José Abelairas fue cesado en marzo como jefe de la sección de Oftalmología Infantil del Hospital de La Paz, tras pasar 17 meses emitiendo quejas por registro al Ministerio y a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid en las que denunciaba la escasez de recursos de la unidad que dirigía y en la que se que atiende a niños de toda España. Este profesional llegó a asegurar que trabajaban en condiciones “tercermundistas”.
Un mes después de que sus reivindicaciones fuesen publicadas por eldiario.es, dos profesionales del área de evaluación sanitaria regional acudieron a este servicio pediátrico para evaluar las condiciones que denunciaba Abelairas. “El hospital solicitó a la Consejería realizar dicha auditoría para comprobar el funcionamiento de la sección de oftalmología infantil”, ha recordado a esta redacción una portavoz de la Comunidad de Madrid.
A pesar de que en esta auditoría, a la que ha tenido acceso eldiario.es, concluyen que “la unidad dispone de una estructura y recursos físicos suficientes para la atención de los pacientes”, reconocen que el servicio está saturado de menores, que el traslado de los bebés prematuros al quirófano genera “algún riesgo adicional” y que no existe un equipo de enfermeros con dedicación exclusiva a las operaciones de estas patologías.
Según apuntaron en abril desde el departamento de comunicación de La Paz, Abelairas fue cesado como jefe de la unidad por “las importantes deficiencias en cuestiones de gestión y organización de la sección”. Aunque los auditores no señalan en sus conclusiones directamente al que fue jefe de esta sección durante doce años, sí que hacen referencia a problemas de coordinación: “La atención a pacientes en consultas externas carece de organización y circuitos definidos, se desarrolla con masificación de pacientes y profesionales y se percibe desordenada”.
Reconocen que el espacio es “mejorable”
El Ministerio de Sanidad acreditó a cinco especialidades de la unidad de oftalmología infantil como centros de referencia nacional (CSUR). Debido a esta certificación, atienden a niños procedentes de toda España con patologías graves y muy específicas que no cuentan con asistencia en la mayor parte de las comunidades autónomas.
Una de las reivindicaciones principales de este profesional, y que coincide con las de algunos familiares de pacientes consultados por esta redacción, era la falta de intimidad al comunicar los diagnósticos. “No tenemos una sala acondicionada para explicarle a unos padres que le tenemos que quitar el ojo a su hijo porque tiene un tumor o que se puede morir por una metástasis”, aseguraba Abelairas a eldiario.es.
Los auditores consideran que la consulta es “el lugar más indicado” para dar noticias adversas. Aunque reconocen que el espacio “es mejorable” y que su estrechez “no facilita el trabajo cotidiano”. Insisten en subrayar que “el desorden es manifiesto en toda la zona” y que “la escasez de espacio es similar a lo que ocurre con las consultas de otras especialidades del hospital infantil”.
Este último argumento se repite a lo largo de toda la evaluación, fechada en junio, y emitida por la Dirección General de Inspección y Ordenación. En este informe los auditores comparan las condiciones de oftalmología pediátrica con las del departamento de adultos (que no cuenta con especialidades reconocidas por el Ministerio como centros de referencia), y otras especialidades del hospital infantil, para destacar que no es un caso excepcional.
Por ejemplo, sobre la sala de espera reconocen que “el perfil y abundancia de pacientes (bebés, familiares, carritos, etc.) produce una alta ocupación del espacio con aglomeraciones frecuentes”. Además, añaden que las consultas externas de oftalmología general “tienen una aglomeración y volumen considerablemente mayor que las del infantil”.
A preguntas de esta redacción, una portavoz de la Consejería ha asegurado que van a seguir las recomendaciones recogidas en esta evaluación. “El hospital ha elaborado un plan que contempla el traslado temporal de la actividad de consultas del oftalmología infantil al Hospital Carlos III para mejorar los espacios que se verán afectados por las obras de remodelación de las urgencias infantiles”, ha informado. Por su parte, el departamento de Dolors Montserrat no ha querido opinar sobre esta evaluación.
Otra de las quejas que más preocupaba a Abelairas era la falta de quirófanos adaptados para bebés prematuros. “A los recién nacidos les tenemos que trasladar en incubadoras del Hospital Infantil al General por los pasillos y ascensores por los que circula todo el mundo. Si durante el recorrido surge alguna complicación con el bebé puede suponer un problema”, explicó el doctor a esta redacción.
Este trayecto “fue constatado por los evaluadores; no obstante –añaden– se comprobó que la frecuencia de esta situación se produce una vez al mes como máximo”. Asimismo reconocen que este procedimiento “genera incomodidades y algún riesgo adicional” y recomiendan a la dirección del hospital que busquen una alternativa para reducir los problemas. Sin embargo, descartan aconsejar que se instale ese material en el quirófano infantil, al considerar que el equipamiento es “caro y muy específico”.
En esta evaluación, también confirman que no existe un equipo exclusivo de apoyo para operar a los niños y jóvenes con patologías oftalmológicas. “Sería aconsejable que se estudien posibles soluciones para minimizar en lo posible la rotación del personal y se planifique la formación necesaria para garantizar la disponibilidad de profesionales cualificados y expertos”, indican en el informe.
Abelairas se mostró muy contundente al afirmar en una entrevista con este medio que “el Hospital de La Paz no cumple los criterios necesarios para atender a los CSUR”. Aunque los evaluadores consideran “comprensible y legítimo” que centre en estos centros sus demandas, añaden que los recursos con los que cuentan son suficientes, así como que la actividad se ha mantenido “relativamente estable en el tiempo, y la escasa incidencia de algunos procesos no justificaría duplicidades de dotación en los quirófanos o en las consultas que resultarían ineficientes”.
Se debería “impulsar la dinámica grupal”
Otro de los puntos en los que el antiguo jefe de sección no ha encontrado apoyo de los evaluadores se centra en la necesidad de que los seis profesionales de la consulta se dedicasen exclusivamente a la Oftalmología Pediátrica. En el documento emitido en junio aseguran que haya tres con dedicación parcial “se considera ajustado actualmente a la demanda y actividades realizadas”. Además, sobre la coordinación de todos lo profesionales aseguran que se debería “impulsar la dinámica grupal y el trabajo en equipo”.
Por último, el departamento de comunicación del hospital negó en abril las críticas de Abelairas y aseguró que habían realizado un “importante esfuerzo” llegando a invertir más de 300.000 euros. En el informe, los auditores reducen la cantidad destinada entre 2013 y 2015 a la sección de oftalmología pediátrica a 91.232 euros.