España llega a la primavera y la campaña de riegos con los embalses más secos de la década
Estamos en la primera semana de la primavera y las lluvias sorprenden a un país que parecía haber estrenado la estación hace semanas. El “buen tiempo” de los últimos meses ha dejado imágenes de floración, de las primeras nidadas de aves y hasta de chapuzones en la playa. En realidad, estas estampas revelan una situación extrema, que no está claro que estas precipitaciones tardías vayan a solucionar: España se encuentra en sequía meteorológica y las reservas de agua se resienten. Los embalses están al 45% de su capacidad, es el segundo peor dato del siglo XXI.
Las escasas precipitaciones y las temperaturas por encima de lo normal de este invierno lo han convertido en uno de los más secos y cálidos desde que hay registros. Si a esto le sumamos que ya veníamos de un otoño más seco de lo normal, el resultado es que la mayoría de los embalses de todo el país tienen ahora menos agua que hace exactamente un año. Al poner sobre el papel la evolución semanal de las reservas de agua la conclusión es clara: estamos, a las puertas de la campaña de riegos que arranca en abril, en uno de los peores momentos de los últimos 20 años.
El avance climático del invierno 2021-2022 de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), publicado hace unos días, habla de un invierno “extremadamente seco y muy cálido”. Llovió menos de la mitad de lo que es habitual en esta época, y la temperatura media en la España peninsular estuvo 1,5 grados por encima del promedio del periodo de referencia (1981-2010). ¿Y cómo afecta esto a los embalses?
Para hacernos una idea de cómo la escasez de lluvias, las altas temperaturas y la demanda de agua vacían los embalases, comparamos las imágenes satelitales de los embalses de Valdecañas y Alcántara, en la provincia de Cáceres, dos de los más grandes de España. Se trata de las imágenes nítidas satelitales disponibles entre finales de febrero y principios de marzo. Son imágenes del proyecto Copernicus, iniciativa de la Agencia Espacial Europea. [Desliza la pestaña para comparar las imágenes]
España es el país con más embalses de la Unión Europea. Hay un total de 371 repartidos por todo el territorio, con capacidad para almacenar más de 56.000 hectómetros cúbicos de agua. ¿Cómo de buena o de mala es su situación ahora mismo? Para comprobarlo, el primer mapa muestra la diferencia entre las reservas actualmente y la misma semana, de media, en los últimos cinco años. El segundo mapa permite explorar la capacidad a la que se encuentran cada uno de los embalses del país (datos de la semana del 15 al 22 de marzo, los últimos disponibles).
Al mapearlos, los datos revelan varias cosas. Por un lado, que la mayoría de los embalses están ahora más secos de lo que lo han estado en estas fechas en los últimos cinco años. La comparación de las reservas actuales respecto al promedio del último lustro indica que 253 de los 371 embalses están más vacíos. Al echar la vista más atrás se confirma la mala tendencia: más de la mitad están actualmente más secos que hace diez años y también que hace 15.
Por otro lado, se observa la brecha norte-sur en las reservas de agua todo el país. Mientras que en la mitad sur de la península (toda Andalucía, Badajoz, Murcia, Albacete y Ciudad Real) el mapa se tiñe de marrón, con reservas de agua por debajo de la mitad de la capacidad total, muchos de los embalses de la zona central y la mitad norte del país están por encima del 70% de su capacidad. Con todo, la sequía es generalizada y los embalases en situación preocupante motean toda la geografía peninsular.
Uno de los casos más dramáticos es el del embalse de Cenza (Ourense), que ahora mismo se encuentra al 23% de su capacidad, cuando lo normal en estas fechas es que esté entre el 70% y el 80%. En la misma situación está el de Aracena (Huelva): acumula solo el 21% de agua frente al 70% de media. En el lado opuesto, con más agua que el promedio de los últimos cinco años, hay 81 presas. Los 37 restantes son embalses que están a la misma capacidad o para los que no hay datos suficientes para calcular el promedio.
Las imágenes anteriores se repiten a lo largo y ancho de la geografía peninsular. El embalse de Rialb, en Lleida, se encuentra actualmente al 45% de su capacidad, lo que supone 35 puntos de diferencia respecto a la media de los últimos cinco años. Y si nos desplazamos hasta Zamora, el embalse de Ricobayo sólo acumula 419 de sus 1.145 hectómetros cúbicos de capacidad: no sólo está al 37% de su capacidad, sino que está 28 puntos por debajo de su media. [Desliza la pestaña para comparar las imágenes]
Pocas lluvias y altas temperaturas: la tormenta perfecta
El de 2021-2022 ha sido uno de los inviernos más anómalos desde que hay registros. En concreto, se trató del segundo más seco y del cuarto más cálido de la serie histórica, que arrancó en 1961. Para comprender cómo hemos llegado a mediados de marzo con las reservas de agua tan mermadas, analizamos los datos de precipitaciones y temperaturas en esta época del año.
