Esta carrera de relevos pudo empezar en Italia en 1364. Ese año nació Christine de Pizan. Pizan escribió La ciudad de las damas, obra precursora del feminismo occidental. Siglos después, y siendo conscientes de que entre tanto el testigo debió agarrarse y soltarse cientos de veces, apareció Sjourner Truth y su famoso discurso ¿Acaso no soy yo una mujer?, que sentaría las bases de la lucha feminista de las mujeres negras. Después llegaron Clara Zetkin, Nawal el Saadawi, Marcela Lagarde o Rebeca Lane, entre muchas otras. Como sería imposible resumir esta prueba de esfuerzo en un solo artículo, te proponemos la historia de ocho referentes feministas mundiales que es posible que todavía no conozcas. La carrera se acelera en todo el mundo justo en la recta final.
Christine de Pizan. Italia, 1364
En 1405 Christine Pizan escribió La ciudad de las damas, obra con la que la autora hace una defensa de las mujeres construyendo su propia ciudad y habitándola de figuras femeninas importantes. El texto combate los argumentos misóginos de los autores de su tiempo. Entre los temas que trató Pizan en su manuscrito, destacan la defensa de las mujeres ante todo tipo de calumnias, la educación para las mujeres y la liberación.
“Me preguntaba cuáles podrían ser las razones que llevan a tantos hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra bien en escritos y tratados. No es que sea cosa de un hombre o dos, ni siquiera se trata de ese Mateolo [en referencia al libro de Las lamentaciones de Mateolo, que trata sobre el matrimonio], que nunca gozará de consideración porque su opúsculo no va más allá de la mofa, sino que no hay texto que esté exento de misoginia […] parecen hablar con la misma voz para llegar a la conclusión de que la mujer, mala por esencia y naturaleza, siempre se inclina hacia el vicio”.
La obra fue trascendental en la conocida 'Querella de mujeres', un debate literario y académico que duró varios siglos en la Europa medieval hasta la Revolución Francesa. El debate se basa, principalmente, en la defensa de la capacidad intelectual, el derecho de las mujeres al acceso a la universidad y a la política frente a la misoginia dominante.
Sojourner Truth. EEUU, 1791
¿Acaso no soy yo una mujer? es el nombre del discurso más famoso de Sojourner Truth, pronunciado en 1851 en la Convención de los Derechos de la Mujer de Ohio y considerado el punto de partida del feminismo de las mujeres negras en Estados Unidos. Truth nació esclava a finales del siglo XVIII en Nueva York. Siendo una niña de apenas nueve años fue vendida junto a un rebaño de ovejas por 100 dólares. Y esta no fue la única vez que la vendieron.
“Ese hombre de ahí dice que las mujeres necesitan ayuda para subir a las carrozas y para sortear las zanjas y para obtener mejores sitios en todas partes. Nunca nadie me ha ayudado a subir a las carrozas o a saltar un charco de barro o me ha ofrecido el mejor sitio. ¿Acaso no soy una mujer?”.
Casada y con tres hijos, cuando rozaba la treintena decidió escapar y, en su huida, solo pudo llevarse a su hija pequeña, que todavía era un bebé. Para lograr la custodia de otro de sus hijos, que había sido vendido de manera ilegal, acudió a los tribunales y ganó. Fue la primera mujer negra en ganar un juicio a un hombre blanco.
Truth se convirtió en una gran oradora. Participó en cientos de actos a favor de la igualdad y de los derechos civiles, muchas veces entre gritos e insultos. Años después, en 1864, llegó a reunirse con Abraham Lincoln. A su entierro acudieron casi 2.000 personas.
Clara Zetkin. Alemania, 1857
Que el 8 de marzo celebremos el Día Internacional de la Mujer fue iniciativa suya. En el año 1910, la Internacional Socialista de Mujeres decidió a propuesta suya reservar esa fecha para la mujer trabajadora. Zetkin es uno de los nombres esenciales para entender el feminismo desde un punto de vista puramente político. Zetkin fue profesora, activista y política, y es considerada la primera líder que combina las ideas feministas y socialistas.
Nada más terminar sus estudios decidió dedicar su vida a la política y al movimiento obrero. La alemana defendía que, si el movimiento socialista conseguía derrumbar el sistema capitalista, se lograría la igualdad. Durante varias décadas, Zetkin fue editora de un periódico llamado Igualdad.
En uno de sus discursos sobre la liberación de la mujer, Zetkin argumenta que dicha liberación pasa por su desarrollo económico. Para que la mujer sea un ser humano libre, prosigue, se necesita una revolución en su rol dentro de la vida económica.
Cuando Hitler llegó al poder, Clara Zetkin se exilió a Rusia. Murió en Moscú con 75 años.
María Telo. España, 1915
Es la abogada española de la igualdad por excelencia. María Telo impulsó durante el régimen franquista una reforma del Código Civil que acabó con la obediencia de las esposas y la licencia marital, que hacía que el marido asumiera el mando y la jefatura familiar tras un matrimonio. Esto sucedió hace no tanto, exactamente en 1975.
Telo nació en Cáceres y murió en Madrid, con 98 años. Con muchos obstáculos y reticencias, a los 16 años empezó la carrera de Derecho en Salamanca y esto es lo que cuenta en su libro Mi lucha por la igualdad jurídica de la mujer:
“Después del ingreso en la universidad, mi vida ya no fue la misma. Al conocer tan directamente la situación jurídica de la mujer dentro del Código Civil, me sentí tan humillada, tan injustamente tratada, tan vilipendiada, tan nada, que ninguna explicación ni histórica, ni jurídica, ni religiosa, ni humana podían convencerme de que yo exageraba”.
