Lisboa, 23 jul (EFE).- Lisboa ha comenzado la cuenta atrás para recibir al papa Francisco, que participará en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) organizada entre el 1 y el 6 de agosto con la expectativa de congregar a un millón de fieles católicos.
Es la segunda visita de Francisco a Portugal, que estuvo en el santuario mariano de Fátima en 2017 por el centenario de las llamadas apariciones de la Virgen, cuando pasó poco menos de 24 horas en el país.
Ahora, sin embargo, permanecerá en Portugal entre el 2 y el 6 de agosto, la mayor parte en Lisboa pero con una visita express a Fátima el día 5.
Los últimos datos divulgados por la Fundación JMJ Lisboa 2023, el pasado 30 de junio, recogían que había 313.000 personas inscritas en fase final, con españoles (58.531) e italianos (53.803) a la cabeza.
Pero a los inscritos oficialmente se sumarán los fieles que lleguen de forma libre, dos o tres por cada persona registrada, según los cálculos de los organizadores.
ESCENARIOS
El macroevento católico contará con dos escenarios centrales para las principales intervenciones del papa, la “Colina del Encuentro”, en el Parque Eduardo VII, en el corazón de la ciudad, y el “Campo de la Gracia”, en el Parque Tejo, a orillas del río.
En el barrio de Belém se instalará la “Ciudad de la Alegría”, un espacio para movimientos, comunidades y proyectos sociales que tendrá una zona donde los jóvenes podrán confesarse con el pontífice y otros sacerdotes.
Aunque la JMJ se celebra en Lisboa y los municipios vecinos, el papa visitará el santuario de Fátima el sábado, donde rezará el rosario con jóvenes enfermos y reclusos.
LISBOA, PATAS ARRIBA
La JMJ promete poner “patas arriba” Lisboa, donde la movilidad será más complicada de lo normal durante esa semana.
Las autoridades ya han anunciado el cierre de varias estaciones de metro y tren en días señalados y las calles del centro estarán cortadas o limitadas al tráfico, aunque habrá un refuerzo del 11 % en las plazas de transporte público.
En la capital se espera la llegada de más de 4.000 autobuses, para los que se han habilitado varios aparcamientos repartidos por la ciudad.
También habrá restricciones al tráfico aéreo en cuatro zonas de exclusión, pero no se restringirán los vuelos comerciales que aterricen en el aeropuerto de Lisboa.
Portugal repuso desde la medianoche de este pasado sábado el control documental en las fronteras, que será selectivo y estará en vigor hasta el 7 de agosto.
La JMJ también ha dejado la capital con los hoteles llenos o tasas de ocupación elevadas, con pocas habitaciones libres a precios desorbitados y un mercado paralelo de alquiler de apartamentos.
Los hoteleros de Lisboa esperan una tasa de ocupación del 91 % mientras la restauración se prepara para la subida de ventas, y el Ayuntamiento ha autorizado que los supermercados y tiendas de conveniencia puedan abrir las 24 horas del día.
La celebración de la JMJ se verá ensombrecida por las huelgas anunciadas por diferentes sectores, como el transporte -trenes y empresas de asistencia en tierra del aeropuerto-, los policías, la sanidad y la educación.