Los científicos participantes en un proyecto para determinar el impacto del COVID-19 en los consumidores de marihuana medicinal o recreativa en el mundo tienen un mensaje claro y directo para ellos: no la inhalen.
Fumar o vapear marihuana constituye un riesgo adicional en los tiempos del coronavirus, pero pocos consumidores tienen conciencia de ello y se han pasado a otras formas de usar el cannabis, según la científica que lidera un estudio de carácter internacional.
“Los consumidores de marihuana constituyen un grupo vulnerable en la pandemia”, subraya a Efe la epidemióloga puertorriqueña Denise Vidot, profesora adjunta de la Escuela de Enfermería y Estudios de Salud de la Universidad de Miami.
En el equipo de Vidot hay investigadores de instituciones como la Universidad de Texas, la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y el Centro Médico SUNY Downstate, uno de los hospitales designados para atender a enfermos del COVID-19 en Nueva York.
El objetivo principal es conocer cómo afecta el COVID-19 a los consumidores adultos de marihuana tanto con fines médicos como recreativos, pero a medida que avanza van surgiendo nuevas líneas de investigación, explica Vidot.
Los investigadores parten de los resultados de un sondeo que se realiza a personas mayores de 18 años que aceptan participar de manera voluntaria y anónima. En total, se han recibido respuestas de 47 países, incluidos España y varios países latinoamericanos.
Más de 2.000 personas han contestado hasta ahora y se espera que la cifra final sea significativamente mayor, pues el sondeo va a estar abierto hasta después de agosto, que era la fecha original para cerrarlo.
“El COVID-19 no se ha terminado y, aunque se termine, el impacto en un grupo especialmente vulnerable puede durar años”, dice Vidot.
NO INHALAR DURANTE LA PANDEMIA
Solo un 16 % de los consumidores de marihuana medicinal que respondieron al sondeo hasta ahora dice haber cambiado sus hábitos de consumo a causa del COVID-19 y de ellos solo un tercio dice que dejó de fumar, algo que “no es suficiente” en absoluto para Vidot.
Uno de los datos que han sorprendido a los investigadores es que haya un alto porcentaje de consumidores por razones médicas que fuman marihuana en lugar de consumirla en aceite, alimentos u otras preparaciones.
Vidot recuerda que las autoridades sanitarias mundiales y nacionales han advertido de que, al ser el SARS-Cov-2 un virus que ataca a los pulmones, los fumadores están en mayor riesgo.
Pero no es el único riesgo de fumar o vapear cannabis que se ha identificado en este estudio.
El compartir cigarrillos, pipas o vapeadores, equivalente a compartir saliva, es mucho más peligroso en la pandemia, y aunque se nota que hay una tendencia a abandonar esa costumbre, aún no existen datos suficientes para saber su importancia.
A preguntas de Efe Vidot dice que tienen constancia de que hay participantes en el sondeo que tienen síntomas o han dado positivo al COVID-19, pero no da cifras por razones de privacidad de los enfermos.
A determinadas personas de las que responden al cuestionario se les da después la opción de que los investigadores les hagan seguimiento mientras dure este estudio epidemiológico.
UNA LARGA LISTA DE ENFERMEDADES
El sondeo incluye preguntas directamente relacionadas con el consumo de cannabis y de otras sustancias, para saber si aumenta o disminuye o si hay cambios en la manera de consumirlo. A los consumidores por razones medicas se les indaga por las enfermedades que les aquejan y por los síntomas para los que usan medicamentos a base de cannabis.
La lista de enfermedades es larga e incluye cáncer, VIH-Sida, depresión, ansiedad, lupus, enfermedad de Crohn, esclerosis múltiple y otras, pero la de síntomas no le va a la zaga: dolor agudo o crónico, ataques epilépticos, falta de apetito, trastornos del sueño y desintoxicación de opioides o alcohol entre otros.
“La evidencia preliminar de nuestro estudio (...) sugiere una prevalencia alarmante de ansiedad y síntomas de depresión asociada con un incremento del consumo de alcohol y de marihuana no medicinal al inicio de la pandemia”, escribió Vidot cuando habían respondido al cuestionario unos 1.400 personas.
RIESGOS ECONÓMICOS TAMBIÉN
Pero hay otro aspecto de cómo impacta el COVID-19 en los consumidores de marihuana medicinal que le preocupa y es el económico.
El desempleo generado por la paralización de la actividad a causa de la pandemia deja a personas que tratan sus dolencias con marihuana medicinal sin ingresos para comprar medicamentos que en general no cubren los seguros médicos y deben pagar a precio de mercado si es que está autorizada su venta.
En muchos países la marihuana es ilegal, como lo es en Estados Unidos a nivel federal, aunque en algunos estados esté permitida para usos medicinales, recreativos o ambos, recuerda Vidot.
La epidemióloga teme que se estén exponiendo al riesgo de comprar marihuana en las calles con consecuencias impredecibles para la salud de personas que consumen cannabis para tratar dolencias serias en muchos casos.
Además, indica que muchos de los que se identifican como consumidores con fines recreativos lo hacen porque no cuentan con ingresos para obtener el permiso necesario ni visitar al médico para que les recete medicamentos a base de cannabis.
Sigue habiendo muchas “barreras” para el cannabis, dice.