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Cinco ingenieros españoles que 'valen menos' que sus colegas europeos

Javier, Daniel, Víctor y Carlos son ingenieros y, como otros miles de españoles, se fueron al extranjero para buscar trabajo. A las dificultades normales de establecerse en otro país se sumó la falta de homologación de sus licenciaturas dentro del Marco Europeo de Cualificaciones, lo que les hace 'menos válidos' o de una 'categoría menor' que el resto de sus colegas. Y todo porque el Ministerio de Educación no ha regulado aún la equiparación de sus títulos. La fecha límite que fijó la UE para llevarlo a cabo expiró el 23 de abril de 2013.

Luis-Manuel Tomás Balibrea, presidente de la Federación de Asociaciones de Ingenieros Industriales de España, respondió con indignación a la aprobación del Real Decreto del pasado 14 de febrero que equiparó los grados de 300 créditos o más al nivel de máster. Tomás Balibrea comprobó atónito cómo el Ministerio sólo solucionaba “la problemática de titulaciones como Medicina, Odontología, Veterinaria y Farmacia posteriores a la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES)”, algo que desde varias Ingenierías reclaman desde hace años y que les llevó a demandar a España ante la Comisión Europea a principios de febrero.

El blog #soymastereuropeo recoge los testimonios de muchos ingenieros, sobre todo pertenecientes a la licenciatura de Caminos, Canales y Puertos, que comparten sus experiencias para dar visibilidad al problema. Piden que España equipare –al igual que ya hicieron Francia, Alemania, Reino Unido y Portugal– sus licenciaturas de cinco años y más al nivel de máster: “Los ingenieros cumplen los requisitos pero, al no haber homologación, se ven perjudicados en las contrataciones y también las empresas de las que forman parte, porque puntúan menos en los concursos”, señala Tomás Balibrea.

Este mes de febrero, un grupo de empresas españolas de material ferroviario, de ingeniería y de construcción se reunieron por este tema con el secretario del Metro de Panamá, Roberto Roy, que amenaza con dejarlas sin opciones de adjudicación.

Fuentes del Ministerio de Educación afirman que están trabajando en un decreto que dé solución a todas las titulaciones, que se resolverá “en los próximos meses”. Explican que las homologaciones de este mes fueron posibles porque, al tratarse de grados, “cumplen con las características derivadas de las directrices comunitarias”.

Daniel sigue de gira europea en busca de empleo

Daniel Delgado terminó la carrera de Ingeniería de Caminos en 2010 en la Escuela de Granada. “Tras compaginar estudios y trabajo en varias constructoras desde 2006, en febrero de 2011 me quedé en paro”, cuenta desde Londres, ciudad a la que se trasladó ante la falta de oportunidades en su sector. Desde 2011 ha pasado también por Portugal e Irlanda, donde pudo obtener el título profesional Chartered Engineer (CEng).

“Los anglosajones funcionan con certificaciones. Para firmar proyectos en Irlanda y Reino Unido tienes que ser CEng, para lo que te piden un máster, cuatro años de experiencia y pasar un examen”, explica. Delgado cumplía con la experiencia y superó el examen, pero su licenciatura no equivale al nivel de máster. “Tuve suerte y conseguí el título de CEng en Irlanda, un par de meses antes de que entrara en vigor la normativa que exige un máster”.

Ahora busca trabajo en Londres, donde él dice ser ingeniero irlandés CEng porque “decir que eres español te perjudica”. Daniel se basa en experiencias propias. “Varias empresas americanas no me aceptaron en sus procesos de selección porque 'el título no cumple los requisitos de la oferta'. La última vez fue en diciembre de 2013, para un puesto muy atractivo de ingeniero de carreteras con base en Shanghai. Ni siquiera pude entrar en el proceso porque mi título universitario no cumplía los requisitos”.

En su opinión, en España hay interesados en que este problema no se resuelva. “Las universidades cobran, generalmente, por los cursos de adaptación unos 3.000 euros. Los que tengan un título pre-Bolonia de ingeniero técnico o diplomado tienen que hacer un curso para que les den el nivel de grado, y los ingenieros superiores y licenciados, si queremos el nivel de máster, tenemos que hacer uno también”.

Víctor tiene un sueldo más bajo que sus compañeros alemanes

Víctor García se marchó a Alemania cuando, con sus dos titulaciones (Ingeniero de Caminos e Ingeniero Técnico de Obras Públicas por la Universidad Politécnica de Barcelona), se dio cuenta de que encontrar trabajo en España se había convertido en una misión imposible.

“El tema de la homologación del título nos afecta, y mucho, ya que no puedes hacer valer tus derechos como licenciado universitario”. García trabaja en el sector público y le pagan por convenio como si fuese un diplomado de un Fachhochschulen, que, según explica, son instituciones alemanas de menor rango que las universidades.