En 1944 aprobó la oposición para el Cuerpo Técnico de Administración Civil del Ministerio de Agricultura y, unos años después, abrió un bufete especializado en derecho de familia. En el 71 creó la Asociación Española de Mujeres Juristas, cuyo objetivo era el estudio del Derecho que afectaba directamente a la mujer y a la familia. Dentro de la asociación también se trató la promoción de la mujer en el mundo del Derecho.
Nawal al Saadawi. Egipto, 1931
Escribir por encima de todo. Ni un exilio ni un encarcelamiento pudieron terminar con una de las voces más relevantes del feminismo de los últimos años. Nawal al Saadawi nació en Egipto en 1931 en el seno de una familia acomodada y ya en el colegio empezó a escribir sus primeros textos feministas, en los que denunciaba la clara discriminación existente entre alumnos y alumnas. Escribió desde los 13 hasta el día de su muerte.
En los años 50 se graduó en Medicina y fue médica rural. En esa etapa pudo ser testigo del gran sufrimiento que vivían las niñas que, como ella, habían sufrido la mutilación genital femenina. En el año 1972 publicó su primer libro, Mujeres y sexo, en el que denunciaba precisamente dicha práctica. La obra fue censurada en Egipto y provocó su despido como directora general de Salud Pública del Gobierno egipcio.
A principio de los 80 fue encarcelada por criticar al Gobierno de su país y al sistema capitalista, y en los 90 tuvo que exiliarse. Nawal al Saadawi murió el año pasado.
Wangari Maathai. Kenia, 1940
Fue la primera mujer africana en recibir el Nobel de la Paz y esto sucedió en el año 2004. Maathai consiguió este galardón por su contribución a la democracia y a la paz con sus planes de desarrollo sostenible y por su lucha por la integración de la mujer en la sociedad. Cuando murió, en el año 2011, era ministra de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Gobierno de Kenia.
Estas fueron sus primeras palabras tras recibir el Nobel: “Como primera mujer africana que recibe este premio, lo acepto en nombre del pueblo de Kenia y de África y, de hecho, del mundo. Tengo especialmente en cuenta a las mujeres y a las niñas. Espero que les anime a alzar la voz y a ocupar un mayor espacio de liderazgo”.
Conocida como la mujer árbol, Maathai y su Movimiento Cinturón Verde simbolizan el denominado ecofeminismo africano, cuyo objetivo era combatir los efectos del cambio climático y la desertificación y garantizar la economía de países en vías de desarrollo y el trabajo para la mujer. Cuando murió, a través de esta acción se habían plantado más de 47 millones de árboles por miles de mujeres que formaron parte del proyecto.
Maathai fue la primera mujer africana en obtener un doctorado y, desde la asociación de Mujeres Universitarias, luchó por acabar con la brecha salarial y por promover la igualdad entre mujeres y hombres en el mundo de la docencia.
Marcela Lagarde. México, 1948
Es una de las grandes referentes del feminismo en América Latina y ha sido la precursora de la ley contra la violencia machista de su país. Antropóloga, política e investigadora, Lagarde acuñó el término 'feminicidio', el asesinato de las mujeres por el solo hecho de ser mujeres en sociedades patriarcales.
Entre 2003 y 2006 fue diputada independiente en el Congreso mexicano y, durante aquella legislatura, puso en marcha la Ley General de Acceso para las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. El delito de feminicidio se tipificó a raíz de los asesinatos de Ciudad Juárez.
Esto dijo en una entrevista en El País en el año 2016: “Este caso se volvió muy mediático y hubo una enorme solidaridad que nos permitió llevarlo al Parlamento. Por primera vez en la historia de nuestro país conseguí un presupuesto especial para investigar y descubrí lo que suponía como hipótesis: que esa violencia no solo sucedía en aquella ciudad; solo en el Estado de Chihuahua descubrimos al menos 10 focos rojos más importantes que Juárez. Lo excepcional de Juárez fueron las denuncias de que pasaba y la exigencia de justicia”.
Rebeca Lane. Guatemala, 1984
Poeta, cantante y referente feminista en Latinoamérica. Estudió Sociología en la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos de Guatemala y parte de su trabajo académico ha consistido en profundizar en el concepto de la liberación femenina –como Pizan en el siglo XV–. Es una de las voces más activas del otro lado del charco por su defensa del feminismo, del colectivo LGTBI y de la Memoria Histórica.
Como cantante de rap, destacan sus letras combativas que denuncian, entre otras cosas, la violencia machista y, concretamente, los feminicidios. En su país, según cifras oficiales, cada 18 horas se registra un feminicidio. Lane es fundadora de 'Somos Guerreras', una iniciativa que busca visibilizar el trabajo de las mujeres de Centroamérica en el mundo del hip hop creando espacios de formación y de producción de eventos.
'Nos queremos vivas' es el nombre de una de sus últimas canciones: “Nos queremos vivas. Otro feminicidio en las noticias. Nos queremos vivas. No daremos paz hasta que haya justicia. Donde otras sembraron semillas hoy me han nacido flores. Tengo un jardín en el pecho donde cultivo todos mis amores”.
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