El papa Francisco ha recordado este sábado los casi tres meses que pasó practicando el inglés en Irlanda “hace 38 años” durante el vuelo hacia Dublín para participar en el Encuentro Mundial de las Familias. Recordó al dirigirse a los 71 periodistas que viajan con él que es el segundo Encuentro de las Familias de su pontificado, el anterior fue en Filadelfia (EEUU) y que es un evento “que le gusta”. “Me gusta estar entre las familias y estoy muy contento”, aseguró. Pero además explicó que es un viaje que le “toca el corazón” porque regresa a Irlanda donde estuvo tres meses practicando el inglés en 1980.
Desde aquel año hasta el presente, Irlanda (país de mayoría católica y en el que la religión ha servido como principal elemento de afirmación nacional frente al Reino Unido) ha ido distanciándose de los dictados de Roma y aprobando medidas como la legalización de los anticonceptivos, el derecho al divorcio, el matrimonio homosexual y al aborto.
Este viaje a Irlanda es el primero del pontífice desde el estallido del penúltimo escándalo de violaciones a menores en el seno de la Iglesia católica. Es el caso de los 300 sacerdotes que habrían abusado de más de 1.000 personas en seis de las ocho diócesis que la Iglesia Católica tiene en el Estado de Pensilvania (EEUU). El Vaticano exigió a la Iglesia, en Estados Unidos, que asumiera responsabilidades.
Francisco ha sido recibido a su llegada al aeropuerto de Dublín por un representante del Gobierno y algunos obispos irlandeses, ya que la ceremonia de bienvenida oficial se celebrará más tarde en el palacio presidencial.
El primer acto de este viaje a Irlanda es la ceremonia en el Aras An Uachatarain, el palacio presidencial irlandés donde el pontífice se reúne con el presidente, Michael Higgins.
Después pronuncia su primer discurso en el Castillo de Dublín ante las autoridades y representantes del cuerpo diplomático y el primer ministro, Leo Varadkar.
Un país distinto
Francisco se encontrará con un país totalmente diferente del que conoció Juan Pablo II, último papa que visitó la isla. Irlanda se convirtió en el primer país del mundo que dio luz verde al matrimonio gay a través de un referéndum, celebrado en 2015.
Asimismo, la gran mayoría del electorado irlandés volvió a pronunciarse el pasado mayo en otra consulta a favor de la reforma de la ley del aborto, una de las más restrictivas del mundo.
En este camino de modernización, el Gobierno de Dublín ha anunciado que convocará el próximo otoño un plebiscito sobre la ley que castiga la blasfemia con cuantiosas multas y otro para suprimir una cláusula sexista de la Constitución conocida como “la mujer en el hogar”.