Cuatro mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas desde el viernes pasado: dos en Madrid, una en el municipio asturiano de Langreo y otra en Lepe (Huelva). Con ellas, 21 mujeres han sido asesinadas por violencia machista en lo que va de año, según las estadísticas oficiales de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.
El último caso ha ocurrido esta misma madrugada, cuando la Guardia Civil ha detenido a un hombre de 59 años acusado de matar a su mujer en la localidad madrileña de Collado Villalba. Los agentes investigan lo ocurrido a la espera de la autopsia, pero los primeros indicios apuntan a muerte violenta.
El domingo el Instituto Armado detenía al hombre acusado de matar a una joven de 24 años en Lepe (Huelva), que estaba escondido en Tariquejos, un núcleo a pocos kilómetros de la localidad a la que había huido tras asesinar a su expareja en la mañana del sábado. Ambos eran padres de dos niñas de 5 y 2 años que han quedado bajo la tutela de la Junta de Andalucía.
La mujer había denunciado ante la Guardia Civil y un juez había dictado una orden de alejamiento que impedía al hombre acercarse y comunicarse con la víctima.
El pasado viernes se produjeron otros dos asesinatos: uno en Madrid y otro en Asturias. Por la mañana, un hombre mató a su mujer de unos 80 años en el domicilio en el que vivían ambos situado en La Felguera, en el municipio asturiano de Langreo, antes de suicidarse.
Horas antes, de madrugada, un equipo de emergencias del SUMMA de la Comunidad de Madrid acudía a una vivienda en el madrileño barrio de Tetuán y encontraba a una mujer de 47 años con evidentes signos de violencia. Fuentes de la Jefatura Superior de la Policía de Madrid confirmaron que había un hombre detenido, de 44 años, que era expareja de la víctima y que tenía una orden de alejamiento.
Esta fue la primera mujer asesinada de estos cuatro días de recrudecimiento de la violencia machista. Con los cuatro nuevos casos, se elevan a 21 el número de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas, según datos oficiales del Gobierno. Solo cinco de ellas habían denunciado a su agresor y tres tenían una orden de protección vigente.