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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El nuevo parque nacional de Cabrera blindará el primer santuario de cetáceos en alta mar del Mediterráneo

El nuevo parque nacional de Cabrera se convertirá en el primer santuario marino para ballenas y delfines en alta mar de todo el Mediterráneo: las aguas utilizadas por estos cetáceos como zona de paso o reproducción recibirán la más alta protección ambiental, según el documento de ampliación del parque que ha expuesto a información pública el Ministerio para la Transición Ecológica este lunes.

El borrador de acuerdo especifica que se pretende “incorporar por primera vez, tanto en nuestro país como en el Mediterráneo, el medio marino pelágico: áreas pelágicas de paso, reproducción o presencia habitual de cetáceos o grandes peces migradores”. Las áreas pelágicas son las aguas alejadas de la costa, fuera de la plataforma continental.

Cabrera proporcionará así protección a rorcuales o cachalotes (sus aguas albergan ocho especies distintas de cetáceos) al suroeste del archipiélago balear. Hace poco más de dos meses, el corredor marino de 46.000 km2 que discurre entre la costa y las islas, más al norte, también recibió el título de Área Marina Protegida. Una secuencia de buenas noticias para los mamíferos marinos del Mediterráneo cuyos dominios estaban plagados de cuadrículas habilitadas para la prospección de recursos de hidrocarburos.

El Gobierno ha elegido un trámite más ágil para conseguir la ampliación de Cabrera: vía Acuerdo del Consejo de Ministros ya que se trata de incorporar aguas, todas propiedad del Estado. Dentro del nuevo mapa, la protección buceará a muchos metros de profundidad para incluir, también por primera vez en España, a los “bancos de corales profundos” y el Talud Emile Baudot, una explosión de extraordinaria biodiversidad submarina creada por la conexión entre poblaciones propias de la plataforma continental y las bentónicas que viven a grandes profundidades. “Tiene una extraordinaria importancia ecológica como zona de presencia y alimentación de cetáceos, grandes filtradores y escualos”, describe el documento.

El plan, que partió de una propuesta del Govern balear, contempla multiplicar por ocho la superficie del parque: de 10.000 a 90.000 hectáreas. Además de la protección de estas nuevas zonas y sus hábitats, el acuerdo que el Ministerio somete a consulta reconoce la necesidad de defender esa zona de mar Mediterráneo de la “fuerte explotación pesquera de carácter intensivo”.

Porque, además, y aunque resulte paradójico, las zonas protegidas redundan en mejor resultados para la pesca comercial en su periferia. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha concluido que las áreas protegidas marinas “contribuyen a la sostenibilidad de las poblaciones, ya que los animales que se encuentran en su interior pueden llegar a la madurez y desovar. En consecuencia, el rendimiento reproductivo es mayor de lo que habría podido ser si las poblaciones hubieran estado sometidas a la presión pesquera”.

La fórmula trata de que, al recuperarse las poblaciones, “los peces que reciben protección se desarrollan y, a menos que se trate de especies sedentarias que carecen de movilidad, algunos de ellos, tras superar los límites del área”, se convierten en población comercial: “Se derraman” hacia las aguas adyacentes “donde pueden ser capturados por otras pesquerías”, describe la FAO.

Imperativo legal

Las hectáreas de mar protegido que añade este proyecto de parque ayuda a que España se acerque al cumplimiento de sus compromisos internacionales en materia de protección ambiental. El Convenio para la Diversidad Biológica marca como objetivo que se llegue a un 10% de aguas territoriales protegidas por las partes. Así lo destaca el Ministerio al redactar que aumentará “significativamente el porcentaje de aguas territoriales protegidas por España” cuyo nivel está en algo más del 8,5%.

Sin embargo, justo la región marítima donde se sitúa Cabrera, la levantino-balear, es una de las que ya superaba ese porcentaje objetivo (11,3%). Aunque el porcentaje general español se vea empujado, se mantendrán diferencias muy significativas ya que, por ejemplo, las aguas de las Islas Canarias están todavía en el 5,1%, la mitad de lo obligado. El Parque Nacional de El Hierro (proyecto totalmente marino en el Mar de las calmas), sigue aguardando.