La Santa Sede ha ordenado el destierro de la diócesis de Astorga del sacerdote José Manuel Ramos Gordon, considerado culpable de un “grave delito de abusos sexuales a menores”, según ha anunciado este mediodía el obispo de la diócesis, Juan Antonio Menéndez. La condena, decretada por Doctrina de la Fe, decreta la “privación del ejercicio público del ministerio sacerdotal, residiendo en un monasterio o convento fuera de la dióceis de Astorga”, durante este período. Después, el condenado deberá vivir en la casa sacerdotal, y nunca más podrá dar misas en público, salvo permiso explícito de su obispos.
Roma ha considerado “probados” los hechos denunciados, declarándolo culpable de “un delito grave de abusos sexuales a menores”. En el anterior caso, Ramos Gordon fue condenado a un año apartado del sacerdocio, del que solo cumplió seis meses. Ahora, y aunque el caso estaba prescrito tanto civil como canónicamente (los abusos se produjeron entre 1981 y 1984), la Santa Sede, “haciendo uso de sus facultades especiales, levantó la prescripción de los hechos, y me encomendó un proceso administrativo penal”, apuntó el obispo Menéndez.
Un proceso que ha sido llevado a cabo por “expertos juristas extradiocesanos” y cuyas conclusiones se han llevado a la Santa Sede. Finalmente, Ramos Gordon ha sido condenado en función del canon 1395 del Código de Derecho Canónico, con el destierro de la diócesis durante diez años, y la prohibición de celebrar en público el resto de su vida. Para el obispo de Astorga, la sanción supone “prácticamente la expulsión del estado clerical”. Pero no va a ser expulsado oficialmente.
“He informado personalmente de la decisión adoptada al sacerdote y a la víctima, a quien expresé mi dolor por la gravedad del delito, le pedí perdón en nombre de toda la comunidad, y me puse a su disposición par acompañarle espiritual y humanamente en aquello que legítimamente desee”. Algo que no incluye la indemnización porque, tanto en este caso como en el de La Bañeza, el obispo sostiene que “no puedo hacer” nada. En el caso de abusos de La Bañeza, además, porque “no hay sentencia canónica o civil que me lo permita, el caso ya había sido juzgado”. Y Ramos Gordon condenado con apenas un año.
A principios de 2017, tras darse a conocer el caso, ya se realizó una primera investigación, a raíz de una denuncia remitida al Papa Francisco en 2014 por un alumno del Seminario Menor de La Bañeza. Entonces José Manuel Ramos Gordón fue privado del oficio de sacerdote. Meses antes, en el verano de 2016 había sido apartado por el Obispado de Astorga de la parroquia de Tábara, sin dar explicaciones sobre las razones que amparaban esa decisión a los vecinos, que le rindieron homenaje en octubre de ese mismo año.
En febrero de 2017, salieron a la luz nuevas denuncias, en este caso la de un ex alumno del colegio sanabrés, en las que acusaba al sacerdote de presuntos abusos sexuales cuando era menor. Denuncia a la que se han ido sumando otras por hechos similares, lo que obligó a la Congregación para la Doctrina de la Fe a reabrir el caso e investigar los hechos, y cuya resolución se ha dado a conocer hoy. La pena comenzará a cumplirse de inmediato.