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Preguntas y respuestas sobre 'flurona', la coinfección de gripe y COVID-19

Dispositivo para la realización de pruebas PCR en un centro de salud.

Esther Samper

3 de enero de 2022 22:20 h

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A diferencia del otoño e invierno pasados, en el que la gripe, los resfriados y diversas infecciones respiratorias estuvieron prácticamente desaparecidos del panorama epidemiológico en multitud de lugares del mundo, en esta temporada invernal el virus de la influenza y otros virus respiratorios han vuelto a hacer acto de presencia en Europa. No se trata de un fenómeno en absoluto inesperado: son los efectos colaterales de acercarse a la normalidad prepandémica.

La pasada primavera múltiples expertos temían que la previsible relajación de medidas contra la COVID-19 por la vacunación masiva y una disminución del impacto del coronavirus sobre el sistema sanitario, llevaría a un posible repunte de enfermedades infecciosas respiratorias que apenas habían tenido incidencia el año pasado.

El último informe –de 30 de diciembre de 2021– del Sistema de vigilancia de infección respiratoria aguda (SiVIRA) pone de manifiesto el resurgir de la gripe. En este documento se explica que el “Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) ha señalado recientemente que la gripe continúa aumentando en la región europea de la OMS” y que “considera prudente no esperar datos adicionales y declarar ya el inicio de la epidemia de gripe a nivel europeo”.

El incremento de los casos de gripe junto con el contagio masivo por la variante ómicron del coronavirus en varios territorios del planeta, más allá de Europa, ha llevado a que sea mucho más probable esta temporada que una misma persona pueda sufrir dos infecciones por ambos virus solapadas en el tiempo (coinfección). Este fenómeno infeccioso recibe, según la RAE, el nombre de covidinfluenza oficialmente desde octubre de 2020, aunque ha sido este 2 de enero cuando se ha popularizado el término flurona (unión de los términos flu, gripe en inglés, y corona por el coronavirus) a nivel internacional porque Israel había detectado su primer caso de coinfección por los virus de la gripe y de la COVID-19 en una mujer embarazada que no estaba vacunada y que había dado a luz en el hospital. 

¿La flurona/covidinfluenza se trata de un fenómeno nuevo?

No, en absoluto. Aunque el anuncio de Israel haya tenido una gran repercusión internacional, las coinfecciones de gripe y COVID-19 ya se habían documentado en una fase temprana de la pandemia. El catedrático de Microbiología Ignacio López Goñi señala que ya en mayo de 2020 la revista médica The Lancet publicó un artículo de un grupo de investigación del Hospital Clínic de Barcelona en el que se analizaban cuatro casos de coinfecciones por los virus influenza y SARS-CoV-2. Otros muchos países también han documentado coinfecciones de este tipo desde hace más de un año, como en México desde octubre de 2020 o China desde junio de 2020, aunque se identificaron a posteriori muchos casos de coinfecciones en Wuhan durante la primera ola (enero-febrero de 2020).

Ni siquiera el caso de Israel es el primero de esta temporada invernal en el hemisferio norte, puesto que España ha registrado múltiples casos desde al menos noviembre de 2021. Además, en nuestro país no solo se analizan posibles casos positivos por SARS-CoV-2 y virus influenza, sino también por virus respiratorio sincitial (otro virus con la habilidad para causar epidemias de infecciones respiratorias).

En otras palabras, no existe ninguna justificación para el revuelo mediático de alta intensidad que ha provocado “la flurona” de Israel, porque no existe ninguna novedad con respecto a otros muchos casos de coinfecciones documentadas anteriormente, ni tampoco hay motivo para la alarma. Por otro lado, dado que la gripe va al alza en las últimas semanas, es más probable que se identifiquen más casos de personas que sufran gripe y COVID-19 de forma simultánea (aunque la mayoría no se identificarán). 

¿La coinfección es más peligrosa?

No tiene por qué implicar un cuadro clínico grave en la absoluta mayoría de los casos. De hecho, la mayor parte de las coinfecciones documentadas han sido en pacientes con síntomas leves, sobre todo si estos están vacunados contra la COVID-19 y/o contra la gripe y no existen factores de riesgo. No obstante, en algunas personas el pronóstico puede ser peor, porque la infección simultánea del SARS-CoV-2 y el virus influenza puede, por ejemplo, potenciar los mecanismos inflamatorios.

En ese sentido, un estudio con pacientes no vacunados para la COVID-19 observó un mayor riesgo de uso de ventilación mecánica, de ingreso en la UCI y de muerte entre aquellos que sufrían coinfección en comparación con aquellos que solo sufrían la infección por el SARS-CoV-2 . Otros estudios apuntan a la misma dirección: mayor riesgo de ingreso en UCI y mortalidad con coinfección, o peor pronóstico con coinfección por influenza B y SARS-CoV-2. Experimentos con diferentes modelos animales también han documentado casos más graves de COVID-19 cuando existía coinfección. 

¿Existe riesgo de recombinación entre los virus de la gripe y de la COVID-19?

Es extremadamente improbable que esto ocurra y que se generasen híbridos o mutantes a partir de ambos virus. El intercambio de material genético entre genomas (recombinación) es algo que se da con frecuencia entre virus de una misma familia como, por ejemplo, entre coronavirus o entre virus influenza. Sin embargo, es extremadamente difícil que un coronavirus como el SARS-CoV-2 pudiera intercambiar su material con un virus influenza por las grandes diferencias que existen en las “maquinarias” de ambos agentes patógenos.

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