El encargado de las finanzas del Vaticano, interrogado por acusaciones de pederastia

El cardenal australiano George Pell, encargado de las finanzas del Vaticano, fue interrogado la semana pasada en Roma por policías de su país sobre las acusaciones a las que se enfrenta de abusos sexuales a menores cometidos entre 1976 y 2001.

El cardenal “participó voluntariamente en la entrevista”, tal y como ha comentado una portavoz de la Policía del estado de Victoria, en el sur de Australia, que se limitó a remarcar que las investigaciones continúan, sin aportar más detalles, según la agencia Prensa Asociada Australiana (AAP).

La Policía de Victoria, que ha confirmado la toma de declaración, anunció el pasado mes de agosto que consideraba la posibilidad de presentar cargos contra Pell por abusos sexuales supuestamente cometidos en la ciudad de Ballarat, de donde procede el cardenal, entre los años 1976 y 1980, y en Melbourne, la capital del estado, entre 1996 y 2001.

Dos hombres han acusado a Pell, de 75 años de edad, de abusar de ellos y realizarles tocamientos en la década de 1970, mientras un tercero asegura haber visto al prelado exponerse desnudo ante varios jóvenes.

Niega las acusaciones

Pell ha desmentido en varias ocasiones las acusaciones, lo que volvió a hacer en este interrogatorio. “El cardenal reitera su anterior rechazo a todas y cada una de las acusaciones de abuso sexual y continuará cooperando con la Policía de Victoria hasta que concluyan las investigaciones”, según reza un comunicado de la oficina de Pell en el Vaticano, desde el que se ha confirmado la entrevista con tres agentes policiales de Victoria.

No es la primera vez que el religioso es acusado de abusos sexuales, ya que en 2002, cuando era arzobispo de Sidney, un hombre aseguró haber sido abusado sexualmente por él en 1961, cuando tenía doce años, en la época en la que Pell estaba formándose para ejercer de sacerdote.

Las investigaciones exoneraron a George Pell, quien en febrero pasado dio su testimonio por videoconferencia ante una comisión gubernamental australiana que investiga los abusos sexuales a menores en el seno de organizaciones e instituciones públicas, religiosas y sociales. Entonces Pell reconoció que se encubrieron casos de pederastia en el seno de la Iglesia Católica australiana y admitió que debería haber hecho más ante ellos.

“El cardenal no desea causar ningún tipo de estrés a las víctimas de abusos. Sin embargo, las acusaciones de que él abusó sexualmente de alguien, en algún lugar, y en cualquier momento de su vida son totalmente falsas y completamente incorrectas”, según el comunicado de la oficina de Pell.