“Entiendo que podría ser más o menos adecuado si sólo tuviese la titulación de Ingeniería Técnica, pero en ningún caso es admisible siendo titulado superior”. En el convenio, si el Ministerio de Educación hubiese equiparado su titulación, su salario sería bastante mayor.

Javier pierde proyectos con su empresa en Perú

Javier Compañón es uno de los 3.000 ingenieros de Caminos españoles que se encuentran trabajando en el extranjero, según calculan en el Colegio de Caminos; la mayoría, en Latinoamérica, Norteamérica y el norte de África. Compañón, licenciado en Santander en 2004, trabajó hasta 2009 cuando decidió montar una pequeña empresa.

“Gracias a ella pude optar a algunas ayudas para tantear el extranjero, así que en 2012 me vine a Perú con todos mis papeles de ingeniero, también los que la universidad me dio, necesarios para homologar en el extranjero”. Comenzó entonces una carrera de trámites burocráticos, con los que ha conseguido, tras pagar 500 euros, un título de “Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos” que le valida para ejercer en Perú.

No obstante, tampoco tiene la validez de máster. “Aun constando en el programa de asignaturas cursadas que tengo a mis espaldas más de 300 créditos, aquí sólo soy ingeniero a secas”. Si bien en Perú puede firmar sus propios proyectos con esta titulación inferior al máster, el Colegio de Ingenieros de Perú considera que su nivel académico no amerita para colegiarse de manera permanente en su institución. “Estar colegiado sí es indispensable para firmar tus propios proyectos y para ofrecerte en concursos públicos”, explica.

“El Colegio, de momento, nos permite colegiarnos de manera temporal, previo pago anual de 2.000 dólares americanos”. De este modo, “pierdo puntos ante la competencia al ofrecer mis servicios al sector público porque piden nivel máster y pierdo dinero de todos modos porque, o bien pago para colegiarme, o bien contrato a otro ingeniero colegiado que firme mis propios proyectos”.

Carlos no puede ser profesor en México

Carlos (nombre ficticio) estudió Ingeniería Industrial en Vigo. “También poseo la suficiencia investigadora, paso previo al desarrollo de la tesis doctoral”, explica. Tras trabajar casi 28 años en el departamento de Informática de una caja de ahorros, se marchó a México con la intención de dar un nuevo rumbo a su vida profesional, pero la falta de homologación de su título truncó sus intenciones.

En México los ingenieros estudian cuatro cursos y, complementando dos más, obtienen la maestría en Ingeniería. “Me equiparan al ingeniero industrial que estudió cuatro años, así que no puedo acceder a muchos puestos que requieren maestría. En concreto, para poder impartir clases en la universidad debes disponer de la maestría, por lo que no he conseguido que me admitieran como docente en una institución de gran prestigio, el Instituto Tecnológico de Monterrey, aunque aporto experiencia docente de 12 años en la Escuela de Ingeniería Industrial de Vigo”.

Marta sigue en España, pero en otro sector

Marta Serrano también estudió una Ingeniería Superior de Caminos, Canales y Puertos, que finalizó en 2005. Pensó en buscar suerte en Latinoamérica –en Perú, como Javier– cuando, al igual que muchos de sus colegas, se quedó sin empleo, pero primero quería homologar su título. “No pensaba irme con las manos vacías”.

Fue entonces cuando se enteró más a fondo de toda la problemática y se involucró en la lucha del blog #soymastereuropeo. Una oferta de trabajo en España y la inseguridad de su futuro en Latinoamérica terminaron con sus aspiraciones en Perú.

Ahora trabaja en el sector de la moda, como responsable de logística. “No es exactamente para lo que estudié –afirma al otro lado del teléfono–, pero es trabajo”. En su opinión, las homologaciones sí son complicadas porque antes había ingenierías superiores con distinto número de cursos. “La de Caminos era de cinco años en casi toda España y de seis en Madrid, por ejemplo. Y la Ingeniería Superior de Informática era de cuatro años. El caso es dónde poner el límite de qué es máster”, reflexiona.

De momento, los ingenieros tendrán que esperar. Otra puerta se ha entornado este jueves: la petición de la Defensora del Pueblo de una regulación específica para las ingenierías, debido a la tardanza del real decreto que prepara el ministerio dirigido por José Ignacio Wert.

“Si la complejidad de la norma y la diversidad de sus consecuencias dificulta su aprobación en un plazo razonable, [pido que] se tramiten y aprueben normas de alcance más restringidos que vayan solventando los problemas académicos y profesionales que determinadas titulaciones, como ocurre en el caso de los ingenieros, tienen en la actualidad por la mayor proyección del ejercicio profesional de esos titulados en el exterior”, incluía el informe anual de la institución presidida por Soledad Becerril.

La petición ha sido denegada, según ha comunicado el secretario general técnico del Ministerio de Educación a la Unión Profesional de Colegios de Ingenieros (UPCI).