La doctora María Buti no quiere dar nada por sentado en las hepatitis graves de origen desconocido que ya afectan a cerca de 200 niños y niñas en Europa y Estados Unidos. La hepatóloga, de las más reputadas de España, está al frente del servicio de Hepatología y Medicina Interna del hospital Vall D'Hebron y lidera el Comité de Salud Pública y Relaciones Políticas de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado. Atiende a elDiario.es dos días después de que la Organización Mundial de la Salud afirmara que hay “una prioridad absoluta” en dilucidar, junto al Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, qué está ocasionando cuadros tan graves en niños.
La suma de casos en España –hay 22, de momento, identificados– está lejos de replicar a Reino Unido, asegura Buti, aunque “hay muchas cosas que no están claras” y no descarta que el número de pacientes afectados crezcan lo suficiente las próximas semanas para “que nos tengamos que preocupar más”.
¿Mandaría un mensaje de tranquilidad a la población o hay motivos para preocuparse? Lo que trasciende son cada vez más casos y algunos tan graves como para requerir trasplante hepático.
El mensaje es de tranquilidad pero también de alerta. El número de casos en España es relativamente bajo pero sí hay una alerta que es para recoger todos los casos y hacer un buen estudio para conocer cuál es el agente causal. O los agentes. No conocemos la causa.
La diferencia la marca el Reino Unido, pero no sabemos si hay más casos porque se detectaron y reportaron antes y si aquí a la larga terminará pasando lo mismo. Hay muchas cosas que no están claras. Desde que se activó la alerta, hace unos 20 días, ha aumentado pero no como en Reino Unido. Normalmente se reportan entre cuatro y cinco casos de hepatitis grave no catalogada y tenemos 22. Aún llevamos poco tiempo con la alerta, quizá en los próximos días o semanas crezcan y nos tengamos que preocupar más.
¿Las hepatitis de origen desconocido ya existían?
Existen, lo que es excepcional es que sean graves.
Da la sensación de que no se ha avanzado mucho desde que saltó la alerta en la identificación de qué lo está originando, si es que hay una causa común.
Se está avanzando pero los estudios requieren tiempo. Se ha identificado ya que en algunos casos existe infección por adenovirus y es una hipótesis que se baraja; en otros, se ha visto que han tenido infección por COVID-19; y en otros, los dos factores juntos. Además se están realizando pruebas de biología molecular para catalogar el tipo de adenovirus. Estas investigaciones no se hacen de un día para otro. Se han descartado posibles efectos de comidas u otros virus de transmisión frecuente y se están haciendo encuestas epidemiológicas.
La diferencia la marca el Reino Unido, pero no sabemos si aquí a la larga terminará pasando lo mismo
¿Cuál es la hipótesis más plausible en estos momentos para explicar estos casos?
Las que he citado: que sea adenovirus, adenovirus asociado a una infección por COVID-19 o adenovirus con otro factor no identificado. Estas son las causas más frecuentes en niños pequeños que en este tiempo han estado menos expuestos por las restricciones del COVID-19 a virus que circulaban más frecuentemente antes y a los que la gente se exponía cuando no llevábamos mascarillas.
¿Puede tener que ver que los niños tengan el sistema inmunitario más vulnerable por no haber estado expuestos a tantos virus durante la pandemia por el uso de mascarillas?
Quizá puedan tener un sistema inmune más inmaduro y sobre todo, que la exposición más importante a adenovirus no ha sido poco a poco sino más masiva. Pero todo son hipótesis, algunas tienen más peso que otras pero no tenemos todavía el agente causante. Aún no sabemos la causa exacta.
¿Cómo se transmite el adenovirus?
El adenovirus que se sospecha, el f41, es un virus gastrointestinal que se transmite a través de superficies contaminadas, de las manos, por contacto con la boca... Es recomendable seguir las mismas precauciones que con la COVID-19: lavar las manos a menudo. Se puede transmitir por vía aérea, pero no parece que los casos estén relacionados entre sí por transmisión por el aire.
Por mirarlo del otro lado, ¿qué cosas sí están descartadas?
Las hepatitis más frecuentes, otros virus que producen hepatitis que son menos frecuentes, como el Epstein-Barr, o que tenga relación con la vacuna frente a la COVID-19.
¿Y la relación con el coronavirus?
Es una de las hipótesis, porque en algunos niños se ha identificado SARS-CoV-2. En general cuando uno se infecta por esos virus no produce cuadros tan graves, así que tal vez sea el adenovirus con otro cofactor que hace que se agrave, como la COVID-19, pero no está demostrado. No tenemos el agente causal identificado.
Es una hipótesis que el origen sea un adenovirus con otro cofactor que hace que se agrave, como la COVID-19, pero no está demostrado
¿Y un patógeno hasta ahora desconocido?
También podría ser.
¿Ante qué signos de alerta deben acudir al médico las familias?
Cuando los niños empiecen a tener náuseas, vómitos, encontrarse mal y ponerse amarillos.
Desde la declaración de la alerta, los hospitales españoles están buscando casos retroactivamente. ¿Lo que se busca se encuentra? ¿El aumento está relacionado con esa búsqueda activa? Hay 22 casos en investigación.
No te lo puedo contestar. Si buscas algo tienes más posibilidades de encontrar. Sin acciones, es difícil por casualidad.
¿Puede ser que no todos los casos tengan las mismas causas?
Lo lógico es que estuvieran relacionadas por la presentación de tantos casos en Reino Unido.
¿Es momento de tomar medidas específicas en la población?
No. No ha ninguna recomendación especial. La alerta y que los padres vigilen.