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Las ONG celebran el plan de verano frente a la pobreza infantil pero lo ven insuficiente

EFE

Madrid —

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Las ONG celebran el plan de choque aprobado hoy por el Gobierno para que los niños en situación de vulnerabilidad tengan garantizado durante el verano la alimentación y el ocio, pero han coincidido en que es insuficiente y han pedido políticas globales para acabar con la pobreza estructural.

Así, la directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Unicef Comité Español, Maite Pacheco, ha valorado, en declaraciones a Efe, “cualquier esfuerzo” para que estos niños tengan las mismas oportunidades que los que no viven en riesgo de pobreza, si bien ha matizado que se trata de una medida “claramente insuficiente” y “un poco parche”.

El objetivo, ha dicho, tiene que ser acabar con la pobreza estructural que supera el 32 % en España y que las familias tengan un nivel suficiente para que sus hijos tengan una alimentación adecuada y puedan pasar al menos una semana en un campamento recreativo, por lo que se trata de una medida “puntual” y “cortoplacista”.

Además es “asistencialista”, ya que los niños a los que va dirigido el plan de choque “ya están predestinados” a acudir a unos centros o a unas actividades específicas, por lo que pueden sentirse “marcados”, ha advertido Pacheco.

El director general de Save the Children, Andrés Conde, ha aplaudido el plan del Gobierno con medidas “necesarias” para afrontar la situación de vulnerabilidad que sufren numerosos menores durante el periodo vacacional, pero ha advertido de que la lucha contra la pobreza infantil requiere medidas mucho más profundas de medio y largo plazo.

Considera que, con estas medidas, el Gobierno ha hecho “lo que se puede hacer rápidamente”: atender la necesidad de los menores en situación de pobreza durante el verano. Pero -matiza- son medidas “de emergencia social” y para acabar con la pobreza hacen falta medidas “de mucha mayor profundidad y calado”.

Entre ellas, garantizar la protección a las familias con niños frente a la pérdida de la vivienda, mejorar las prestaciones sociales, impulsar la certificación de familias monoparentales, potenciar la equidad en educación y mejorar la inversión en familia e infancia que es del 1,3 % del PIB, frente al 2,4 % de la media europea.

Ha recordado que en la actualidad hay 1,2 millones de niños en situación de pobreza severa y 2,4 millones se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión de un total de 8,5 millones de niños y niñas que hay en España.

Desde Aldeas Infantiles SOS celebran las medidas destinadas a mejorar la situación de la infancia vulnerable durante este verano, que, además de garantizar derechos básicos como la alimentación de los más pequeños, favorecen la igualdad de oportunidades, lo que es “sumamente necesario” en un momento en que la brecha de la desigualdad aumenta.

No obstante, según Mónica Revilla, portavoz de esta ONG, es preciso que las políticas públicas destinadas a reducir la desigualdad en la infancia “tengan carácter permanente”, puesto que, si bien el verano es un periodo crítico para muchas familias en situación de riesgo, “las medidas temporales son insuficientes para alcanzar resultados a largo plazo”.

“Son medidas necesarias en un país que tiene la elevada cifra de niños en riesgo de pobreza”, ha insistido Revilla.

La portavoz de Educo, Macarena Céspedes, cree que este gesto demuestra la voluntad del Gobierno de poner el foco en las necesidades de la infancia, pero cree necesario abordar otras políticas públicas que afectan a este colectivo como la precariedad laboral, el derecho a la vivienda o los desahucios.

Ha recordado que casi 600.000 niños pasarán este verano solos en sus casas porque sus padres trabajan pero no tienen dinero para irse de vacaciones o apuntar a sus hijos a un campamento de verano, los llamados “niños de la llave”.

Además, ha recordado que durante el curso escolar los niños pasan buena parte del día en el colegio, un entorno en el que están cuidados y protegidos y donde tienen garantizada la comida.

“En el momento en que empiezan las vacaciones de veranos hay casi 90 días en los que muchos niños se ven abocados a estar en sus casas y pasar muchas horas solos”, algo especialmente grave en el caso de las familias monoparentales.