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El jefe de investigación de vacunas de la Generalitat Valenciana ha cobrado miles de euros de las farmacéuticas que dominan el mercado

El responsable del área de vacunas de Fisabio (Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana), Javier Díez Domingo, ha cobrado los dos últimos años 59.550 euros en pagos directos de las farmacéuticas que dominan el 80% del mercado español de vacunas: GSK, Pfizer, MSD y Sanofi. El 83% del dinero corresponde a “honorarios por prestación de servicios”. El resto a gastos para acudir a eventos, según la documentación de las compañías revisada por eldiario.es.

Díez Domingo ingresó el año pasado 7.000 euros de Sanofi, más de 6.400 de MSD, algo más de 2.000 de Pfizer y otros 1.450 de GSK para un total que sobrepasó los 14.800 euros. En 2017, sumó 42.580 euros distribuidos así: 6.457 de Sanofi, 14.000 de Pfizer, 16.692 de MSD y 5.432 de GSK.

Este dinero corresponde a las, denominadas por Farmaindustria, “transferencias de valor”, es decir, los pagos desde las compañías a los profesionales y asociaciones sanitarias. Engloban diferentes conceptos: proyectos de investigación, patrocinios de encuentros o matrículas para asistencia a congresos y prestación de servicios. Es en estas dos últimas categorías donde se han consignado las cantidades recibidas por el investigador de Fisabio.

El doctor Díez Domingo, que ejerció durante algunos meses como director científico de la institución, contesta que “son servicios de consultoría, donde se me pide mi experiencia para encontrar necesidades de investigación –generalmente, pero no exclusivamente– locales, que puedan ser de interés para las vacunas. Gracias a estas consultorías, se han llevado a cabo estudios que aumentan el conocimiento de la situación vacunal. La asistencia a congresos internacionales también supone una parte de estos honorarios”.

Estas cuatro compañías se reparten el 80% del mercado de las vacunas en España, según el listado de sueros comercializados de la Asociación Española de Pediatría. Así, GSK fabrica una veintena de sueros de venta en España entre los que están la vacuna contra la meningitis B, Bexsero, la tetravalente Menveo, Varilix para la varicela o Infanrix para el tétanos, la difteria y la tos ferina. Pfizer comercializa cinco vacunas ya famosas como Trunemba para la meningits B, Nimenrix o Prevenar. La lista de MSD llega a diez productos e incluye Rota teq (para el rotavirus) o Varivax para la varicela. Sanofi fabrica 11 productos quizá menos célebres como Pentavac (para la difteria, tos ferina, polio).

“Nunca escondo un resultado negativo”

Javier Díez admite que “es posible que haya un potencial conflicto de intereses como investigador, pero mi prestigio como tal es superior”. Y añade que “publico artículos que van contra los intereses de la industria y a favor de la salud pública, siempre que los resultados así lo demuestren. Nunca escondo un resultado negativo. Por otro lado, no pertenezco a ningún organismo que recomiende vacunas, ni doy conferencias en cursos financiados por la industria”.

En este sentido, dos investigadores de centros públicos implicados en la recomendación de vacunas, Federico Martinón Torres y María Garcés Sánchez, han percibido miles de euros de la industria dueña de los sueros. De hecho, la doctora Garcés Sánchez está adscrita al área de vacunas de Fisabio que coordina Javier Díez.

Los conflictos de intereses y el deterioro de la imagen de las compañías farmacéuticas por estos pagos fue lo que movió a Farmaindustria a modificar su código ético interno para publicar las transferencias económicas. Esta autorregulación –no existe una normativa específica o fiscalización pública– funciona desde 2016. No ha contenido el flujo de dinero que ha crecido un 20% en los años de vigencia del código. El presupuesto de las empresas para honorarios a profesionales y congresos médicos ha sumado 1.130 millones de euros en ese tiempo.

Hace menos de un mes, el 30 de junio, el director del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, Julio Vázquez, fue destituido precisamente por haber recibido pagos privados de algunos laboratorios mientras ejercía su cargo. La dirección del Instituto adujo que había perdido la confianza y que desconocía que el biólogo estuviera recibiendo ese dinero.

El investigador de Fisabio asegura sobre sus cobros a eldiario.es que “nunca lo he escondido. En su día se lo comuniqué al gerente. Además cuando hago una publicación o una presentación, siempre pongo mis conflictos de intereses, y siempre aparecen las consultorías”. Fisabio no ha contestado a las cuestiones planteadas sobre este asunto por eldiario.es.