Madrid, 8 ago (EFE).- Ser discriminado por ser extranjero es algo que ocurre diariamente en muchos lugares y pasa inadvertido, pero el haber trabajado codo con codo con Barack Obama cuando era presidente de Estados Unidos, le ha servido a Katherine Vargas para dar voz a una situación que ella misma ha sufrido al intentar alquilar una casa en Madrid.
“Nunca pensé que me podría pasar a mí algo así”, explica a Efe Vargas, de origen colombiano, y directora de comunicación de Medios Hispanos con Obama desde mediados de 2013 hasta finales de 2015, que reside ahora en la capital española, donde trabaja para una empresa multinacional.
Después de los meses de confinamiento por la pandemia de coronavirus, Katherine buscó un apartamento más grande donde mudarse con su pareja a través de una conocida plataforma inmobiliaria.
“Me puse en contacto con uno de los anunciantes (una mujer) que me preguntó de dónde eres, dónde trabajas. Le contesté que vivía en Madrid, el nombre de la compañía, ella siguió insistiendo de dónde eres, yo le dije cuánto ganaba al año como para que no hubiera duda que si podía pagar la renta y cuando ella siguió insistiendo sobre mi nacionalidad le contesté, y ahí fue cuando me dijo: 'veo que no nos vamos a entender'”, recuerda Katherine, que ni siquiera tuvo la opción de visitar la casa.
“Luego, en una entrevista que ella hizo con (el periódico español) eldiario.es -, volvió a reiterar muy claramente y con mucho orgullo: 'yo solo quiero alquilar a españoles”, añade.
“PENSÉ QUE ERAN MITOS URBANOS”
Vargas reconoce que “había escuchado anécdotas por ahí”, e incluso consejos de amigas que le recomendaban que mejor fuera una persona española la que llamara. “Pensé que eran mitos urbanos. Que la casera fuera tan clara en que solo quería españoles me pareció inaudito y de otros tiempos antiguos”.
Asegura que no esperaba algo así, porque estaba acostumbrada a la normativa de Estados Unidos, donde tienen medidas legislativas para proteger en contra de la discriminación en la vivienda.
“Sé que su implementación no es perfecta y sigue habiendo incidentes pero por lo menos existe un reconocimiento a nivel de gobierno de que tu raza, nacionalidad u orientación sexual no debería ser un impedimento para tener acceso a una vivienda que puedes pagar - o en mi caso, poder incluso ir a visitar un piso”, dice.
“Si España quiere atraer inversión extranjera, recibir turistas y profesionales extranjeros y Madrid quiere demostrar que es una ciudad cosmopolita, se debería tomar acción en contra de estos prejuicios. Aunque me siento indignada de que esto me haya pasado a mi, esto es solo un ejemplo más”, afirma.
Por eso quiere aprovechar la oportunidad para dar visibilidad “a una realidad que muchos viven en España y que se siente aún más potente en colectivos estigmatizados”.
DE LAS REDES SOCIALES A LOS MEDIOS
Tras escribir a la plataforma inmobiliaria para denunciar lo ocurrido y no recibir respuesta, Katherine acudió a las redes sociales.
“Ese día envíe un tweet, como me siguen varios periodistas por mi trayectoria con medios en Washington y en España tomaron nota y así fue como empezó a reportar sobre el tema. Creo que los medios se dieron cuenta de que si esto me pasa a mí cuantas más historias existen día a día”, explica.
“Yo sí había escuchado por parte de (la ong española) SOS Racismo que no solo esto ocurre a inmigrantes pero también a personas nacidas en España que son racializadas y que se les niega visitar el piso cuando van en persona. Desde que se empezaron a publicar los reportajes varias personas me han contactado para compartir sus historias de discriminación y decirme que aprecian que alguien este hablando sobre este problema”, señala.
Después de que varios medios de comunicación se hicieran eco de su denuncia la plataforma inmobiliaria retiró el anuncio; “pero según dijo la casera en la entrevista ya se lo alquiló a alguien más”, puntualiza Vargas.
“(La plataforma inmobiliaria) me dice que no pueden tomar acción porque no tienen pruebas de que la señora fue racista pero ella en declaraciones a la prensa dijo muy claramente que ella solo alquila a españoles. Les mandé el artículo con la prueba de su xenofobia. Está ahí, escrita en prensa y dicho directamente por ella, y aún así se negaron a tomar acción”, indica.
“Claramente destapé algo que causó una fuerte reacción y muchas personas se sintieron identificadas. Considero que España es un país maravilloso, llena de gente alegre, amable y es por eso que decidí mudarme de Washington aquí. Espero que este episodio desagradable se convierta en un llamado al cambio y que se aprueben leyes que demuestran que España celebra la diversidad y la inclusión”, concluye.
Alida Juliani