En España, los registros de precipitaciones anuales se contabilizan desde el 1 de octubre hasta el 30 de septiembre; es lo que se denomina año hidrológico. De media (en el periodo de referencia, entre 1980 y 2010) las precipitaciones acumuladas a lo largo de los meses de otoño-invierno (octubre, noviembre, diciembre, enero y febrero) se sitúan en los 351 mm. En 2021-2022, esa cifra ha sido de 230 mm.
Para más detalle, el siguiente gráfico muestra los datos anteriores pero desglosados mes a mes. Así se puede apreciar cómo todo el periodo de octubre-febrero de este invierno ha estado por debajo de la media. Noviembre fue el mes que más se aproximó a este promedio: 73mm, siendo la media de 80 mm. Pero a partir de diciembre las precipitaciones se desploman: 24 mm en enero y solo 12 mm en febrero.
La falta de lluvias se ha notado de forma generalizada en todo el territorio. Solo en siete provincias de la zona cantábrica ha llovido más de lo normal. En cambio, en una de cada tres provincias españolas la precipitación acumulada entre el pasado octubre y febrero no ha llegado a la mitad de lo que se registraba, de media, en los años 1980-2010, el período de referencia que usa la AEMET. En esta situación se encuentran todas las provincias andaluzas y extremeñas.
Las lluvias de las últimas semanas de marzo han dado un pequeño respiro. En solo una semana las reservas de agua subieron del 44,1% al 44,9%. Con todo, la escasez continuada de precipitaciones durante el otoño y el invierno, unido a las altas temperaturas y a la demanda de recursos hídricos, han provocado que incluso con las últimas lluvias casi la mitad de todos los embalses del país estén por debajo del 50% de su capacidad.
Un 25% de los embalses (91 de 371) se encuentran en muy buena situación: están entre el 80% y el 100% de su capacidad. Sin embargo, la mayoría de ellos son pequeñas presas con poca capacidad de reserva. Y lo mismo ocurre en el sentido contrario: solo un 20% (75 de 371) está en situación crítica, a menos del 30% de su capacidad, pero entre ellos hay embalses de gran tamaño con capacidad para almacenar importantes masas de agua. Los primeros, en muy buena situación, sólo tienen capacidad para almacenar el 11% de todas la reserva hídrica del país. En cambio los segundos, prácticamente secos, pueden acumular casi el 30% de toda el agua embalsada de España.
El de 2021-2022 también ha sido uno de los inviernos más cálidos de toda la serie histórica, concretamente, el cuarto. De media, la temperatura en la España peninsular fue de 7,9 grados centígrados. Esto es un grado y medio por encima de la temperatura media en el periodo de referencia. Es una de las mayores anomalías de temperatura invernal desde que hay registros. En su balance, la Agencia apunta: “durante el trimestre diciembre-enero-febrero no hubo ninguna ola de frío”.
El clima ha terminado por afectar a la reserva de agua de los embalses. Por ejemplo, son los casos de los embalses en Andalucía de Guadalcacín (Cádiz), que está 18 puntos por debajo de la media de los últimos cinco años, y Zufre (Huelva), hasta 40 puntos por debajo de su capacidad habitual. [Desliza la pestaña para comparar las imágenes]
La agricultura, la principal demanda de agua
Las escasas lluvias o las altas temperaturas de este invierno no son las únicas causantes de que los embalses estén medio vacíos. Hay que tener en cuenta la demanda de agua para el abastecimiento urbano (doméstico, turístico, municipal), los regadíos, la ganadería, la industria y otros usos recreativos (como el riego de campos de golf).
A continuación se muestra la distribución de la demanda de agua en las distintas Confederaciones Hidrográficas (CH) actualmente. Las cifras provienen de los Planes Hidrológicos de cada una de las CH para el ciclo 2022-2027, que previsiblemente se aprobarán esta primavera. Los datos hacen referencia al escenario actual (año 2021, excepto dos de ellas que se refieren a 2018) y señalan que la principal demanda de agua consuntivo es la agricultura.
La ganadería supone un porcentaje mucho más pequeña del uso consuntivo. El año pasado fue del 0,1% (5 hm3) en la CH del Guadalquivir; el 1,2% en la CH del Ebro; el 1,6% en la CH del Guadiana. En la CH del Ebro, un 2,3% se destinó exclusivamente a trasvases. En la del Miño-Sil, el uso recreativo de las reservas de agua (campos de golf, piscinas) fue casi del 1% en 2018.
Al detalle
En el siguiente buscador puedes localizar cada uno de los embalses de España para conocer a qué porcentaje de su capacidad se encuentra actualmente y cuánta diferencia supone (en puntos porcentuales) respecto a la media de esa misma semana en los últimos cinco años. También puedes consultar la capacidad total y actual en hectómetros cúbicos, así como ordenar la información según las distintas variables.
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