Los osos polares están al límite: pierden hasta un kilo al día durante el deshielo
Los osos polares en todo el Ártico corren el riesgo de morir de hambre a medida que continúa creciendo el período sin hielo. Durante décadas, estos animales han sido un símbolo discutido de la crisis climática, porque algunas poblaciones permanecen estables y parecen adaptarse a la retirada de hielo en su hábitat. Pero un nuevo trabajo liderado por el biólogo Anthony Pagano, de la Universidad del Estado de Washington (WSU), muestra que este aumento del tiempo que pasan en tierra firme —cuando las focas están fuera de su alcance— está poniendo su resistencia al límite y corren serio peligro.
“Dado el hecho de que los osos polares tienen que pasar cada vez más tiempo en tierra debido al cambio climático, queríamos medir su comportamiento y su dieta, además del gasto de energía y los cambios en su masa corporal, para evaluar cuánta comida en tierra podrían obtener y si les beneficiaba o no”, explica Pagano a elDiario.es. “Nuestros resultados destacan el hecho de que la comida en tierra para la mayoría de las poblaciones no va a ser suficiente”.
En el estudio, que se publica este martes en la revista Nature Communications, Pagano y su equipo detallan el seguimiento de 20 osos polares en el oeste de la Bahía de Hudson, en Canadá. En esta región, el período sin hielo aumentó en tres semanas entre 1979 y 2015, lo que mantuvo a los osos en tierra durante aproximadamente 130 días de media en la última década.
Los autores han usado rastreadores GPS para seguir a los animales durante el período libre de hielo marino en el Ártico (agosto a septiembre) entre 2019 y 2022, y no solo han seguido sus movimientos y calculado su gasto energético diario, sino que pesaron a los osos antes y después del período de observación. Lo que han visto es que casi todos perdieron peso rápidamente, independientemente de si salían a buscar comida o se quedaban descansando: en promedio, los animales perdieron alrededor de 1 kilogramo por día.
Dos estrategias
Algunos autores habían especulado anteriormente con que los osos polares podrían adaptarse a las temporadas más largas sin hielo debido al calentamiento climático actuando como sus parientes los osos pardos y descansando o comiendo alimentos terrestres. Los osos polares de este estudio probaron versiones de ambas estrategias, incluido el ayuno, la reducción de sus movimientos y el consumo de bayas y pájaros. Y siempre con poco éxito.
Ninguna de las estrategias permitirá que los osos polares existan en la tierra más allá de un cierto período de tiempo. Incluso los que buscaban comida perdieron peso corporal al mismo ritmo que los que se tumbaron
“Ninguna de las estrategias permitirá que los osos polares existan en la tierra más allá de un cierto período de tiempo”, asegura Charles Robbins, coautor del estudio. “Incluso los osos que buscaban comida perdieron peso corporal al mismo ritmo que los que se tumbaron”.
Los investigadores documentaron una gran variedad en el gasto de energía de los osos polares: desde un adulto que descansaba el 98% del tiempo hasta el más activo que recorrió 330 kilómetros. Tres osos polares nadaron largas distancias: uno nadó 175 kilómetros a través de la bahía. Dos de ellos encontraron cadáveres en el agua, una beluga y una foca, pero no pudieron alimentarse de sus hallazgos mientras nadaban ni traerlos de regreso a tierra. Sólo uno de los 20 osos ganó peso después de tropezar con un mamífero marino muerto en tierra.
“Lo que vimos es que hay una gran variedad en el comportamiento de los osos”, añade Pagano. “Muchos estaban descansando y haciendo dieta. Otros eran bastante activos y se alimentaban de restos de caribús, bayas y algas… Pero, independientemente de la estrategia que siguieran, perdían masa corporal a un ritmo parecido. Esto subraya que esa comida en tierra no era suficiente y no había ganancia por acceder a esos recursos”.
