El Congreso de los Diputados ha aprobado definitivamente la nueva ley de Residuos: ha llegado el fin, casi inmediato, de los cubiertos, pajitas, platos y bastoncillos de plástico que no podrán venderse más una vez agotado el stock ahora en circulación. La medida llegará con nueve meses de retraso respecto a la fecha tope de 3 de julio de 2021 marcada en la normativa europea.
Tras su paso por el Senado, los diputados han votado a favor de la creación de un impuesto específico para la fabricación de utensilios de un solo uso y otro para el vertido e incineración de residuos, el cobro extra de vasos y paquetes de comida plásticos y la obligación de los restaurantes de servir agua del grifo a petición de los clientes. El objetivo general es reducir los desechos: un 13% en 2025 y un 15% en 2030 respecto al nivel de 2010.
Hacer más caro el usar y tirar
La idea general de la norma es que España corte la dinámica de usar y tirar. La utilización de grandes cantidades de objetos de plástico que se emplean una única vez y luego se desechan está detrás del flujo de basura que, a la larga, termina sobre todo en el mar. Ante la dimensión de esa marea, los países acordaron el pasado 1 de marzo iniciar la redacción de un acuerdo internacional vinculante para frenar esa oleada de 300 millones de toneladas cada año.
El nuevo impuesto a la fabricación de utensilios no reciclables, es decir, de un solo uso se ha establecido en 0,45 euros por kilo de plástico para los fabricantes o importadores. España tiene que recuperar terreno en cuanto al reciclaje: la previsión del Gobierno es que se pase del 36% al 55% en 2025, 60% en 2030 y 65% en 2035. La media de los países de la Unión es del 47%.
En este mismo sentido, a partir de enero de 2023, cuando alguien quiera un vaso de plástico con su tapita para llevarse una bebida o un paquete de plástico donde transportar una comida preparada deberá abonar, aparte, esos objetos. Los comercios deberán detallar en el tique el precio individual de esos objetos. Es una dinámica similar a la que ya funciona con las bolsas de plástico.
Otro de los aspectos que se notará en el día a día de los ciudadanos es la obligación de los negocios de restauración de dispensar agua de grifo cuando se lo pidan. El objetivo es similar: limitar el uso de envases desechables.
El fin declarado del texto preparado por el Ministerio de Transición Ecológica es que, en 2030, se hayan rebajado todos estos objetos un 70% respecto a los niveles de 2022. El cálculo del Gobierno es que, todos los años, unos ocho millones de toneladas de residuos llegan a los mares españoles. La mayoría son colillas de cigarrillos y objetos de plásticos como los bastoncillos, pajitas, cubiertos, tapas y distintos envases.
En el proceso de enmiendas del Senado, esta ley incorporó modificaciones de la ley de Aguas que han recuperado un canon hidroeléctrico que grava con un 25,5% la facturación por la producción de las centrales de mayor tamaño. Puesto en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2015, el Supremo anuló su carácter retroactivo y el Ejecutivo del PP dejó morir el tema.