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Las polémicas de Isabel García echan por tierra la idea de un Ministerio de Igualdad de bajo perfil para Ana Redondo

La directora del Instituto de las Mujeres, Isabel García, en un acto institucional.

Ana Requena Aguilar

22 de julio de 2024 22:33 h

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Un Ministerio con perfil bajo, alejado de polémicas, centrado en poner en marcha las normas aprobadas en los últimos años y con iniciativas políticas comedidas, dedicadas a asuntos que generen menos controversia. Esa podría ser la descripción del Ministerio de Igualdad del nuevo Gobierno de coalición después de la salida de Irene Montero del departamento. Si bien el ministerio de Montero fue uno de los más prolíficos, fue también el que más ataques, polémicas y cuestionamientos afrontó. El colofón fueron las rebajas de penas aplicadas por algunos tribunales por su interpretación de la ley del 'solo sí es sí'.

[Actualización: El Consejo de Ministros aprueba el cese de Isabel García, directora del Instituto de las Mujeres]

La elección de Ana Redondo al frente de Igualdad confirmaba la intención de sacar al departamento del centro político. Si embargo, un nombramiento echó por tierra ese planteamiento: la elección de Isabel García para dirigir el Instituto de las Mujeres causó malestar y revuelo desde el principio y se ha demostrado la piedra en el zapato de la ministra.

La polémica comenzó cuando, nada más hacer público su nombramiento, activistas y partidos políticos recuperaron algunas de las declaraciones que García había hecho en los últimos años. La directora del Instituto de las Mujeres había hablado de “dictadura queer” o “delirio queer”, parafraseando el lenguaje de la extrema derecha, y había negado la existencia de las mujeres trans. Además del contenido, el tono hostil de sus tuits y las respuestas irrespetuosas a miembros de su propio partido con posiciones diferentes, hacían el resto.

Isabel García pidió entonces disculpas y mostró un apoyo firme a la ley trans. Sumar y Podemos mantuvieron su petición de cese, pero el malestar también se producía dentro del PSOE: un sector socialista no entendía este nombramiento después del esfuerzo por buscar consensos y pacificar al partido alrededor de la ley trans. La elección de García procedía, más bien, de un sector muy beligerante, no solo con la norma sino con la gestión de Irene Montero en general. No obstante, la ministra Ana Redondo dio por válidas las disculpas de su alto cargo y defendió su continuidad como directora del Instituto al tiempo que aseguraba que el respaldo a la ley trans era una línea indiscutible de su ministerio.

Ni comparecencias ni entrevistas

Pero el fuego no se apagó. Por un lado, colectivos trans presentaban un recurso contencioso administrativo en el Tribunal Supremo para pedir la revocación del nombramiento y convocaban una concentración frente al ministerio. Por otro, la participación de la directora del Instituto de las Mujeres en la inauguración del congreso de la asociación de Docentes Feministas por la Coeducación, una organización que calificó la Ley Trans de “locura antidemocrática”, que habla de “supuestas infancias trans” y que se felicitó por el recorte de las leyes LGBTI y trans de Ayuso en la Comunidad de Madrid, avivó las críticas.

Aunque el ministerio ha intentado salvar los muebles y defender la continuidad de Isabel García, la directora del Instituto de las Mujeres apenas ha estado presente en la agenda pública. García no ha comparecido en el Congreso, como sí lo han hecho durante estos meses la secretaria de Estado de Igualdad, Aína Calvo, y la delegada del Gobierno contra la violencia de género, Carmen Martínez Perza, ni ha concedido ninguna entrevista.

Mientras, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha tenido que responder por ella en varias ocasiones, no solo en entrevistas, sino también en interpelaciones en el Congreso. De hecho, ese fue el tema de fondo en su primera intervención parlamentaria en la Comisión de Igualdad. Durante sus comparecencias, la mayoría de los grupos cuestionaron la decisión y pidieron el cese de García. 

“Cuando decidí el nombramiento de Isabel García me guié por su currículum profesional en el ámbito público y privado, por su currículum político y vital. El currículum digital no pesa en mi ánimo. No puede ser un elemento esencial para un nombramiento”, defendía entonces Redondo, que destacaba el propósito de enmienda de García: “Se disculpó. Hizo ese ejercicio de humildad”.

Adjudicaciones a sus empresas

Ahora, la adjudicación de dos contratos a las empresas de las que su pareja y ella eran titulares cuando Isabel García ya era alto cargo del ministerio ha vuelto a poner el foco en la directora del Instituto de las Mujeres en concreto y en el Ministerio de Igualdad en general. Ya no se trata solo del “currículum digital”, sino de la trayectoria de la alto cargo y de su proceder en los últimos meses, cuando ya estaba al frente del organismo. El socio de Gobierno del PSOE, Sumar, ha pedido de nuevo su cese, también Podemos. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, aprovechó el caso para criticar al Gobierno durante la sesión parlamentaria del pasado jueves. Las presiones para que la ministra la cese o ella dimita crecen.

Si bien de momento García se ha defendido, sus explicaciones no son completas. El pasado jueves aseguraba que cuando fue nombrada para el cargo se puso en contacto con la Oficina de Conflicto de Intereses y siguió sus instrucciones para regularizar su participación en las empresas que compartía con su mujer conforme a su nueva responsabilidad política. La Oficina le comunicó que podía mantener hasta el 10% de la propiedad de las empresas que compartía con su mujer, y ella se quedó con el 8%.

La directora del Instituto obviaba que, más allá del porcentaje de la propiedad que tuviera a su nombre, según publicó El Español, una de sus empresas ganó dos concursos en el ayuntamiento de San Fernando de Henares (Madrid) entre marzo y mayo de este mismo año, cuando ella ya estaba en el cargo. En los dos casos se presentaron tres ofertas similares de tres empresas vinculadas a ella. Además, según el Registro Mercantil, no fue hasta marzo de este año cuando se produjo el traspaso de participaciones de las empresas a su pareja.

Ana Redondo pidió “luz y taquígrafos” y tiempo para que Isabel García diera todas las explicaciones necesarias. Este lunes no había noticias de la directora del Instituto de las Mujeres y el equipo de la ministra anunciaba la cancelación de una reunión con el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, “por motivos de agenda”. Al inicio de ese encuentro, Redondo iba precisamente a atender a los medios de comunicación. La reunión ha quedado, de momento, aplazada hasta el miércoles.

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