El futuro de la especie
¿Qué nos dicen estos resultados sobre el futuro de la especie? La gran preocupación cuando miramos la evolución del cambio climático, señala Pagano, es que el tiempo que pasan en tierra firme no deja de crecer. “Nuestros modelos indican que este tiempo se incrementará en torno a diez días por década”, explica. “Así que con los osos perdiendo un kilo por día, si ya están perdiendo unos 130 kilos por temporada, podríamos hablar de pérdidas de 140, 150 kilos y más”. Y son los ejemplares más jóvenes y las crías los que están mayor riesgo de morir de hambre, porque los adultos pueden acumular mucha grasa mientras están en el hielo y pueden sobrevivir por un periodo muy largo de tiempo.
El tiempo en tierra aumenta en todo el Ártico, será un problema de cuánta grasa pueden acumular y cuánto tiempo permanecen en ella
“La población en esta zona estará especialmente en riesgo”, resume el autor principal. “Como cada vez vemos que el tiempo en tierra aumenta en todo el Ártico, será un problema cuánta grasa puedan acumular los osos antes de llegar a tierra y cuánto tiempo permanecen en ella”. Este trabajo lo que indica es que la comida en tierra para la mayoría de las poblaciones no va a ser suficiente. Dicho esto, advierte Pagano, el Ártico es muy extenso y los osos polares están distribuidos en 19 subpoblaciones y están respondiendo la cambio climático de diferentes maneras. Y, al aumentar la temperatura, en algunas regiones quizá remonte la disponibilidad de otro tipo de alimento.
Juan Ignacio Pérez Iglesias, catedrático de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) y experto en fisiología animal, considera que es interesante la gran variación que han observado los autores entre los osos que buscan comida y los que descansan. “Curiosamente, de una u otra forma, salvo que tengan suerte, no les va bien”, señala. “Por eso, porque siempre van a perder peso en tierra, el calentamiento del Ártico les perjudicará”. Sin embargo, no cree que el riesgo mayor sea morirse de hambre, al menos no al principio. “El riesgo está en dejar de reproducirse”, apunta. “Cuando el balance energético se hace negativo (a veces solo con que ese balance empeore), las hembras, sobre todo las de especies de gran tamaño, dejan de ovular. Esa es la clave”.
Andrés Ordiz, investigador de la Universidad de León y miembro del “grupo de expertos en osos” de la UICN, cree que 19 de los 20 osos haya perdido peso es un resultado claro. “Lo más grave que puede suceder al perder peso es que afecte a las tasas de supervivencia y reproducción de los osos”, señala. “Que pierdan un kilo al día, por así decirlo, en unos días puede no parecer grave, pero el problema es que el periodo en tierra, al perderse el hielo, cada vez es más largo y por tanto el problema irá en aumento”.
Los recursos que encuentran en tierra no consiguen cubrir sus necesidades; las reservas de grasa de una foca no son lo mismo que comer arándanos
“Aunque no se menciona en el trabajo”, advierte Alejandra Zarzo, ecóloga del MCNC-CSIC experta en carnívoros terrestres, “hay que tener en cuenta los conflictos con las poblaciones humanas que generará la escasez de alimento en esos meses”. Es especialista coincide en que el problema más grave que afecta los osos polares también será la reproducción, porque si las hembras no tienen suficientes recursos la natalidad va a caer en picado. “Lo importante es que los recursos que encuentran en tierra no consiguen cubrir sus necesidades; las reservas de grasa de una foca no son lo mismo que comer arándanos”, sentencia.
¿Volverán a ser un buen símbolo del cambio climático ahora que sabemos estos nuevos datos? A juicio de Zarzo, sí, porque aunque los datos recopilados son de un grupo pequeño de individuos, la tendencia es clara. “Lo que sabemos es que estas poblaciones de osos polares ya han caído un 30% y lo que esperamos es que sigan cayendo en el futuro”, concluye Pagano. “Ningún modelo dice que se extinguirán por completo, pero muchos dicen que se verán muy mermados para finales de este siglo”.
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