- “Había mucha sangre y muchos gritos”, aseguran algunos de los estudiantes que han salido ilesos del accidente de autobús en declaraciones al periódico local La Voix du Nord
“Nos despertamos bruscamente”, han explicado dos jóvenes que viajaban en el autobús que se ha empotrado este domingo en Lille, localidad al norte de Francia. Iskander y Erlanta, dos de las estudiantes del País Vasco que viajaban en la parte delantera del autocar, creen que han tenido mucha suerte y que la peor parte se la han llevado los que estaban en la parte trasera del vehículo.
“Solo tenemos algunos rasguños. Los heridos más graves estaban en la parte de detrás”, han explicado. Los servicios sanitarios han atendido a 34 personas, 15 de ellos con pronóstico leve, 6 con pronóstico grave y 13 han sido dados de alta. El accidente se produjo a las 5:23 horas, según han señalado. “El autobús era más alto que el túnel y el techo se rompió. Muchos tenían heridas en la cara”, ha apuntado una de las jóvenes.
Según los testigos del accidente, segundos después del choque había sangre por todos los sitios. “La gente empezó a gritar, había mucha sangre. Nos llevamos un buen susto”.
Todavía se desconocen las causas del accidente. El conductor que iba al volante en ese momento (en el vehículo viajaban dos y se iban turnando) ha sido interrogado y tanto él como su compañero han dado negativo en un control de alcoholemia. Según La Voix du Nord, hace poco una camioneta también tuvo un accidente en ese mismo punto porque el conductor no vio la señalización que indicaba la altura máxima para poder atravesar el túnel.
Medidas de seguridad insuficientes
El conservador francés Jean-René Lecerf, presidente del consejo departamental de Lille, ha dicho que la zona cumplía con la normativa pero carecía de medidas de seguridad suficientes. El presidente ha señalado que todos los avisos exigidos por el código vial estaban presentes, pero que faltaba un dispositivo adicional y no obligatorio, una especie de pórtico con láminas metálicas colocado 150 metros antes del túnel, que impacta contra el vehículo que supera esa altura y le alerta para frenarlo.
“Cada vez que un vehículo pesado choca contra él queda inmediatamente inservible. Hace falta un mínimo de tiempo para reemplazarlo”, ha Lecerf que baraja la hipótesis de que un incidente reciente obligara a quitarlo, o de que algún acto vandálico lo retirara.
Aunque no sabe por qué el conductor decidió tomar esa ruta a su paso por Lille, Erlanta cree que fue el GPS del autobús el que les hizo tomar esa vía.