El Parlamento Europeo ha aprobado este miércoles con 463 votos a favor, 107 en contra y 105 abstenciones una resolución en la que muestra “su profunda preocupación” por el “creciente número de ataques” contra la comunidad LGTBI que “pueden observarse en la Unión Europea por parte de Estados, funcionarios estatales, gobiernos a nivel nacional, regional y local y políticos”.
La contundente declaración menciona que la discriminación contra lesbianas, gais, trans y bisexuales ha adoptado “múltiples formas” y pone como ejemplos recientes las declaraciones homófobas durante la campaña del referéndum del pasado mes de octubre para limitar la definición de familia en Rumanía y que finalmente fracasó; “los ataques a centros sociales en varios Estados miembros como Hungría o Eslovenia” o “las declaraciones homófobas y el discurso de odio” dirigidos contra la comunidad LGTBI “como se ha observado recientemente en Estonia, España, Reino Unido, Hungría y Polonia”.
La resolución añade la coletilla de “en particular en contextos electorales” y “condena enérgicamente” la discriminación contra las personas no heterosexuales y transexuales por parte de autoridades públicas y cargos electos “en el contexto de elecciones”, apostilla. El Parlamento Europeo no da nombres ni partidos concretos, pero los ejemplos son lo suficientemente claros como para referirse a Vox en el caso de España o al recién ganador de las elecciones en Reino Unido, Boris Johnson, que llegó a definir a los hombres homosexuales como “chaperos en camiseta de tirantes”.
El Parlamento Europeo concluye que existe actualmente “una involución en el ámbito de la igualdad de género en la Unión Europea y fuera de ella”, algo que apunta y afecta “directamente” a las personas LGTBI y a las mujeres en general. Una involución que “ha sido impulsada por el populismo y el extremismo de extrema derecha”. Por ello, aunque considera que en la mayoría de Estados hay instrumentos para enfrentar la discriminación, señala que su aplicación “sigue siendo insuficiente”.
El acoso en los colegios
La declaración, un amplio documento de más de 30 puntos, también reserva un hueco para tratar la LGTBIfobia en los centros educativos e insta a los Estados miembros a que adopten medidas para evitar “el hostigamiento y el acoso” contra las personas LGTBI “que empieza en la escuela”.
Así, “denuncia firmemente” el hecho de que en algunos países las autoridades publicas estén impidiendo a las escuelas “cumplir con su papel de promoción de los derechos fundamentales y protección de las personas LGTBI”. En este sentido, recuerda que los centros educativos deben ser entornos seguros y destaca la importancia de la educación “en materia de salud y sexualidad”, especialmente para niñas y jóvenes LGTBI, que “se ven especialmente afectadas por las normas de género no equitativas”.
La educación, prosigue el Parlamento Europeo, “debe incluir la enseñanza” de “las relaciones basadas en la igualdad de género, el consentimiento y el respeto mutuo como medio para prevenir y combatir los estereotipos de género, la fobia contra las personas LGTBI y la violencia de género”.
Así de contundentes se muestran los eurodiputados en un contexto en el que en varios países, entre ellos España, hay partidos que están intentando menoscabar los contenidos LGTBI en las aulas. En nuestro país, Vox y varios grupos ultracatólicos, entre ellos HazteOír, pelean por introducir el llamado 'pin parental', una solicitud de autorización que permite a los padres vetar las actividades que cuestionan sus convicciones morales, ideológicas o religiosas.
Estos actores utilizan el mantra de “la libertad de los padres para elegir la educación de los hijos” para, en la práctica, posicionarse contra lo que llaman “ideología de género”. La dirigente del partido de extrema derecha, Rocío Monasterio, llegó a comparar los talleres LGTBI que se imparten en los colegios e institutos con “la zoofilia” o “la parafilia”.
En la misma resolución, el Parlamento Europeo concreta su condena en el caso de Polonia y pide que se revoquen las llamadas “zonas libres de ideología LGTBI” que desde enero de este año han establecido decenas de ayuntamientos, condados y regiones del sureste de Polonia. Un instrumento que, aunque no consista en la creación de una frontera física, “representa una medida extremadamente discriminatoria”. Estas resoluciones “forman parte de un contexto más amplio de ataques contra la comunidad LGTBI en Polonia”, analiza el texto.