aun así, el Ejecutivo oculta los detalles de la escapada de fin de semana que Cañete organizó para sus amigos en el Palacio de Las Marismillas, en pleno corazón del Parque Nacional de Doñana.
El Ejecutivo reconoce por escrito que Arias Cañete utilizó de forma privada las instalaciones de Patrimonio Nacional, ya que argumenta que la factura la pagó el actual comisario europeo. En una contestación parlamentaria al diputado de IU Gaspar Llamazares, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, justifica que “los gastos de manutención derivados de la visita de D. Miguel Arias Cañete a la casa-palacio de Las Marismillas, fueron íntegramente sufragados por él, con cargo a su patrimonio personal”. La respuesta no aclara a qué se refiere con manutención ni desglosa los gastos que conllevó la fiesta del grupo de Cañete.
Y eso que la propia Secretaría de Estado describe el carácter público del uso de Las Marismillas: “Sus instalaciones son necesarias para la gestión de la finca por parte de Parques Nacionales, y se emplean, asimismo, tradicionalmente, para uso protocolario por parte de presidentes de Gobierno, ministros y otros altos cargos”.
Sin embargo, la excursión de Cañete y Cospedal no coincidió con las labores de conservación de Doñana ni con ningún acto de representación del ministro, puesto que abonó él mismo el uso de los recursos del parque.
Sin información de los gastos
La respuesta de Ayllón es que el palacio forma parte del “patrimonio del Organismo Autónomo Parques Nacionales, cuya presidencia ostenta el titular del Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente”. Que en ese momento era Arias Cañete. Es decir, que constata el hecho de que el jefe de Parques Nacionales fue el que puso a su misma disposición el patrimonio a su cargo para su disfrute personal.
Con esos dos conceptos –el carácter protocolario de la casa-palacio (que no fue el aplicado por Arias Cañete) y el pago de la manutención por el ministro–, el Ejecutivo ha despachado el episodio.
La pregunta parlamentaria indagaba sobre si esa disposición del parque nacional era “parte de la agenda oficial” y “cuánto costó” el despliegue material –que incluía barcazas para acercarse a la punta sur de Doñana y desplazamientos en vehículos todoterreno del grupo de amigos–. También fue preguntado el Gobierno sobre la “lista de personas invitadas y su calidad oficial que justificara dicha invitación”. Ninguno de estos extremos ha sido aclarado por el Ejecutivo de Mariano Rajoy.