El Gobierno va a reforzar las medidas de prevención contra el coronavirus, tras el brote de coronavirus en el norte de Italia detectado el pasado viernes que ya lleva más de 200 infectados. Las relaciones comerciales y sociales entre España e Italia son mucho más estrechas que las que hay entre España y China, hasta ahora el principal foco, y eso puede provocar que más casos sospechosos y más riesgo de contagio de COVID-19 –nombre técnico del virus–. Pere Godoy, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, explica lo que implica esta nueva situación y las prioridades científicas para contener la epidemia y evitar que se convierta en una pandemia. Las máximas: hay que ser “realistas” pero también “evitar el pánico”.
¿Cambia el escenario en España tras el brote de coronavirus en Italia?
Sí, va a tener ciertas implicaciones. Veremos la revisión que hay del protocolo tras la reunión del Ministerio y las comunidades de este martes, pero, sobre todo, creo que irán dirigidas a cambiar la sensibilidad para definir cada caso. Se tendrá que revisar para tener en cuenta a las personas que hayan estado en una zona de transmisión de Italia. Es muy relevante porque aumenta el volumen de trabajo de la sanidad pública: como señaló el domingo Fernando Simón, la cantidad de ciudadanos españoles que viajan y tienen relación con el norte de Italia es muy elevada.
Además de eso, estamos en plena época de actividad gripal, así que van a aparecer muchas personas que hayan estado en el norte de Italia y que presenten síntomas [los de la gripe común y los del coronavirus son muy similares], y por eso habrá que acotar bien quién es un caso en investigación y quién no. Probablemente habrá que, además de haber estado en Italia, haber tenido contacto con casos confirmados. Si no es así, el trabajo de los técnicos de Salud Pública va a ser muy elevado y quizá contraproducente. Ya este fin de semana el nivel de consultas ha aumentado.
¿Lombardía y otras zonas de Italia pueden ser entonces un nuevo Wuhan, un foco epidémico importante para los protocolos en las próximas semanas?
Más de 200 casos son bastantes, quiere decir que durante estas semanas ha habido transmisión interna. Pero eso no significa que no se pueda contener en la región: Italia tiene un sistema sanitario moderno y capaz. No hay que engañarse, en esos niveles va a ser difícil frenarlo del todo y detectar a tiempo todos los casos, pero hasta ahora se están haciendo las cosas bien y su sistema tiene capacidad.
¿Cuál sería el plazo para considerar que Italia ha frenado la crisis sanitaria?
Las próximas dos semanas. En ese tiempo sabremos si Italia ha sido capaz de frenar el brote de coronavirus o no: si pasado ese plazo sigue habiendo transmisión interna y continua, ya habrá otras implicaciones que habrá que afrontar. Por ahora es pronto para saber cómo se va a resolver.
¿Está preparada España para una situación similar? ¿Podrían gestionarse 200 positivos en un fin de semana?
Hay que tener claro que no estamos libres y, si ha pasado en Italia, podría pasar aquí. Debemos ser conscientes de que es un virus que se transmite y no está siendo fácil contenerlo. Pero a la vez, hay que relativizar las cosas: en España, como en Italia, contamos con un sistema de salud pública potente. Hasta ahora las medidas que se están tomando se están tomando bien, tenemos capacidad para contenerlo tanto en Italia como si llega a España. Si al final se extiende más, se tomarán medidas alternativas que, afortunadamente, también tenemos disponibles, relacionadas con intensificar el aislamiento y la detección precoz. Pero insisto, no estamos ahí.
¿Tiene algún sentido proponer cancelar vuelos entre España e Italia o cerrar fronteras, como han llegado a decir dirigentes de extrema derecha como Le Pen o Salvini?han llegado a decir dirigentes de extrema derecha como Le Pen o Salvini?
No hay ninguna evidencia sólida que indique que cerrar fronteras y anular vuelos vaya a tener alguna efectividad real de contención. Las medidas de salud pública han de convivir siempre con la vida social y económica, y con este tipo de acciones al final causas más daño que beneficios. Se trata de medidas de pánico y por tanto contraproducentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido muy correcta: no se pueden cerrar las fronteras, no hay evidencias sólidas para ello.
Hay otras medidas que sí son eficaces y menos dañinas: detectar rápida y correctamente a los enfermos, vigilar a sus contactos, extremar las medidas de prevención en la transmisión respiratoria y en centros sanitarios –sobre todo para evitar el contagio en salas de espera y entre pacientes y profesionales–. Y reforzar la investigación en la vacuna, que es algo muy bueno. Son todo medidas que ya han funcionado históricamente para otros casos. Cancelar los vuelos entre Madrid y Milán, cerrar fábricas, fronteras... sería una medida desproporcionada, sin evidencias de beneficio y que causarían un daño social tremendo.
¿Estamos cerrando el periodo ventana para evitar que se convierta en una pandemia, como sí se logró con el SARS (Síndrome respiratorio agudo grave, epidemia de 2003) y ha advertido la OMS?
Es una posibilidad real que el nuevo coronavirus se convierta en una pandemia. Sencillamente debemos ser conscientes de ello. Pero a la vez, también tener claro que en estos momentos no estamos ante eso: los casos se están dando en países, regiones y ciudades concretas. Va a exigir mucho trabajo y mucha coordinación internacional evitar que sea finalmente una pandemia, pero estamos a tiempo y hay buena voluntad. Debemos respaldar por ello el trabajo que están haciendo los países en los que ha habido transmisión, especialmente China, cuya labor ha sido tremenda y digna de reconocer.
Por ahora debemos centrarnos en que no se extienda más allá de la transmisión autóctona. Si resulta que no lo conseguimos, habrá que aceptarlo y poner en marcha otras políticas: educación generalizada para la población sobre el virus y la enfermedad que provoca, medidas de higiene y lavado de manos masivo, extremar la investigación en la vacuna. Aceptar que las cosas son como son, pero siempre con el principio de que las acciones no hagan más daño que el bien que tienen que hacer.
¿Cuál sería el peor escenario? ¿Que se convierta en un virus con el que tengamos que convivir a nivel mundial, como el de la gripe común?
Eso sería, y a eso tenemos que intentar no llegar. Pero no vamos a dar el mensaje de que está cerca una situación así. No está todo perdido. Sí es bueno balancearlo con otros problemas de salud pública para entenderlo: ya convivimos con otros virus que provocan enfermedades que no tienen cura, como el de la gripe común. Pero igualmente, todavía podemos evitar convertir el coronavirus en esto, y vamos a intentarlo. Basándonos en la evidencia científica, en la coordinación internacional y en las capacidades y recursos de los países. Con tranquilidad, buena información, buenas actitudes y evitando situaciones de pánico.