El denominado control de poblaciones de animales está sirviendo para que la caza comercial continúe su negocio en el Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres). Bajo el paragüas del oficialmente llamado Plan de Acción Selectiva, se siguen organizando monterías en las fincas que componen ese espacio con máxima protección medioambiental. El plan que admite la caza se justifica por una “superpoblación” de venados y jabalíes, justo las dos piezas cinegéticas estrella de las monterías.
Esta disposición se une a la polémica generada por la nueva ley de parques nacionales, que el 12 de noviembre el PP aprobó sólo con sus votos y que incluye una cuestionada disposición: una prórroga para que los dueños de los cotos que están dentro de esas joyas ecológicas puedan seguir cazando allí hasta 2020. En realidad la enmienda presentada por el Partido Popular disponía una extensión sine die o compensaciones económicas, pero al final se rebajaron las ventajas para los terratenientes.
En el caso de Monfragüe el filón económico es más modesto, y no está relacionado con los derechos de caza sino con permisos amparados en el exceso de animales en la zona. El plan para 2014 firmado en septiembre por el director técnico del parque, Ángel Rodríguez Martín, establece que “en las fincas privadas, en general, es necesaria una reducción anual importante que sólo puede llevarse a cabo con acciones cinegéticas de control con el fin de eliminar la mayor cantidad posible de jabalí, eliminación de buena parte de ciervos hembra para equilibrar la proporción y de ciervos macho manifiestamente selectivos con el fin de mejorar la calidad de la especie en general”.
Los cazadores tienen hasta el 31 de diciembre para completar sus jornadas, según el documento al que ha tenido acceso eldiario.es. Así que no se está perdiendo tiempo. El pasado 28 y 29 de noviembre se cazó en Jaraicejo y Las Cansinas. Para el 7 de diciembre se ha organizado una montería en el entorno de Ventaquemada, y el lunes 8 los rifles buscarán venados y jabalíes en Maluéñez de Arriba. En todas estas cacerías los puestos se han comercializado.
La Consejería de Medio Ambiente no ha contestado las preguntas de este diario acerca del control que ejerce sobre la actividad cinegética en Monfragüe. Sin embargo, en diciembre de 2013, emitió un comunicado en el que decía: “Según estipula la legislación vigente, no se realizan monterías sino acciones de control biológico motivadas por los problemas de tuberculosis que está afectando a parte de la cabaña ganadera”. Para este 2014, la jornada del 7 diciembre está anunciada por la empresa organizadora, Caza Planeta, dentro de su calendario de monterías. La del día siguiente está a cargo de la sociedad Monterías de Extremadura y publicitada así: “Gran montería en el Parque Nacional de Monfragüe”.
“Trato de favor a los propietarios”
Pablo Ramos, de Ecologistas Extremadura, cuenta que estas cacerías “son un trato de favor a los propietarios” ya que, para él, “la superpoblación es sólo una excusa”. Y argumenta que la Junta permite que se abatan venados machos –el trofeo apreciado por los cazadores y que ejerce de reclamo para las monterías–. “No se controla que se vendan puestos en estas acciones promovidas desde el Gobierno”. De hecho, algunos de esos puestos asignados a particulares cotizaban a 200 euros en la reventa online horas antes de celebrarse la “gran montería realizada por la Junta de Extremadura en Jaraicejo”.
La ley que convirtió este entorno en parque nacional, “prohíbe la caza con fines comerciales o deportivos estableciendo la posibilidad de que la administración gestora del Parque Nacional, de acuerdo con el PRUG, programe y organice en materia de control de poblaciones o de erradicación de especies exóticas”, reconoce el Plan de Acciones. Y luego especifica que lo recomendable es que estas “acciones de control biológico” sean “realizadas, preferiblemente, en días laborables”. La jornada proyectada por Monterías de Extremadura en Mauluéñez subraya que será “el próximo lunes 8 de diciembre en el puente”.
Allí se han habilitado 35 puestos “a 400 euros” cada uno. Se trata de una finca “con dos terceras partes dentro del parque dedicada exclusivamente para la caza”. Según el análisis del promotor, el terreno “está muy preparado para la montería con multitud de caminos y cortaderos limpios”. Consiguen, dicen, “retener a una gran cantidad de venados”. Calculan que “la probabilidad de cazar un ciervo o un jabalí es del 154,29%”.
En Ventaquemada se cazará en domingo. La montería es de 60 puestos a 350 euros cada uno. Allí, según las normas establecidas por la empresa, los cazadores tienen el cupo máximo de dos venados y la prohibición expresa de “tirar a ciervas, varetos [ciervos de un año] y horquillones [ciervos con sólo dos puntas en su cornamenta]”. El año pasado, en esa batida se mataron 65 ciervos machos, según el ranking de las mejores jornadas de 2013.
La Federación Nacional de Caza, en un análisis sobre caza y espacios protegidos, reseñaba que la actividad cinegética en las fincas privadas de Monfragüe se producía en 3.000 hectáreas, de las 18.300 totales del parque, con la intención, decían, de hacer “batidas selectivas para ciervas, jabalí y algún que otro macho de ciervo manifiestamente defectuoso”. En sus conclusiones pedían cupos anuales para “mantener el equilibrio de las poblaciones y además generar beneficios económicos en estas zonas”, argumentando que los gestores del parque creen “compatible la caza dentro de este espacio”.