La soldado del acuartelamiento aéreo de Bobadilla en Antequera (Málaga), que denunció haber sido víctima de dos agresiones sexuales por parte de sus compañeros, declarará este viernes en el juzgado número 1 de la localidad malagueña.
Actualmente esta militar tiene dos causas abiertas: un presunto intento de violación enmarcado en septiembre y una supuesta agresión sexual en diciembre. Por estos segundos hechos, sucedidos el 10 de diciembre, el día de la patrona del Ejército del Aire, declarará este viernes. En el atestado policial aseguró que le pudieron introducir “unas sustancias en su bebida” y que varios compañeros la comenzaron “manosear”.
Este caso se está investigando en la justicia civil y militar “a la espera de que lleguen los resultados de las pruebas de ADN” que se hicieron a nueve de sus compañeros, aclara el abogado de la denunciante, Javier Rincón. Con estos exámenes pretenden identificar a los autores de las agresiones denunciadas y cotejar los datos con los restos de las prendas de su cliente.
“Cuando se sepa si fueron militares, el juzgado se inhibirá a favor del togado como ya hizo con los hechos de septiembre”, apunta Rincón, del despacho Rinber Abogados. En el auto de reapertura de diligencias previas, al que ha accedido eldiario.es, también han sido citadas cinco personas más. Su defensa explica que declarará un civil, una de las mujeres a las que le contó “que se encontraba mal” tras la celebración de la patrona y tres compañeros, entre los que el letrado sospecha que “se podría encontrar alguno de los agresores”.
Sobre estos hechos investigados, la denunciante “tiene vagos recuerdos”, cree que pudo ser “drogada sin su consentimiento” y por eso es incapaz de identificar a todos los acusados. Al día siguiente, pasó un test antidrogas y dio positivo en barbitúricos.
En el atestado policial incidió que recuerda que en un bar un sargento le empezó “a acariciar la pierna”. “Algo que deja sorprendida a la dicente, ya que no se esperaba esa actitud de él”, argumentaron los agentes de la comisaría de Antequera. Además, en el escrito aseguró que la denunciante “notó otra mano que le tocaba el muslo” y que ella contestó con un manotazo “para que le quitasen las manos de encima”.
Aunque en su declaración destacó que “son recuerdos confusos”, cree que en esos momentos “ya debía estar drogada” y por lo tanto no es capaz de identificar a todos los presuntos acosadores. Además aseguró que “un hombre de tez morena la movía mientras la cogía del brazo y le decía cosas”. Y que con otro hombre “notaba el contacto en su costado izquierdo” en una habitación “a oscuras”.
Los segundos hechos denunciados, en los que el presunto agresor está identificado, están siendo investigados exclusivamente en la justicia militar y ya han sido admitidos a trámite. En su relato aseguró que uno de sus compañeros intentó violarla en el mes de septiembre en la base. En este caso, sí que ha podido identificar al militar.