La compañía estadounidense Amgen ha pagado la visita de un grupo de senadores del PP y el PNV y tres parlamentarios andaluces de Ciudadanos a las instalaciones que la farmacéutica tiene en Irlanda.
La comitiva partió el domingo pasado para ver de primera mano la planta de biosimilares que Amgen posee en Dublín este lunes, según han descrito fuentes cercanas a la expedición. Esta visita se produce en medio de las reclamaciones del sector para alcanzar una normativa específica para estos fármacos.
La empresa ha confirmado que ha organizado “una jornada de formación sobre el desarrollo y producción de biosimilares con un grupo de decisores del ámbito de la salud en España”. Decisores en este caso significa senadores del Partido Popular de la comisión de Sanidad y Servicios Sociales entre ellos su presidenta María del Carmen de Aragón y el vicepresidente Francisco José Fernández Pérez. Más los tres diputados regionales de Ciuadanos: María Isabel Albás de la comisión de Salud, Carlos Hernández White, de la de Empleo y José Antonio Funes, de la de Cultura y la senadora vasca Nerea Ahedo.
El grupo parlamentario popular en el Senado ha restado trascendencia al viaje aunque una portavoz ha contestado a eldiario.es que “no se trata de un viaje oficial de la Cámara”. Y que no se había producido “con conocimiento de la dirección. Habrá sido a título personal”. Los senadores se limitan a decir que acudieron a “un seminario científico” y “conocer la planta” que no existe en España.
En la invitación escrita remitida a los parlamentarios a la que ha tenido acceso este diario se especifica que este seminario tiene como “objetivo, sensibilizar sobre la necesidad de que el futuro mercado de biosimilares sea sostenible, fiable y competitivo”. También se especifica que la farmacéutica “tiene un firme compromiso con España y Europa donde lanzará su primer biosimilar antes que en EEUU”.
Amgen es una farmacéutica californiana dedicada a los biomedicamentos tanto de referencia como biosimilares. Declaró unos ingresos netos en 2016 de más de 7.000 millones de euros. Fuentes de la compañía explican que esta visita responde a que “actualmente, en España se está desarrollando un amplio debate sobre la necesidad de una regulación específica en el campo de los medicamentos biológicos innovadores, biosimilares y la medicina de precisión, dada la trascendencia que estos temas tienen para el Sistema Nacional de Salud, tanto desde el punto de vista médico-científico como económico”.
Ciudadanos justifica el viaje de sus diputados de la Asamblea andaluza en que “han asistido a un seminario científico, organizado en Dublín, sobre el futuro de la biotecnología en el sector sanitario en Europa”. Un portavoz de ese grupo parlamentario ha explicado que “estamos convencidos de que su asistencia resultará de gran utilidad y lamentamos el habitual desinterés de otros partidos por conocer el trabajo y la experiencia de profesionales de categoría internacional que, ante los retos que en materia económica o sociales debemos afrontar unidos, consideramos imprescindible conocer”.
Durante la visita, según el correo de presentación, además de acudir a la planta se posibilitaba “la ocasión de compartir experiencias con los directivos de la compañía” entre los que se nombra al vicepresidente internacional de Política y Asuntos Corporativos, la directora ejecutiva de Suministros o la directora de Amgen en España.
El PNV también decidió aceptar la invitación para viajar a Irlanda “al considerar que la visita tenía relación directa con la actividad parlamentaria y se consideró apropiado aceptar la propuesta para recibir información sobre asuntos que se abordan en los trabajos parlamentarios”, explican fuentes de la formación vasca.
La compañía no ve tampoco un conflicto de intereses e insiste en que “esta jornada cumple tanto con el ”código ético de Farmaindustria como con la estricta normativa de compliance del sector y de la propia compañía“.
La invitación de la multinacional farmacéutica fue extensiva a otros grupos con presencia en la comisión de Sanidad del Senado. Incluso varios diputados del Partido Socialista también recibieron la oferta de viaje con destino a Dublín, pero declinaron su presencia: “Nunca aceptamos este tipo de invitaciones”, aseguran a eldiario.es una diputada a cuyo email llegó también la oferta de la empresa.
Las invitaciones para conocer los nuevos productos de las empresas del sector farmacéutico no son una excepción en otras cámaras como el Congreso. Fuentes cercanas a la presidencia de la comisión de Sanidad en esa cámara aseguran que hay una decisión tomada a cerca de rechazar siempre las visitas institucionales a empresas del sector.
La nueva frontera
Los medicamentos biológicos son el nuevo horizonte farmacéutico. El laboratorio Sandoz explica al hablar de ellos que “han revolucionado el tratamiento y prevención de numerosas enfermedades” al tiempo que admite que “contribuyen a aumentar los costes sanitarios”.
Los biosimilares son medicamentos biológicos altamente parecidos a otro medicamento biológico ya aprobado conocido como de referencia, según define a ambos la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Lo que caracteriza a estas medicinas es que el principio activo procede de un organismo vivo.
El biosimilar “contiene una versión del principio activo” del producto de referencia. No es idéntico por la propia naturaleza de su composición biológica cosa que no ocurre con los genéricos que sí pueden reproducir exactamente la composición química del producto de marca.
La EMA explica que estos fármacos varían desde “simples proteínas como la hormona del crecimiento a más complejas como factores de coagulación o anticuerpos monoclonales”. Tanto el de referencia como el similar “no tienen diferencias clínicas significativas”.
La Asociación Española de Biosimilares (que agrupa a fabricantes o comercializadores de estos productos como la propia Amgen, Cinfa, Kern, Lilly, Merck, Novartis, Pfizer o Sanofi) explica que el “principal, pero no único, valor añadido atribuible a la entrada de los biosimilares es la posibilidad de que un mayor número de pacientes acceda a tratamientos biológicos debido a la reducción de coste”.
La Unión Europea tiene 36 biosimilares aprobados, según el listado de la EMA. Son utilizados para tratar desde la artritis reumatoide, el fallo renal crónico, la diabetes melitus o el linfoma No-Hodgkins. En esa relación aparecen dos fármacos cuya autorización viene a nombre de Amgen. El laboratorio más repetido es Sandoz.
Esta patronal celebró sus primeras jornadas nacionales a comienzos de 2017 donde su presidente, Joaquín Rodrigo, expuso que su objetivo es “lograr una regulación específica para el biosimilar”. En ese sentido tratan de que se eliminen barreras legales y se permita venderlos a un precio sensiblemente menor que el de los biomedicamentos de referencia.
El laboratorio Amgen –que ha llevado a los políticos españoles a sus instalaciones irlandesas porque no cuenta en España “con ninguna planta donde se produzcan ni biosimilares ni fármacos biológicos innovadores”–, trabaja en los dos lados de la biomedicina. Tiene producción de fármacos de referencia y biosimilares.
De hecho, en septiembre de este año Amgen ha firmado un acuerdo con otra farmacéutica, AbbVie, por el que se compromete a no comercializar su similar de Humira, un producto estrella de AbbVie, hasta 2023. Ese año, Amgen contará con licencia para vender su similar sin problemas y AbbVie se asegura cuatro años de exclusividad. Así se han terminado los litigios entre ambas empresas. Al mismo tiempo, este laboratorio está experimentado un “bombardeo” de similares que afectan a su cartera de biomedicinas más vendedoras.