“No hay un gran misterio: las pandemias están completamente provocadas por las actividades humanas”. Y esas actividades son las mismas que causan la crisis climática y la extinción masiva de especies: la “explotación insostenible” del planeta, según ha revelado este jueves un análisis del Panel Intergubernamental de la ONU sobre biodiversidad, el IPBES.
Entre las agresiones que conlleva esa explotación ambiental, el IPBES señala el cambio en el uso de los suelos, la expansión de la agricultura intensiva o el comercio con vida salvaje. Pero ¿por qué “el crecimiento exponencial del consumo y el comercio” ha llevado a la aparición de enfermedades infecciosas? “Porque interrumpe las interacciones naturales entre la vida salvaje y los microbios, incrementa el contacto entre esos animales silvestres, el ganado, los humanos y los patógenos lo que ha llevado a casi todas las pandemias”, responde el informe.
De hecho, los investigadores recuerdan que el 70% de estas nuevas enfermedades, y prácticamente el 100% de las que se han expandido planetariamente (desde la gripe al Sida y la COVID-19), son causadas por virus cuyo origen está en los animales y han saltado a los humanos por el contacto entre la vida salvaje, el ganado y las personas.
Al mismo tiempo, todas esas actividades que ha permitido la irrupción de patógenos son responsables además de, al menos, el 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global, según el Panel Internacional de Expertos en Cambio Climático (IPCCC). Para completar el panorama, también han conllevado que hasta un millón de especies estén al borde de la extinción. Una tasa que supera varias veces la media de los últimos 10 millones de años, como alertó el mismo IPBES en mayo del año pasado.
“Reevaluar la relación entre humanos y naturaleza”
Que la destrucción de ecosistemas propicia que los virus de los animales alcancen a los humanos y, en última instancia, se conviertan en pandemias mundiales es un hecho conocido. Lo que pone de manifiesto esta revisión es que la evidencia surgida del conocimiento científico conmina a “reevaluar la relación entre los humanos y la naturaleza y reducir los cambios medioambientales globales causados por un consumo insostenible que llevan al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la emergencia pandémica”, concluyen los expertos.
“Las mismas actividades humanas que provocan el cambio climático y la pérdida de biodiversidad también son responsables del riesgo de pandemias”, remacha el zoólogo y ecólogo de enfermedades, Peter Daszak, director del grupo de expertos. “Los impactos en el medio ambiente son el camino a las pandemias”.
Porque el cálculo es que hasta 1,7 millones de virus permanecen contenidos en la fauna salvaje. Entre 500.000 y 800.000 tienen potencial para infectar a humanos, recuerdan los científicos. Están, especialmente, en mamíferos como murciélagos, primates o roedores, pero también aves y animales domésticos.
Clima, biodiversidad y patologías se interconectan
La destrucción de hábitats y el cambio en el uso de los suelos, como la transformación de bosques tropicales en plantaciones de monocultivo como la palma o la soja, interconecta los efectos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la irrupción de nuevas enfermedades.
El ciclo que pormenorizan los expertos del IPBES incluye la deforestación y ocupación de ecosistemas para abrir campos de cultivo y ganaderos -uno de los grandes emisores de gases de efecto invernadero-, pero también para desarrollos urbanísticos. Este proceso expulsa o extingue multitud de especies silvestres y abren hueco para el asentamiento de humanos y sus animales: “La senda para las pandemias”, lo llama este grupo de expertos.
Además, el cambio climático está favoreciendo el traslado de patógenos porque crea condiciones ambientales favorables para que vectores como, por ejemplo, los mosquitos invasores medren y sirvan para contagiar patologías como el dengue, la malaria o la fiebre del Nilo occidental. En España, el mosquito tigre, transmisor de graves enfermedades como el dengue ha doblado su presencia en cinco años. Y no se queda ahí la sinergia climática-pandémica. El cambio del clima está provocando movimientos masivos de personas. La transformación de ecosistemas ha liberado patógenos hasta ahora contenidos. Las especies animales que mejor se adaptan a nuevos entornos degradados y dominados por la acción humana pueden albergar nuevos virus.
Prevenir la causas: 100 veces más barato
El análisis insiste en que, hasta ahora, se han gestionado las pandemias de manera más reactiva o paliativa que preventiva: confinamientos, tratamientos médicos e incluso un gran esfuerzo humano y económico para hallar vacunas. Sin embargo, este estudio subraya que atacar las enfermedades en su origen, eliminar las condiciones que permiten su aparición sería una fórmula más efectiva y barata. “Todavía confiamos en los intentos para controlar las enfermedades después de que hayan aparecido, pero podemos escapar de la era de las pandemias con mucho más esfuerzo enfocado en la prevención”, asegura Daszak.
El riesgo de pandemias puede reducirse significativamente si disminuyen estas actividades, explica el informe. Entre las líneas de actuación, los expertos piden “promover un consumo responsable para que se reduzca el consumo insostenible de recursos en zonas calientes donde aparecen las nuevas enfermedades. También la reducción en el consumo excesivo de carne y productos ganaderos” que están al final de una reacción en cadena que se inicia al destruir ecosistemas para dar cabida a la producción intensiva.
Aunque el informe apunta a la necesidad de unos cambios que califica como “sísmicos”, también indica que el coste para prevenir la aparición de pandemias como la COVID-19 será “cien veces menos que el que provoca la misma pandemia por lo que existen incentivos económicos muy fuertes para acometer estos cambios”.