La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los brotes actuales de la viruela del mono suponen “un riesgo” y ha subrayado que los casos “confirmados y sospechosos” deberían permanecer en aislamiento hasta recuperarse –o descartarse la infección–.
La OMS ha recordado que “cuanto más tiempo circule el virus, mayor será su alcance y más fuertemente se establecerá en los países donde no era una enfermedad endémica”. De momento, la viruela del mono se ha detectado en 25 países europeos, “el epicentro del brote” con unos 1.500 casos, el 85% del total mundial.
El pasado 30 de mayor, la misma institución avisaba de que el riesgo para la salud pública a nivel mundial de la viruela del mono era “moderado”, teniendo en cuenta que “es la primera vez que se notifican casos y grupos de viruela del mono simultáneamente en zonas geográficas muy dispares, y sin vínculos epidemiológicos conocidos con países no endémicos de África Occidental o Central”. Los números, analizaron, hacían controlable el brote.
Este martes, la organización decía que tiene previsto celebrar un comité de emergencia para decidir si este brote en países no endémicos constituye una emergencia de preocupación internacional. Entre los pasos que la OMS entiende fundamentales para controlar la expansión de la enfermedad, subraya “llevar a cabo una vigilancia reforzada, el rastreo de contactos y la prevención de la infección”.
Con todo, la organización ha enfatizado que “los sanitarios deben saber qué buscar y la población también además de saber qué hace y qué no hacer si sospechan que se han infectado”.