Más de 2.000 personas se han concentrado esta tarde en las Plazas de la Monjas de la capital onubense al grito de “fosfoyesos fuera” y “marisma limpia”, respondiendo a la convocatoria lanzada por la Mesa de la Ría, a la que se han sumado un total de 72 colectivos.
Las banderas amarillas con el lema “no a los fosfoyesos” han vuelto a ondear en este lugar, donde los participantes en la concentración han expresado su rechazo al proyecto presentado por Fertiberia para restaurar las zonas ocupadas por las balsas de fosfoyesos en la marisma de Huelva.
En declaraciones a los periodistas, el portavoz de Mesa de la Ría, Rafael Gavilán, ha indicado que “estamos convencidos de que a finales de marzo 2019 vamos a tener una buena noticia, la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) negativa para el proyecto por parte del Ministerio de Transición Ecológica”.
Una DIA, ha dicho, que conllevará que dicho proyecto “pueda directamente tirarse a la basura y que se le impongan a la empresa los condicionantes necesario para que se lleve a cabo un proyecto que cumpla con la aspiración de la ciudadanía, recuperar la marisma y volverla a su estado original”.
Gavilán ha indicado que “es imposible que el proyecto sea aprobado tanto por el volumen de alegaciones como por los impedimentos técnicos, jurídicos y científicos que se le han puesto”.
“Hoy la ciudadanía exige que el proyecto sea descartado y rechazado, que se haga Justicia y ella pasa porque todo lo que se ha tirado ilegalmente se retire, porque sólo así se restablecerá la legalidad vulnerada”, ha declarado.
Durante el acto, el abogado Fernando Vergel en lugar del artista Kiko Veneno, que finalmente no ha podido asistir, ha leído el manifiesto que sirvió para la manifestación de 2014 y la 'Garbanzada' de 2015, y que ha sido suscrito hasta la fecha por un centenar de colectivos y 30.000 ciudadanos.
En dicho manifiesto propone la descontaminación íntegra de los suelos afectados por fosfoyesos y otras sustancias contaminantes y radiactivas, la descontaminación de los suelos abandonados tras el cierre de industrias, así como el cumplimiento del Plan General de 1999 que recogió los acuerdos para la recuperación de Francisco Montenegro de 1991.