Rabat, 30 mar (EFE).- Marruecos suspenderá a partir de la medianoche de hoy los vuelos procedentes o con destino a España y Francia, sumando a su lista de países cerrados un total de 39 nombres, a pocos días del mes de ayuno de ramadán, cuando suele registrarse un gran flujo de viajeros.
La suspensión de vuelos con estos países se decidió de forma preventiva para evitar la propagación de las nuevas variantes de la covid-19 y estará vigente “hasta nueva orden”, según anunció ayer el Ministerio marroquí de Transportes y Turismo.
La suspensión de vuelos con España y Francia fue la que mayores reacciones generó desde ayer, primero por el peso de la comunidad marroquí residente en esos dos países, que genera una gran intensidad del tráfico de pasajeros, además del flujo del turismo entre estos destinos.
Por ejemplo, la aerolínea marroquí Royal Air Maroc (RAM) tiene vuelos diarios con diez destinos con Francia y siete con España -Madrid, Barcelona, Málaga, Valencia, Sevilla y dos a Tenerife-, por delante de cualquier otro país del mundo; a la RAM se añaden otras aerolíneas, como RyanAir y Air Arabia, que vuelan entre estos países.
Además, Francia y España acaparan el 52 % de las llegadas de turistas al país magrebí.
El presidente del Consejo Económico, Social y Medioambiental, Ahmed Reda Chami, lamentó hoy, en una conferencia virtual sobre el turismo y la pandemia, el impacto especialmente grave sobre el sector turístico por la pandemia, con una caída del 70 % en 2020.
La suspensión de los vuelos con Francia y España fue anunciada con un día y medio de antelación y permitió implementar algunas medidas para aliviar el impacto de la medida: la RAM y Air Arabia anunciaron que los pasajeros de los últimos vuelos de hoy procedentes de Francia y España no están obligados a presentar el test PCR, ya que se les hará esa prueba a su llegada.
Por su parte, la embajada de España en Marruecos anunció hoy que los diferentes consulados españoles en el país están recopilando la información sobre los ciudadanos atrapados en el país magrebí para su próxima repatriación, y recordaron que el próximo domingo 4 saldrá de Tánger a Algeciras un “ferry de repatriación”.
La suspensión de vuelos ha generado desde anoche diferentes comentarios en las redes y en los foros de los emigrantes marroquíes que se indignaron, por una parte, por los precios de los billetes, que se dispararon en los últimos vuelos previos al cierre.
Otros expresaron su asombro por decretarse la medida a unos doce días del inicio del mes de ayuno de Ramadán -que habitualmente una buena parte de la comunidad marroquí prefiere pasar en su país de origen-, mientras otros estudiantes aprovechan las vacaciones de primavera para ver a su familia en Marruecos.
“Estaba en el aeropuerto cuando me enteré de que los vuelos con España van a suspenderse, había una confusión total, tuve que renunciar a mi viaje a Rabat porque no tenía la certeza de cuándo podía volver”, cuenta a Efe Sami, un estudiante que anuló sus planes para visitar a su familia en Rabat.
Esta última suspensión de vuelos con Francia y España marca, según los observadores, un recrudecimiento de las restricciones impuestas para luchar contra la pandemia, tras un período de cierta tolerancia debida al éxito de la campaña de vacunación y la disminución del número de contagios.
Marruecos ha vacunado con las dos dosis hasta ahora a 3,4 millones de personas, en un país que ha totalizado 494.756 casos de contagio, de los cuales 8.807 pacientes fallecieron.
Por ejemplo, las autoridades marroquíes prorrogaron ayer para dos semanas suplementarias las restricciones existentes desde el pasado enero, como el toque de queda nocturno, la limitación de aforos en los comercios y cafés o la necesidad de una autorización de desplazamiento entre las ciudades del país.
Las nuevas directivas coincidieron además con la advertencia que lanzó el fin de semana el presidente del Gobierno, Saadedín Otmani, en su cuenta en Twitter sobre una tercera ola del virus y sus variantes en el país, ante el posible retraso de la llegada de nuevos lotes de la vacuna y la dejadez detectada por parte de algunos ciudadanos. EFE
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