La izquierda 'olvida' la denuncia de los Acuerdos Iglesia-Estado en sus programas para las elecciones
Que España ya no es católica es algo que, a tenor de los datos y de los programas electorales, parece más claro que nunca. Tras repasar las propuestas para este 23J de los cuatro principales partidos, la conclusión es evidente: la Iglesia –y, por extensión, la religión– es una de las grandes olvidadas de esta contienda electoral. Ni siquiera Vox, que ha hecho de los postulados ultracatólicos bandera durante años, hace la más mínima referencia a la Iglesia católica en unos programas que apuntan a la absoluta irrelevancia de la institución, tanto para un lado como para otro. ¿Ha dejado de dar votos la diatriba laicismo vs. religión? Eso parece.
La ausencia de referencias a la Iglesia católica es una de las pocas coincidencias en los programas del PSOE y el PP, y singularmente relevante en el caso de los partidos de la izquierda, cuyos programas obvian una reivindicación histórica tanto del PSOE como, en su día, de Unidas Podemos: la revisión de los Acuerdos Iglesia-Estado. Ni Pedro Sánchez ni Yolanda Díaz postulan hoy la denuncia del Concordato.
Lo más parecido a una referencia al pacto Iglesia-Gobierno está en la página 246 del programa de los socialistas, que apuesta por “Una España que avanza en laicidad”, y en la que se apunta: “Seguiremos trabajando con la Iglesia Católica en el marco del Acuerdo de Asuntos Económicos, para avanzar en el compromiso asumido por la Iglesia de alcanzar por sí misma los recursos suficientes para la atención de sus necesidades”. Nada de derogación, ni de nuevos acuerdos, en una dinámica ya impulsada en los últimos meses por el ministro Bolaños y que también ha asumido el PP en su programa electoral: tratar de equiparar los privilegios fiscales de la Iglesia católica a los del resto de las confesiones religiosas de notorio arraigo. Una medida que no entró en vigor, precisamente, por el adelanto electoral.
“A lo largo de los últimos años del siglo XX y en este siglo XXI, España, y sus ciudadanos y ciudadanas, han avanzado de manera firme hacia los valores de igualdad, pluralidad, diversidad, inclusión y tolerancia que configuran a nuestro país como una moderna sociedad democrática”, afirma el PSOE, quien insiste en que “las leyes y normativas promovidas y aplicadas por Gobiernos socialistas sobre divorcio, interrupción voluntaria del embarazo, muerte digna, matrimonio entre personas del mismo sexo, igualdad entre mujeres y hombres, violencia de género… son expresión de espacios de laicidad conquistados por y para la ciudadanía, que siempre han tenido que vencer democráticamente la oposición de sectores conservadores”.
Movimientos ultranacionalistas y supremacistas
Ahora, añade, “asistimos a un renacimiento de movimientos ultranacionalistas y supremacistas en España y en toda Europa, que alimentan el odio a quien tiene otra cultura u otra religión distinta de la que ha sido tradicional en nuestro país”, incide el PSOE, en una clara alusión a Vox. El partido ultra que, por otro lado, tampoco hace la más mínima alusión a la Iglesia católica o las religiones (salvo para hablar de radicales “islamistas”) en su programa electoral.
“El Gobierno de Pedro Sánchez ha trabajado intensamente en la normalización de la diversidad religiosa y el reconocimiento de las minorías, así como en la neutralidad y la igualdad del sistema de relaciones de los poderes públicos con el hecho religioso. Y, al mismo tiempo, ha desarrollado una importante actividad legislativa en materia de libertad de conciencia, religiosa y de convicciones”, apunta el documento socialista, que aboga por “profundizar en la convivencia de una sociedad plural e inclusiva”, para lo que proponen varias acciones.
Régimen fiscal equiparable
Así, añaden en la página 254, los socialistas se comprometen a “reforzar las políticas de neutralidad religiosa en actos públicos y de representación del Estado, respetando todas las creencias y convicciones religiosas y cumpliendo el principio constitucional de laicidad”. “El régimen fiscal de las confesiones religiosas será el mismo que el de las entidades sin ánimo de lucro”, añade el documento, que en este punto es muy similar a la única propuesta del PP referente a otras religiones.
“No podemos dejar que el discurso del odio y la intolerancia gane terreno y, por eso, en la próxima legislatura los y las socialistas trabajaremos para que la sociedad no vea en el pluralismo religioso un problema, sino una oportunidad de ir más lejos en la consecución de los principios que la Constitución quiso que presidieran nuestro modelo de convivencia”, concluye.
Por su parte, el programa de Sumar no cuenta con una sola referencia directa a la Iglesia católica, aunque en su parcela educativa sí aboga por sacar la asignatura de religión del currículo y del horario escolar. “Ninguna religión ni simbología religiosa formarán parte del currículo ni del horario lectivo obligatorios”, aboga la formación liderada por Yolanda Díaz, que insiste en que, con el fin de “promover la libertad de conciencia del estudiantado”, se debe “prescindir de la afirmación dogmática de contenidos doctrinales y morales, religiosos o de cualquier otra naturaleza”.
En cuanto al PP, apenas dedica un punto a la cuestión religiosa. En concreto, el 223, en el que, genéricamente, apunta: “Trabajaremos para garantizar el derecho fundamental de libertad religiosa, promoviendo el diálogo y la cooperación con las confesiones a través de los instrumentos jurídicos existentes”.
Al igual que hiciera el Gobierno de coalición, la formación liderada por Alberto Núñez Feijóo asegura que “se extenderán los beneficios fiscales a las confesiones religiosas con notorio arraigo y se potenciará el papel y la autonomía de la Comisión Asesora de Libertad Religiosa”. Al tiempo, añade el programa, “se revisará el papel de la Fundación Pluralismo y Convivencia para una gestión más eficaz con las confesiones”.
Una fundación que, por cierto, Vox se había comprometido a erradicar, pero cuya desaparición tampoco aparece en el programa de la formación ultra. De hecho, los de Abascal no hablan de la Iglesia católica, más allá de defender la “protección de las tradiciones populares, eventos religiosos y festejos taurinos propios de la España rural frente a los ataques del progresismo y el globalismo”.
Sí lo hacen, en cambio, para exigir “a los responsables de la religión islámica en España su colaboración para la detención de radicales”, así como la aprobación de una “proposición no de ley para la protección de los españoles frente al yihadismo y la creciente islamización de España”.
Y es que Vox promete cerrar todas las mezquitas o centros de culto “que propaguen ideas que son contrarias a la cultura e identidad” española “como el radicalismo islámico, la yihad o el menosprecio a la mujer y a las costumbres del país”.
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