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Vice, el medio 'contracultura' manchado por más de 20 denuncias de abuso sexual

El acoso sexual parece no tener límites. Tampoco en Vice Magazine, una publicación alternativa muy extendida entre el público 'millennial' estadounidense y manchada hoy por sus actividades machistas. Así lo ha destapado un reportaje publicado este sábado por The New York Times donde se agrupan los relatos de varias mujeres que han trabajado para el medio. Y no es la primera vez que sucede.

Está la mujer que tuvo que defenderse con un paraguas para evitar ser besada por un compañero. Está la que fue despedida por rechazar relaciones sexuales con un ejecutivo. Una tuvo que aguantar que un compañero le tomara la mano y se la llevara a su entrepierna. Estos son son solo tres de las 24 denuncias recogidas en la investigación llevada a cabo por TNYT y confirmadas por los testimonios de más de 100 empleados y exempleados de Vice, y la consulta de más de 100 páginas de documentos legales, correos electrónicos, mensajes de texto y otros documentos relacionados con la actividad de la empresa señalada.

Y no sólo eso. Las víctimas y los testigos también han relatado los múltiples y variados comentarios machistas, sexistas y misóginos, normalizados hasta convertirse en parte de la cultura empresarial del medio. La cotidianidad se suma así al trato degradante frecuente contra ellas. Un dato llamativo si se tiene en cuenta que la plantilla de Vice no supera los 35 años --algo que explica sus contenidos 'alternativos, subersivos y desenfadados'--. y que, por ende, la atmósfera de trabajo se supone “más acorde a los tiempos en los que la igualdad debiera ser 'ley' de primer orden”.

Ha sido en un comunicado del periódico donde los fundadores de Vice, Suroosh Alvi y Shane Smith, han admitido a sus empleados la situación sexista y machista dentro de su organización. Algo contra lo que, según aseguran, “están tomando medidas”. “Hemos fallado desde arriba como compañía a la hora de crear un lugar de trabajo seguro e inclusivo, donde todo el mundo, especialmente las mujeres, puedan desarrollarse y sentirse respetadas”. En ese sentido, no han dudado en revelar la existencia de un “grupo o unión de hombres” dentro de la compañía “que ha favorecido este tipo de comportamientos inapropiados”.

Cuantía económica para “silenciar” las denuncias

Con la meta de acallar las denuncias interpuestas por las víctimas de machismo y terminar con el proceso penal, el presidente de la compañía, Andrew Creighton, ha pagado un total de 135.000 dólares a la mujer que relató haber sido despedida por negarse a mantener relaciones sexuales con él. Todo resuelto por medio de la vía extrajudicial.

Según otra investigación realizada por el Times, el pasado enero Vice llegó a otro de esos acuerdos monetarios y paralelos con la justicia: pagó 24.000 dólares a la ex periodista Joanna Fuertes-Knigt, que denunció haber sido víctima de discriminación racial y de género, así como diferentes abusos sexuales e intimidación por parte del viceproductor, Rhy James. Entre sus declaraciones, Fuertes-Knight asegura haber sido preguntada por el color de sus pezones y sobre sus relaciones sexuales con hombres negros. Este hecho desencadenó en el despido de James a finales de noviembre.

“La misoginia y el machismo puede no estar tan presente como lo estaba en la década de 1950. Pero sigue ahí, contaminando la atmósfera laboral”, afirma al NYT Kayla Ruble, una de las periodistas que trabajó para VICE entre 2014 y 2016. “La suma masiva de denuncias no es más que una llamada de atención”. Pero la compañía insiste en la “transformación que ha llevado a cabo las entrañas de la redacción durante los últimos meses”.

En ese sentido, los altos cargos responsables de Vice aseguran “ser conscientes del debate nacional existente en torno al acoso sexual y la necesidad de cambiar la forma y el ambiente de trabajo”. En su declaración, aseguran que todos estos problemas sucedieron bajo su responsabilidad y, en última instancia, decepcionaron a demasiadas personas. “Lamentamos los hechos y expresamos nuestro más sincero arrepentimiento por contribuir a la perpetuación del sexismo dentro de los medios de comunicación y en la sociedad en general ”.