“No diré una sola palabra. La carta habla por sí sola”. Francisco no quiso responder directamente a la andanada que monseñor Viganò lanzó, con el imprescindible apoyo de plataformas mediáticas ultraconservadoras, contra el Papa, acusándole de encubrimiento en el caso 'McCarrick'.
Las acusaciones de Viganò no merecen respuesta. Al menos, de momento. Y eso que fue preguntado en varias ocasiones por los periodistas que lo acompañaron en el vuelo de regreso desde Dublín a Roma. “Léanlo ustedes atentamente y saquen sus conclusiones personales. No voy a decir ni una palabra sobre esto. Creo que el documento habla por sí solo. Ustedes tienen la capacidad periodística suficiente para sacar conclusiones, con su madurez profesional”.
A lo largo de 44 minutos, Francisco respondió a temas relacionados con la crisis migratoria, los abusos sexuales, los bebés robados, el aborto o la homosexualidad, y poco de un viaje que ha estado marcado, indefectiblemente, por la crisis de la pederastia y las acusaciones de Viganò.
“Si hay sospechas, pruebas o medias pruebas, no veo nada de malo en investigar”, declaró el Papa, quien pidió a los medios “evitar juicios mediáticos”, citando expresamente el 'caso Romanones'. Respecto al encubrimiento, fue claro: “Basta de encubrir abusos; quien vea debe hablar inmediatamente”.
Sobre su encuentro con las víctimas, el Papa admitió: “sufrí mucho. Creo que había que escuchar a esas ocho personas. Y de esta reunión salió la propuesta, que hice yo mismo pero que ellas me ayudaron a hacer, de pedir perdón durante la misa, pero por cosas concretas”.
Francisco se mostró particularmente conmovido por las historias de jóvenes no casadas que fueron obligadas masivamente, con la complicidad de instituciones religiosas, a dar en adopción a su hijos. “Nunca había oído hablar de eso”, admitió, refiriéndose a su encuentro con dos personas que fueron adoptadas de forma ilegal. En cuanto al aborto, Bergoglio indicó que “no es un problema religioso, no estamos en contra del aborto por motivos religiosos”.
Finalmente, y sobre el caso de que un padre descubra que su hijo es homosexual, “lo primero que le diría es rezar, después que no condene, que dialogue, que comprenda, que deje espacio al hijo o a la hija. Luego, en qué edad se manifiesta esta inquietud del hijo, es importante. Una cosa es cuando se manifiesta de niño porque hay muchas cosas por hacer con la psiquiatría o para ver cómo son las cosas; y otra cosa es cuando se manifiesta después de los 20 años o algo así...
Nunca diré que el silencio es un remedio. Ignorar al hijo o a la hija homosexual es una falta de paternidad o de maternidad“.